Creo que todos sabemos que de las dos motos que vamos a hablar hoy, las BMW R NineT y R NineT Scrambler, está casi todo dicho, pero no podíamos dejar pasar la oportunidad de hacer una toma de contacto sobre estos dos modelos. Si bien son ya conocidos, no dejan de ser dos modelos de referencia en la marca y en el segmento al que pertenecen. Forman parte de la familia Heritage, con la que BMW quiso volver a los orígenes de la marca en 2013 junto con el modelo R NineT, y que podríamos decir que se encuadra dentro de un segmento en auge, el de los modelos Neo Retro.
Son dos modelos que comparten el conocidísimo motor BMW bóxer de 1.170 cc con refrigeración mixta aire/aceite, con 110 CV a 7.750 RPM y 116 Nm a 6.000 RPM, adaptado a la normativa de emisiones Euro 4. Digo esto por que resulta curioso que BMW lo siga montando, cuando ya en motos como la GS 1200 montan un sucesor refrigerado por líquido que fue lanzado como la supuesta solución a la muerte del motor bóxer bajo la normativa Euro 4.
Sin embargo, para estos modelos se sigue utilizando el propulsor refrigerado por aire/aceite que tan buenos resultados les ha dado y que finalmente fue adaptado. Supongo que decidieron seguir la máxima de: “si algo funciona, no lo toques”. Para mí, un acierto, pues si estamos ante una moto que busca volver a las sensaciones que generaban sus antiguos modelos “setenteros” como la BMW R75, la R 80 o la R 100, cuanto más se ajusten a la filosofía “menos es más”, mejor.
Podríamos decir que nos encontramos ante dos motos que parten de la misma base y que se enfocan a dos tipos de personalidades diferentes, con características comunes. Están pensadas para gente que busca motos de apariencia retro con mecánicas actuales y fiables, amén de los adelantos de las motos modernas.
En el caso de la R NineT “a secas”, tenemos un modelo donde predomina la estética Café Racer, con multitud de opciones de personalización, digamos que es el modelo con un corte más clásico, con una estética en la que resalta una horquilla invertida pintada en un tono dorado, llantas de radios de 17” en ambos ejes y un escape con doble salida por el lado izquierdo tapando el maravilloso basculante monobrazo que incluye la trasmisión por cardan.
La R NineT Scrambler se diferencia de su hermana. Son cambios sutiles, pero que funcionan. Partiendo de la misma base sus rasgos son algo mas camperos, es una mezcla entre una Café Racer y una trail. Su posición de conducción es mas erguida, el manillar tiene mayor cuna, el escape se sitúa mas alto (en este caso dejando ver el basculante monobrazo), las llantas son de aluminio forjado (opcionalmente pueden ser de radios) pasando a ser la delantera de 19” y tiene una suspensión delantera convencional con un mayor recorrido.
¡Pasemos a probarlas!
Comienzo recogiendo R NineT Scrambler, más adelante conduciría la R NineT. He de decir que no había llevado previamente ninguna BMW bóxer, y siempre soy escéptico cuando leo pruebas en las que repiten las características y cualidades de los modelos una y otra vez. Seguro que ya estáis notando que ese no es nuestro estilo, pero al arrancar la Scrambler, ocurrió algo que he leído y escuchado muchas veces en palabras de otros compañeros: el motor da una sacudida hacia el lado izquierdo.
No es un movimiento exagerado, ni molesto, es simplemente una peculiaridad a la que te acabas acostumbrando y que cuando repites varias veces empiezas a tomarla como una especie de saludo al arrancar. Un: “¡Eh amigo encantado de que vuelvas a salir a rodar conmigo!”
Los mandos son de una calidad excepcional, todo en ella parece estar muy cuidado y enfocado al diseño, nada rompe la estética. La ergonomía está muy conseguida, es una moto muy cómoda, los pies caen sobre las estriberas de una forma natural, como si ya hubiésemos rodado miles de kilómetros sobre ella. El manillar es alto, nos hace llevar una postura erguida muy cómoda, sin cargar el peso sobre la parte delantera de la moto.
Sólo una cosa es capaz de sobresaltarme y llamar mi atención, no dispone tacómetro, ni tampoco nivel de combustible. El cuadro de instrumentos se compone de una única esfera analógica en la que encontramos un velocímetro y una pequeña pantalla digital que nos marcará parciales, testigo de reserva y los kilómetros que llevamos circulando desde que entramos en modo reserva. ¡Hay que mantener la estética, pero no olvidemos que estamos en una moto de más de 16.000 euros!, y sí, se que está enfocada a un publico que probablemente busque personalizarla con el extenso catálogo de opcionales que nos proporciona la marca o empresas auxiliares, pero creo que esos mínimos en cualquier moto ni molestan, ni ocupan espacio.
Tras los primeros metros recorridos me doy cuenta que el motor está muy lleno, tiene mucho par, es un motor que podemos dejar caer de vueltas y que admite sin rechistar salir a bajo régimen. Da igual que te equivoques y salgas en una marcha alta al realizar una incorporación, él siempre estará dispuesto a salir sin “toser” y a ayudarte a recuperar el tiempo perdido.
Conduciendo entre el tráfico de la ciudad la moto no nos deriva calor del motor hacia nuestras piernas, algo muy de agradecer en estos días y salvo por la anchura del conjunto se defiende bastante bien en este campo. Salgo a autovía y aumento el ritmo, pudiendo apreciar verdaderamente las bondades del chasis y la suspensión, ambos filtran perfectamente las imperfecciones que nos encontramos, y el paso por curva a velocidades legales da una gran sensación de aplomo y control. Eso sí, creedme cuando os digo que no os apetecerá superar altas velocidades con ella (tampoco es su hábitat), pues no lleva nada de protección aerodinámica y sentiréis como el viento os golpea en la cabeza y en el pecho.
Tras un tramo de unos 20 km de autovía enfilo hacia una tortuosa carretera de montaña con curvas cerradas. Aquí, es donde mejor puedo comprobar el generoso par que nos brinda el motor bóxer, podemos llevar la moto baja de vueltas traccionando perfectamente al acelerar al salir de las curvas.
Por el contrario, me encuentro con que la comodidad y aplomo que me brindaba en curvas rápidas se ha convertido en una situación algo más dificultosa de lo que me esperaba al entrar en curvas lentas y cerradas, no digo que sea una moto torpe, ni mucho menos, pero la configuración bóxer hace que me de respeto a la hora de plegar hacia el interior de los giros.
Una vez que te acostumbras y te olvidas que llevas dos cilindros colgando a cada lado, le empiezas a coger el gusto ¡y vaya si tumba!
Tras un repostaje personal en forma de desayuno, intercambio la R NineT Scrambler por la R NineT. La prueba la hago a la inversa, primero unos kilómetros de curvas cerradas por carretera de montaña, después un tramo de autovía y finalmente unos kilómetros entre el tráfico de la ciudad.
Me subo a la R NineT “a secas” y todo es familiar, pero distinto a la vez. El cuadro de instrumentos aquí si tiene una doble esfera analógica con velocímetro y tacómetro, aunque sigue faltando el indicador de nivel de combustible. La posición cambia, las estriberas ahora parecen mas retrasadas, y el manillar mas bajo y plano hace que nuestra posición se encuentre menos erguida, cargando mas el cuerpo sobre la parte delantera.
Empiezo el recorrido por una carretera secundaria llena de curvas lentas y cerradas, no es exactamente el mismo tramo por el que vine en el viaje inicial, pero las características son muy similares. Me acostumbro rápidamente a la posición de conducción, ahora la moto me parece mas ágil que antes, la suspensión y la llanta de menores dimensiones hacen que el cambio de dirección sea mas rápido y efectivo, y me da mayor sensación de control en el paso por curva.
Ya me he olvidado totalmente de llevar los cilindros a los lados y los prejuicios con los que empezaba esta toma de contacto poco a poco han ido diluyéndose con el pasar de kilómetros y curvas. Alcanzo la autovía, y la posición invita a ir un poco mas ligero que con la Scrambler, siguo sintiendo el viento en la cabeza y el pecho, aunque la postura un poco mas “agachada” parece que solventa algo este problema, las curvas rápidas se las zampa gustosamente con mucho aplomo y la suspensión no da tregua a las imperfecciones, absorbiéndolas como si no estuviesen.
Por ciudad, sale claramente peor parada, aquí el manillar alto de la Scrambler nos ayudaba a cambiar de dirección mas fácilmente entre el tráfico, este manillar es mas plano y hace que carguemos más peso en las muñecas, sin resultar molesto. Poco a poco se va acercando el punto de partida y en mi cabeza se ha producido un cambio. La idea de una moto que sería pesada y poco ágil ha cambiado por completo, y la verdad, si os soy sincero me he quedado con ganas de más.
Estas motos pesan mas de 220 kg, pero la verdad que en marcha no se notan, he llevado motos menos pesadas que me han resultado mas torpes, aunque en parado ahí están los “kilos”, y por muy bien repartidos que se encuentren hay que moverlos, y creedme, no vais a querer comprobar lo que pesa si se te cae al suelo.
En definitiva, podríamos decir que es una moto que enamorará a los amantes de las motos retro, las café racer y las clásicas setenteras. Una buena opción para competir con las también conocidas Triumph Bonneville/Thruxton, Ducati Scrambler, Honda CB 1100, Yamaha XSR 900 y un sinfín de modelos mas. Está claro que lo retro en el mundo de la moto se vende bien, y ninguna marca se quiere quedar sin su trocito de mercado.
Pero si tuvieras que elegir entre estas dos, ¿con cual te quedarías? Yo lo tengo claro, por muy cómoda que resulte la Scrambler, me quedo con la R NineT sin apellido, su estética me ha dejado enamorado y su paso por curva con la calculadora en la mano. Además, esta sí lleva tacómetro. Os dejo con unas imágenes de conducción con ambas R NineT, sin comentarios, los pensamientos os los dejo a vosotros.
Agradecemos al Club Jaén Moto y al concesionario BMW Motri Motor Jaén su colaboración en la realización de esta prueba.
Jesús Guillermo Pozo
Nací entre las historias de mi abuelo sobre su Derbi 125 Especial y el terrorífico sonido del escape 4 en 1 de la GPX 600 de mi tío y la belleza de su Vmax 1200. Mi padre, fue mi primer profesor con su viejo SEAT 127, y mi madre, cuenta que aprendí las marcas de los coches antes que el alfabeto.Magnífica prueba, contada con esmero y cuidado, con unas fotos excepcionales. Mi enhorabuena Jesús.
Muchísimas gracias Pablo, la verdad es que gran parte de la culpa la tiene la moto. Para mí ha sido maravilloso poder hacer la prueba y formar parte de un equipo como el vuestro.