En su día la BMW C1 fue un planeamiento muy audaz, una moto con un carenado parcial para sentirse como en un coche, pero con la facilidad de movimiento -bueno, casi- y la practicidad de un scooter, eso sí, idealmente monoplaza, aunque algunas versiones podían llevar eventualmente un pasajero. Con una producción de más de 12.000 unidades, fue un modelo de vida comercial relativamente breve.
Como puntos a su favor, ofrecía mucha seguridad al proteger al conductor de cierto tipo de colisiones, sin necesidad de casco salvo en un par de países. Se confía en el cinturón de seguridad para mantener al motorista amarrado al vehículo, y los frenos ABS opcionales daban bastante confianza. El motor resultaba muy económico, con 125 cc homologaba 2,9 l/100 km de gasolina, y bien barata era en los primeros años 2000.
Por contra, el centro de gravedad y la conducción de este modelo era un poco peculiar, que podía despistar incluso a moteros experimentados. No era especialmente cara (menos de 6.000 euros al cambio), pero tampoco barata. Su practicidad estaba limitada por ser monoplaza, tenía muchas opciones y el motor de 125 cc daba unas prestaciones correctas, pero iba muy lastrado (185 kg). Hubo una versión de mayor potencia y 200 cc, con una ganancia limitada de prestaciones.
Pese a todo, se mantienen muchas circulando hoy día y sus dueños hacen lo que pueden por mantenerlas. Contribuye a su supervivencia que su valor residual cayó menos que el de otras opciones de la competencia. En Reino Unido le condenó el tener que circular obligatoriamente con casco. Tal vez con tecnología más moderna y en un momento diferente se hubiese vendido mucho mejor.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes), las motos siempre me han inspirado mucho respeto, y sin saber cómo, ya me han enganchado.COMENTARIOS