Nuestra protagonista de hoy es la Honda CBR 600 F3, una moto deportiva a la par que funcional, y que supuso un punto de inflexión dentro de la familia CBR 600 F. Esta tercera generación tomó el relevo de la F2 en 1995 y tuvo un periplo comercial muy efímero. Tan solo estuvo tres años a la venta ya que en 1998 fue sustituida por la archiconocida CBR 600 F4, la más exitosa de la saga.
La Honda CBR 600 F3 no supuso una gran revolución respecto a su antecesora puesto que en esencia la base mecánica seguía siendo la misma, pero sí introdujo algunas mejoras aquí y allá para actualizarse convenientemente a los nuevos tiempos.
El propulsor seguía siendo el mismo bloque tetracilíndrico de 600 cm3 refrigerado por agua, pero aumentaba su relación de compresión e inorporaba un sistema de admisión forzada mediante ram air, algo que ya estaban equipando sus competidoras, como la Kawasaki ZZR 600, desde hacía algunos años.
Gracias a estas mejoras la potencia escalaba desde los 92 CV hasta los 100 que tenía el modelo de origen, aunque en su último año comercial ganó un poquito más de pegada hasta quedarse en 105 CV. Era la época en que estos motores todavía no se habían vuelto molinillos rabiosos con la zona roja empezando en 15.000 rpm. Algo que comenzaría justo unos años después con la llegada de la Yamaha YZF-R6.
Prestacionalmente hablando, era una moto bastante rápida para la época, aunque como siempre ocurre con Honda, su afán por hacer productos lógicos y racionales hacía que en rendimiento puro siempre fueran un paso por detrás de la competencia.
Gracias a su buen desempeño mecánico y a sus no muy elevados 185 kg en vacío, la Honda CBR 600 F3 hacía el 0-100 en unos pírricos 3 segundos mientras que la velocidad máxima rozaba los 250 km/h. El consumo era otra de sus bazas fuertes ya que se conformaba con algo menos de 5,5 l/100 Km para funcionar.
Es curioso como estas últimas motos de la era pre-inyección gastaban bastante menos que sus sucesoras cargadas de electrónica. La parte negativa de esta y otras motos similares de la época es su mantenimiento. La bancada de cuatro carburadores necesita ser ajustada y sincronizada con cierta frecuencia para que la sinfonía del tetracilíndrico suene y empuje de la mejor manera.
En lo que respecta a la parte ciclo, contaba con una puesta a punto bastante deportiva, pero sin ser un conjunto muy agresivo o solo apto para ir al ataque. La familia CBR 600 F siempre ha destacado por ser muy racional y polivalente. Esta es una moto que sirve para irte de ruta o de viaje, para hacer unas tandas en circuito o para ir a trabajar todos los días. Se atreve con todo.
La horquilla delantera trabaja bien mientras que su pareja de discos frontal con pinzas de cuatro pistones te lo ponían facil a la hora de detenerte. Es una moto que pese a su abultada edad, se defiende bastante bien hoy en día y no tiene lagunas o puntos negros en su historial. Es un producto muy equilibrado, muy Honda.
En el apartado estético, vemos como las formas fluidas y redondeadas cobraban todo el protagonismo respecto a su predecesora, la cual estaba esculpida con unos trazos más rectos y un buen número de aristas.
Esta moto puede ser interesante si te has sacado el carnet A y te apetece comprar tu primera moto “gorda” pero tu presupuesto no es muy boyante. La Honda CBR 600 F3 te ofrece un conjunto muy equilibrado que corre mucho cuando le das al mango pero que también se deja utilizar en el día a día.
A parte de ese equilibro Honda, también es una moto mecánicamente robusta y que puede sobre pasar los 100.000 km sin mucho problema. Si vas a comprar una de segunda mano presta especial atención a su sonido. si hace un claqueteo en la zona alta del motor puede ser que ya la toque relglaje de válvulas, una operación que puede ascender a más de 400 euros en el taller con mucha facilidad.
La cadena de ditribución del motor es otra pieza fungible que puede empezar a dar guerra pasados los 60.000 km. Su sustitución es si cabe más costosa por lo que presta atención al sonido del motor. Si notas un ruido como de fricción que se vuelve más agudo cuando subes de vueltas, ahí lo tienes.
A parte de estos detalles, que son operaciones de mantenimiento comunes y contempadas -no es que tenga nada roto- en lineas generales es un modelo que no da problemas ni se le conocen fallos endémicos de ningún tipo. Si te lanzas a comprar una, necesitarás preparar como poco 1.000 euros ya que la mayoría de unidades andan algo por encima de esa cifra.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.De todas las 600F es mi favorita, para mí gusto es la más bonita estéticamente, la última de concepto “old” con sus carburadores, una moto sport pero utilizable para todo, (como se echa de menos el concepto F verdadero hoy en día), cuando me compré la Inazuma fue una de las candidatas, probé una igualita a la de la última foto, pero se notaba que había estado “dejada”, un lástima.