Sobre el papel, la Kawasaki ZX-7R nunca tuvo mucho éxito. Lanzada la misma semana que el GSX-R 750 de Suzuki en 1996, tenía casi 20 CV menos que el modelo de Hamamatsu y pesaba 24 kilos más. La ZX-7R estaba claramente relacionada con la ZXR 750 saliente, un modelo que se forjó su reputación en el mundial de Superbikes, pero era mucho mejor que “la Telefónica”.
La Kawasaki ZX-7R es una prueba de que una motocicleta no tiene que ser la última, la más ligera y la más potente para ser popular. La ZX-7R no era rival para el GSX-R 750 y nunca recibió actualizaciones significativas hasta que se eliminó del mercado en 2003. Sin embargo, la gente la ama. Es una moto que se ve espectacular y que se maneja con suficiente dignidad para sacar capaz de sacar sonrisas allá donde vaya.
Con la Kawasaki ZX-7R no solo se abandonó una nomenclatura que ahondó en los corazones de los entusiastas, también ganamos una nueva: Ninja, aunque es justo decir que la primera moto del fabricante tokiota que recuperó esa denominación fue la ZX-6R en 1995. Como curiosidad, con el nacimiento de la última evolución de la ZXR 750 se presentó también la última Kawasaki 750 empleada en competición, la ZX-7RR N1.
Gracias a una mejor puesta a punto de su mecánica y su aerodinámica, la Kawasaki ZX-7R era sensiblemente más rápida que su antecesora, llegando a rozar los 270 km/h de velocidad punta
Debajo de la piel, la Kawasaki ZX-7R era mucho más nueva de lo que parecía. El motor de 748 cm3 tenía un diámetro ligeramente mayor (73 mm) y una carrera más corta (44,7 mm) para que pudiera acelerar más rápido y subir más de vueltas. El nuevo tamaño del bloque tetracilíndrico también ayudaba a mejorar la entrega de potencia a bajo y medio régimen. Con una pareja de entradas de aire en el frontal, podía entregar 110 CV a casi 12.000 RPM.
El chasis era más rígido y usaba el motor como un elemento estructural, pero la geometría permanecía más o menos igual que la de la ZXR 750, aunque la distancia entre ejes aumentó en 5 mm. La Kawasaki ZX-7R era muy pesada en comparación con sus rivales (203 kg en vacío), pero muy estable. La parte delantera mantenía una gran precisión y comunicación. Elevar la altura de la zaga y colocar neumáticos de perfil bajo incrementaron la velocidad de la dirección.
El resto de la parte de ciclo quedaba confiado a una horquilla invertida de 43 mm de grosor en el eje anterior con ajuste en precarga, compresión y rebote, y un monoamortiguador también ajustable en el eje posterior. Junto con las llantas de 17 pulgadas podíamos encontrar una pareja de discos de freno de 320 mm con pinzas de seis pistones Tokico y un solo disco de 230 mm con dos pistones, respectivamente.
A nivel de equipamiento, no había ninguna concesión en la Kawasaki ZX-7R. Una deportiva de la vieja escuela, con una posición de conducción donde la cabeza estará agachada y el culo arriba sobre un asiento delgado. El cuadro de instrumentos se compone de diales desordenados, los espejos retrovisores son mediocres, no hay apenas espacio para llevar a un pasajero y los faros no funcionan tan bien como se ven. Es una moto para ser disfrutada con espíritu RACER.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.Tocándome la fibra una vez más pero esta vez permitirme explayarme algo más porque la ZX7R forma parte de mi garaje soñado, y cuento porque. No era la más avanzada, ni la más ligera como bien se ha dicho, pero emana personalidad a raudales, tanto es así que ha envejecido mucho mejor que las coetáneas de su época, sobre todo sus paisanas y ojo tampoco eran feas, pero la ZX7R, de la que mola hasta el nombre casi fue una oda old school, cuando las deportivas comenzaban a flirtear con inyecciones, algunas con los primeros marcadores digitales, la ZX7R se… Leer más »
Muy bien descrito Pedro, soy el feliz propietario de una de ellas y te aseguro que transmite mucho y engancha yo la describiria como el tractor mas rapido del mundo .. solida, robusta y rabiosa… en fin una preciosidas