Hoy os traemos hasta espíritu RACER moto la Beta Trueba ART 50, que es posiblemente el ciclomotor de campo más sofisticado que ha producido la marca a lo largo de la historia de la marca, gracias a una calidad de fabricación y un equipamiento nunca visto en su segmento hasta ese momento, salvo excepciones como la HM CRE 50, aunque esta tuvo muy poca repercusión en nuestro país.
De siempre el fabricante florentino ha estado muy involucrado en las pequeñas offroad de 49 cc, pero con este modelo de la mano de Antonio Trueba, al frente del proyecto en nuestro país, busco de algún modo sentar cátedra dentro de aquella vorágine de modelos, con una moto que se salía de los patrones habituales respecto al modo de fabricar un ciclomotor.
La marca siempre ha estado presente dentro del batallado sector de los ciclomotores con sus Beta RK-6 y posteriormente con el modelo RR-T, que se siguió comercializando a la par con la ART, ya que como decimos esta última estaba un peldaño por encima en cuanto a calidad de fabricación y componentes. Y evidentemente había que pagarlo, rebasando ampliamente la tarifa de la RR-T con un precio de salida de algo más de 3.250 euros, es decir, casi 1.000 euros más que su hermana de gama.
La Beta Trueba ART 50 se presentaba como el ciclomotor más sofisticado del momento. Ningún otro podía presumir de componentes como los que montaba aquella enduro
Con estas premisas la fábrica italiana presentaba en el año 2003 esta Art, en la que ante todo y con una primera inspección visual, resaltaba su exuberante chasis doble viga en duraluminio, y el basculante fabricado en el mismo material, algo exclusivo de este modelo y que en ninguna otra marca del mercado veríamos presente.
Con el fin de conseguir una mayor rigidez, a la par de un menor peso, Beta dotaba a su nuevo ciclomotor de este bastidor, que quedaba vestido con unas fibras de nueva factura disponibles en amarillo o azul. Estas fibras le imprimían una línea estilizada y agresiva. Evidentemente, el resto de componentes de aquel ciclomotor debían estar a la altura, así que los italianos de Beta dotaron a su nueva criatura de lo necesario para convertirla en la referencia del segmento.
Empezando por las suspensiones, la ART disponía de una horquilla invertida Paioli con barras de 38 mm y un recorrido de 255 mm, garantizando así el uso en casi cualquier terreno. Para la zona trasera y nuevamente dando cuenta de la calidad que portaba este ciclomotor, la marca transalpina incorporó un monoamortiguador Ollé, con botella de gas separada con diferentes regulaciones y hasta 310 mm de recorrido.
Suspensiones, frenada o chasis, todo en la nueva ART era un compendio perfecto para encumbrar al ciclomotor de la marca italiana
Para la frenada más de lo mismo, con la utilización de un disco de 260 mm mordido por una pinza de dos pistones en el frontal y otro disco de 200 mm para la parte posterior, en este caso con una pinza de cuatro pistones derivada de su hermana mayor, la Beta REV3. Como podemos ver, los componentes de esta Beta ART eran de primer nivel. Eso, unido a un peso de penas 84 kilogramos en vacío y el empuje de su propulsor Minarelli monocilíndrico 2T de 49,7 cc, hacían además de esta enduro italiana un ciclomotor bastante rápido.
El mencionado motor contaba con la tecnología más avanzada del momento, disponiendo de engrase separado, refrigeración líquida y quedaba asociado a un cambio de seis relaciones. La alimentación corría a cargo de un carburador Dell’Orto PHBN 12 HS y el arranque en este caso, y como no podía ser de otra forma, era por patada.
A lo largo de los años que se mantuvo en el mercado fue incorporando algunas mejoras como discos de freno floreados o un cuadro de mandos digital, además de incorporar una versión Supermotard (Beta ART SM) con algunos cambios en cuanto a suspensiones y evidentemente, neumáticos.
Una lástima que se dejara de fabricar este magnífico ciclomotor que a buen seguro ha hecho las delicias de muchos adolescentes del momento, gracias a su calidad y sobre todo sus inigualables cualidades dinámicas.
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J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS