Antes del medio éxito (o medio fracaso, según se mire) que supuso el Ducati Brio, Ducati ya lo había intentado al desarrollar su primer scooter. Sin embargo, este no tuvo casi éxito y solamente se fabricaron algo más de 1.000 unidades. Demasiado adelantado para su época (el primero de cuatro tiempos y automático), el elevado precio del Ducati Cruiser impidió que pudiera competir contra la Vespa y Lambretta.
El Ducati Cruiser vio la luz en 1952, y fue toda una sorpresa. Hasta ese momento, la marca italiana solo se había acercado de forma tímida al segmento de las motocicletas. Giovanni Fiorio fue el encargado de desarrollar el chasis y, sobre él, se confió en el conocido carrocero Ghia para crear unas formas que fuesen claramente reconocibles. Siendo Carrozzeria Ghia un especialista en automóviles, se aprecia que la parrilla frontal cromada, encargada de llevar aire fresco al propulsor, tiene claramente una inspiración traída de los turismos.
El propulsor monocilíndrico de 175 cc (62 × 58 mm) va ubicado en la parte derecha, de forma transversal y por delante de la rueda trasera. Con distribución desmo, a alimentación recaía en un carburador Dell’Orto MA18BS1, con el cual se consiguió en un primer momento 12 CV. El problema era que con esta potencia, sobrepasaba los 80 km/h (límite para los scooter por aquel entonces en Italia), y hubo que rebajar la potencia a unos más modestos 7,5 CV.
El Ducati Cruiser no solamente era innovador por su estética, ni tampoco por ser uno de los primeros en ofrecer “intermitentes” para señalar los giros. Incluso habían pensado en el segmento femenino, instalando un arranque eléctrico, asiento trasero especial para “il bambino” o una cesta delantera para llevar equipaje. Diseñaron un innovador sistema de transmisión mediante convertidor de par, mas propio de los grandes V8 americanos que de una moto.
Tras el motor, en posición suspendida, se encontraba una gran carcasa articulada y en cuyo interior se albergaba por completo el sistema de transmisión. Allí encontrábamos el convertidor de par de dos etapas, formado por una bomba, una turbina y un estátor de reacción. Hay también un embrague centrífugo multidisco, que se activaba a altas revoluciones (unos 40 km/h) y pasar así a una transmisión directa. A todos los efectos, era como si tuviera dos velocidades: la primera gracias al convertidor de par, y la segunda ya directa mediante el embrague.
Un mando en el manillar izquierdo permitía bloquear la transmisión de forma manual, y permitir así un arranque a empujón cuando fallaba el sistema eléctrico. La simpleza del sistema permitía, así mismo, que a los mandos solo hubiese que preocuparse del acelerador y ambos frenos, simplificando enormemente su funcionamiento y, en teoría, ampliando el público que lo podía utilizar. Llantas de 10″, amortiguación trasera hidráulica con tacos de goma y frenos de tambor, son otros elementos que podemos observar.
El problema era que costaba un 50% más que una Vespa o Lambretta, era mucho más pesada (175 kg) y las primeras unidades dieron bastantes problemas de fiabilidad. Es por ello que tras dos años en el mercado, y menos de 2.000 unidades fabricadas (ninguna fue exportada a USA, donde quizás podría haber tenido éxito), Ducati decidió cesar su producción.
En este enlace, de donde hemos sacado las fotos, podéis admirar más detalles de la curiosa Ducati Cruiser.
Ender
Japan Rules!!COMENTARIOS