En la historia del motociclismo suelen ser los pilotos quienes acaparan más nombres propios en el recuerdo de los aficionados. Sin embargo, ninguno de los éxitos en concesionarios o competiciones hubiera sido posible prescindiendo del necesario mérito adquirido por los ingenieros que han planteado las líneas maestras de diversas marcas a lo largo del tiempo. En ese sentido, no se puede entender del todo la historia de Moto Guzzi sin conocer la figura de Lino Tonti. Responsable de la Moto Guzzi V7 Sport de 1971, la cual cosechó numerosos éxitos en la prensa de la época, llegando a ser denominada “ la motocicleta perfecta “.
De hecho, rescatando la memoria de aquella el pasado 2007 se presentó una nueva versión que intenta conectarse con lo que fue la original. Pero vayamos al comienzo, concretamente a los años sesenta y la aparición de la V7 Ambassador. Dotada de un motor de gran cilindrada con casi 750 centímetros cúbicos repartidos en dos cilindros, esta montura salió al mercado con el ánimo de poder competir en los propios Estados Unidos con las Harley-Davidson de la época. Y lo consiguió.
Llegados a este punto, cuando Lino Tonti entró a Moto Guzzi en 1970 después de haber pasado por Benelli, Bianchi o Gilera vio rápidamente las posibilidades deportivas de aquel gran motor de cara a construir una superbike. Justo uno de los tipos de motocicleta que más estaban creciendo dentro del mercado americano, especialmente tras la aparición de las grandes motos japonesas capaces de llevar a la carretera las sensaciones de los circuitos de asfalto. Bajo este contexto, Tonti se dispuso en primer lugar a diseñar un nuevo chasis con el que bajar el centro de gravedad y hacer más manejable a la que iba a ser la Moto Guzzi V7 Sport.
Su diseño fue tan excelente que muchas revistas de la época la calificaban como la superbike “perfecta”, aunque su precio excesivo la hizo poco competitiva ante las Honda
Moto Guzzi V7, una motocicleta superlativa
Una de las características más importantes de la Moto Guzzi V7 Sport es que utiliza al propio moto como elemento estructural. Es decir, lejos de quedar abrazado por un chasis de cuna, el propulsor se fija a dos barras que van junto a él y no por debajo. De esta manera se iban tejiendo los mimbres para hacer la primera “ café racer “ de Moto Guzzi elaborada en la propia fábrica, sacando cualidades deportivas a un modelo de serie ya existente.
En este caso derivando de la antigua V7, incluyendo además de aquel original y liviano chasis un nuevo manillar y unos frenos más potentes aunque seguían sin ser de disco. Todo ello con un comportamiento más agresivo en mente, acentuado gracias a una posición de conducción donde el piloto iba más cerca del suelo. De hecho, el centro de gravedad y la altura general de esta Moto Guzzi V7 eran tan bajos que un conductor de estatura media podía llegar con los dos pies al suelo al mismo tiempo. Algo extraño de ver en las superbikes de aquella época.
Respecto a la potencia, su bicilíndrico con un árbol de levas en cabeza entregaba hasta 70 CV. De esta manera, la única razón para no entender un mayor éxito de la Moto Guzzi V7 Sport en el segmento más prestacional de las motocicletas en los Estados Unidos fue su precio. Muy superior al de las Honda CB750.
Gracias a su chasis y bajo centro de gravedad esta moto obtuvo muy buen comportamiento al ser llevada incluso a altas velocidades
En general, la suma de excelente diseño mecánico y visual además de un comportamiento sobresaliente le valieron a esta montura convertirse en todo un canon para la marca. Algo que muchos aficionados a la misma reconocen, sabiendo que gran parte de lo que significa Moto Guzzi desde los años setenta a esta parte hunde sus raíces en este modelo. Un hecho que, sin duda, merece recordar a Lino Tonti como uno de los ingenieros clave en el motociclismo italiano.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.¿Árbol de levas en cabeza?