Más allá de las Sherpa, las diferentes versiones de la Pursang fueron configurando una de las sagas con mayor éxito en la historia de Bultaco en el Off-Road. De hecho, desde los inicios con los hermanos Rickman y la Métisse hasta el propio final de la casa catalana, éstas estuvieron en producción desde 1964 hasta finales de los años setenta con hasta un total de doce generaciones sin contar modelos experimentales como el MK15 concebido – demasiado tarde – para la salvación económica de Bultaco.

Así las cosas, resulta imposible no plantearse a qué se debió el éxito comercial de las Pursang, a las cuales podemos seguir el rastro en el mercado estadounidense al tiempo que el australiano o el británico. De hecho, incluso la MK3 llegó a contar con variantes especiales para mercados como el italiano, adaptando las cilindradas a las necesidades locales. En suma., uno de los grandes baluartes comerciales para la empresa de Francisco Xavier Bultó, con números como las más de 4.400 unidades vendidas de la MK4.

No obstante, volviendo al análisis de los motivos de este fenómeno muchos podrían señalar como inicio del mismo los éxitos en competición. Y vaya, sí es cierto que victorias como la de Jim Pomeroy en el GP de España de Motocross 1973 animaron bastante las ventas. No en vano, fue el primer estadounidense en ganar una prueba del Mundial, lo cual alimentó las fantasías de toda una generación de jóvenes apasionados por el Off-Road en los Estados Unidos, principal mercado de Bultaco para Bultaco desde mediados de los años sesenta. Sin embargo, lo cierto es que las Pursang ya eran un éxito de ventas desde antes de aquella victoria.

La prolífica saga de las Pursang solía actualizarse cada año, pero la buena factura del MK4 permitió a este generación estar en el mercado dos temporadas completas para ser así el mayor éxito de ventas entre todas las variantes de esta montura de Motocross

Bultaco Pursang MK4, el mayor éxito comercial de la saga

Más allá de motivos como la buena red de distribuidores o, claro está, las bondades de su monocilíndrico con dos tiempos y 244 centímetros cúbicos, el éxito de la Bultaco Pursang se debía ante todo a su facilidad de manejo. De hecho, aún siendo una motocicleta plenamente apta para la competición con tan sólo unos ajustes, ésta se hacía muy manejable incluso para los jóvenes más advenedizos.

De esta manera, la Pursang era una de las pocas motocicletas capaces de abarcar en el Motocross una horquilla de público en la que entraban desde los aficionados primerizos hasta los pilotos de escuadras no oficiales. Si a eso le sumamos la sencillez de su motor – usado por muchos como una improvisada escuela de mecánica – tenemos una fórmula de éxito en lo comercial. Es más, en 1968 aquello empezó a ser obvio, por lo que Bultaco aprovechó el tirón presentando la tercera generación del modelo, heredando el chasis monocuna desdoblado que ya lucía la Pursang MK3.

Tras esto, justo un año después el concepto se actualizó con la Pursang MK4. Definida por un depósito más pequeño y estrecho para adaptarse mejor así a los movimientos del piloto, esta generación pasaba del rojo monocolor a una llamativa combinación de plata y rojo tal y como ya se había visto en las Sherpa T. Además, aunque en la mecánica no hay cambios estructurales, el monocilíndrico de 244 centímetros cúbicos eleva su potencia en algo más de 1CV respecto a los ajustes de la MK3 para lograr así 35,2 CV a 8.000 revoluciones por minuto.

Más allá de otras novedades, el doble encendido Femsa fue una de las mejoras evidentes de la MK4 frente a sus antecesoras

Además, en lo referido al tubo de escape se incluye uno nuevo con el que lograr una mejor respuesta del motor en bajos, no teniendo así que jugar siempre en bandas de potencia tan estrechas como altas. Algo especialmente complejo para quienes no fuesen competidores expertos. De hecho, gracias a cualidades como ésta la Bultaco Pursang MK4 funcionó tan bien tanto en uso privado como en competiciones que logró sobrevivir en el catálogo de la marca no un año sino casi tres. Todo un logro para estas monturas de Motocross, las cuales estrenaban versión cada temporada aunque los cambios fueran mínimos.