En la historia del motociclismo existen modelos con la capacidad de marcar un antes y un después en el desarrollo de la técnica. En este sentido, sin duda la Bultaco Sherpa T de 1965 es uno de ellos. No en vano, después de vencer en los Seis Días de Escocia durante aquel mismo año puso en evidencia su superioridad frente a las mucho más pesadas motocicletas británicas con motores de cuatro tiempos. Así las cosas, los fabricantes con monturas de Trial en su gama se vieron abocados a seguir el camino marcado por la Bultaco, insistiendo tanto en la ligereza como en las mecánicas con dos tiempos.
Además, este cambió permitió abrir el Trial a un público más amplio debido a la facilidad de manejo exhibida por aquellos nuevos diseños. Gracias a ello – y al constante desarrollo del Off-Road durante los años sesenta – fabricantes como OSSA o Montesa – por hablar únicamente del panorama español – presentaron nuevos modelos con los que participar del éxito interpretado por el Trial. De esta manera, en 1968 Montesa presentaba la Cota. Claramente inspirada por la Sherpa T, ésta llegaba cuando la máquina de Bultaco ya llevaba al menos dos actualizaciones de importancia.
Es más, la Sherpa T Modelo 49 – también de 1968 – equipaba un bastidor ampliamente rediseñado. Asimismo, en OSSA tardaron un poco más en lanzarse aunque, al final, lo hicieron. Al fin y al cabo, en esta casa estaban aún muy enfocados a todo lo relacionado con el Mundial de Velocidad. Una aspiración dejada de lado cuando, en 1970, Santiago Herrero fallecía a consecuencia del trágico accidente acaecido en el TT de la Isla de Man con la 250 Monocasco. Tras esto, Eduard Giró dedicó más atención a todo lo que la marca estaba haciendo junto al piloto inglés de Trial Mick Andrews.
El Trial se abrió paso de una forma espectacular, propiciando además una escalada tecnológica a la que se sumaron Montesa con sus Cota y OSSA con la 250 MAR
Bultaco Sherpa T Modelo 92, a estela de la competición
Si algo define a las motocicletas de Trial presentadas por OSSA, Bultaco y Montesa es cómo éstas derivaban directamente de la competición. De esta manera, la Bultaco Sherpa T fue desarrollado por Sammy Miller entre 1963 y 1965, llegando a los concesionarios poco tiempo después de haberse encumbrado en los Seis Días de Escocia. Respecto a la Montesa Cota, ésta llegaba en 1968 al catálogo de la marca para, un año después, coronarse como campeona de Europa de Trial con Don Smith a los mandos.
Y vaya, en lo referido a OSSA, la Mick Andrews Replica 250 significó poner a alcance de los aficionados la misma montura con la que el piloto inglés había logrado el Campeonato de Europa de Trial en 1971 y 1972. Llegados a este punto, las marcas catalanas tuvieron durante aquellos sus mejores años en el Trial. Eso sí, en parte lo fueron debido al exigente ritmo de actualizaciones impuesto por ellas mismas.
Gracias a ello, en 1972 Bultaco presentaba una nueva actualización de la Sherpa T tras el lanzamiento del Kit Campeón durante el año anterior. De esta manera llegaba a los concesionarios la Sherpa T Modelo 92. Todo un punto y aparte en la historia de la saga. Y es que, no en vano, se trataba de la primera variante en ir más allá del sempiterno monocilíndrico con 244 centímetros cúbicos. De hecho, la Modelo 92 incrementaba su cilindrada hasta los 326 centímetros cúbicos para dar 21 CV a 5.000 revoluciones por minuto.
Al incrementar la cilindrada hasta los 326 centímetros cúbicos la Sherpa T Modelo 92 daba un paso decisivo en la gama del modelo, siempre dominada por los motores con 244 centímetros cúbicos
En suma, más potencia desde vueltas más bajas. Además, de la cilindrada de 244 centímetros cúbicos se ocupaba la Modelo 91, presentada en parejo sin más diferencias que el difusor del carburador – en la 92 era de 25 milímetros mientras que en la 91 de 27 – , los piñones y el cubicaje. De hecho, las diferencias eran mínimas que, en peso, sólo se llevaban tres kilos, pesando la 92 un total de 98. Así las cosas, Bultaco conseguía no perder el paso ante la excelente – y justa – impresión generada por la OSSA MAR 250. Todo ello sumando más cilindrada para abarcar a públicos más amplios al tiempo que, en competición, empezaba una espectacular época de éxitos. Y es que, mientras en 1973 y 1974 Bultaco se hacía con el Campeonato Europeo de Trial, desde 1975 hasta 1979 se imponía con claridad en el del Mundo.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS