A finales de 1984, Kawasaki presentó, en el circuito del Jarama, en Madrid, la GPZ 600 R, una moto que rompió todos los moldes en su momento con un planteamiento muy deportivo y unas prestaciones que, para la época, eran espectaculares. Se dice que la GPZ 600 R fue la instigadora de la locura que hubo después en el segmento de las deportivas de 600 centímetros cúbicos.
La presentación en España tuvo mucha repercusión entre los medios de la época, pues el importador de Kawasaki para España no había confirmado la presencia de la GPZ 600 R y cuando los periodistas acudieron al trazado madrileño, no estaba confirmado que fuera a llegar a nuestro mercado. De hecho, el tema de las importaciones, incluso en manos de Derbi –desde 1985 hasta el año 2005–, fue la tónica general y los usuarios españoles se quedaron con las ganas de poder echarle el guante a diferentes modelos. Pero no solo por la dudosa llegada de la moto a nuestro país, sino también porque estuvo presente toda la plana mayor de Kawasaki, vino incluso el director del grupo Kawasaki en aquel momento, el Dr. Ohba.
Con la Kawasaki GPZ 600 R no se abría un nuevo segmento en el mercado, la firma japonesa también recuperaba su lugar entre los fabricantes de motos deportivas, un prestigio que había dejado un poco de lado con anteriores lanzamientos. Primero fue la Ninja 900, luego la Ninja 750 y finalmente, la Ninja 600. Y sí, se llamaron Ninja, pero solo en Estados Unidos, aquí fueron las GPZ.
La Kawasaki GPZ 600 R fue la primera 600 deportiva y su sola presencia creó un nuevo segmento que evolucionó mucho durante los años siguientes
Uno de los secretos que hacían a la Kawasaki GPZ 600 una moto tan especial, era, como seguramente ya sabrás, su motor. No había nada semejante con las mismas prestaciones o parecidas, aunque actualmente cualquier naked media como la Honda CB750 Hornet la supera en prestaciones. Entre las piernas del hipotético piloto, había un cuatro cilindros de 592 centímetros cúbicos –cotas internas de 60 x 52,4 milímetros–, con cadena de distribución en el centro del bloque, refrigeración líquida y un cambio de seis relaciones, todo ello diseñado para que fuera lo más estrecho posible. Se anunciaban 75 CV a 10.500 revoluciones y según Augusto Moreno de Carlos, que la pudo probar para Motociclismo el día de la presentación, su respuesta era como la de una 750, gracias, entre otras cosas, a unos carburadores Keihin CVK de 32 milímetros.
El chasis también se ganó algunos halagos en la época. Era una estructura construida con tubo de acero de sección rectangular, combinado con un basculante fabricado con aluminio y sistema UniTrack para el amortiguador –y una rueda trasera de 130/90 V 16–. La rueda delantera estaba sujeta mediante una horquilla convencimiento con sistema AVDS –Automatic Variable Damping System–.
Por supuesto, las cifras de prestaciones eran referencia: velocidad máxima de 217 km/h, aceleración de 0 a 100 km/h en 4,2 segundos y el 0-400 metros lo hacía en 12,6 segundos.
La Kawasaki GPZ 600 R se fabricó entre 1985 y 1990, cuando apareció la Kawasaki GPX 600 R. Por cierto, la Kawasaki GPZ 600 R también se conocía internamente como ZX600 A y ZX600 B. La GPX 600 R fue la ZX600 C.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS