La Bultaco Rapitan Sport es uno de los últimos intentos de la firma barcelonesa en volver a fabricar motocicletas. Un intento que aprovechó una idea que, por aquel momento, parecía tomar forma y tomar fuerza: la moto eléctrica. Hablamos del año 2014 y según se dijo en aquel momento, la Rapitan Sport –y también la Rapitan “a secas”– sería la base de los futuros modelos de la marca.
Motos de talante urbano y cosmopolita, lejos del pasado deportivo de la compañía, aunque como hemos visto en muchas ocasiones, las nuevas generaciones de usuarios tienen poco interés, o ninguno, en pasados repletos de victorias en carreras o de tradiciones. Los mismos que idearon la Bultaco Rapitan Sport son un ejemplo de ello, y eso que entre los nombres involucrados en el proyecto, estaban Nick Schoeps, ingeniero jefe de MotoCzysz, ganadores del TTZero de la Isla de Man en 2010.
Al menos, la Rapitan Sport guardaba cierta relación con las “viejas” motos todoterreno de la firma, ya que se presentaba un concepto muy cercano al Supermotard, aunque con detalles de lo más particular, como la suspensión delantera por paralelogramo –la marca la llamaba Dual Link Evolution– o un amortiguador trasero muy inclinado, sujeto a un basculante de tubos.
De tubos también era el chasis –con muy buen aspecto, todo sea dicho–, al se anclaba una batería de iones de litio fabricada, teóricamente, por la propia Bultaco, de la que no se específico la capacidad pero sí la autonomía: en autopista 110 kilómetros, en ciudad, 200 kilómetros. Tenía sistema de regeneración de energía en frenada y presumía de poder cargar por completo la batería en 45 minutos si se usaba un cargador rápido.
El motor también era desarrollo de Bultaco, desarrollado con la ayuda de LGN Tech Design, una empresa española con centro de investigación en Madrid y centro de producción en Barcelona. Ese motor rendía 40 kW –54,4 CV– y 125 Nm de par, lo que permitía anunciar un 0 a 100 km/h en cuatro segundos y una velocidad máxima de 145 km/h.
La producción se iba a llevar a cabo en las viejas instalaciones de Derbi en Barcelona, liquidadas por Piaggio y en manos de LGN Tech Design y se esperaba una producción de 2.000 unidades al año desde 2015. Y decimos que se iba a llevar a cabo, porque todo se quedó en la presentación de los prototipos. Sí llegó a producción la Bultaco Brinco, un híbrido entre motocicleta y bicicleta eléctrica y un precio de 6.990 euros.
También se presentó poco después el Bultaco Linx, un coche para “track day” al estilo del KTM X-BOW que, obviamente, tampoco llegó a ningún lado y que no tenía nada que ver con la fábrica que dio forma a estas motos eléctricas. Era una empresa diferente, apoyada por la misma familia Bultó y sin relación con las motos eléctricas –y que en realidad era el prototipo M2Linx de la empresa M2Linx Design SL–.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS