La Audi Z02 es la única motocicleta fabricada por la conocida firma de los cuatro aros –cuatro aros que desaparecerán en China, por cierto–. Y es la única moto porque solo creó un ejemplar, el cual, se conserva en las instalaciones de la compañía. La historia de esta moto es bastante peculiar, pero tiene a un personaje en el centro de toda la acción, un personaje que ha sido el detonante de cosas como la creación del Bugatti Veyron, de comprar Lamborghini o de desarrollar el motor W12: Ferdinand Pïech.

Ferdinand Pïech, nieto de Ferry Porsche, fue un tipo con una mente repleta de ideas. Se enroló en Audi en 1972 procedente de Porsche, donde había salido algo decepcionado porque no pudo llevar a buen puerto la idea de un minideportivo con el sello de la firma de Stuttgart. Así que se empeñó en darle un aire más deportivo a la compañía de aros y así, colmar sus ambiciones.

Una de las primeras cosas que se pasó por su cabeza una vez en Audi, fue crear una motocicleta, un prototipo de dos ruedas, cuya propuesta se llevó directamente a Walter Treser, quien era el director de proyectos de Audi en aquel momento. Hay que saber que, por aquel momento, 1976, los alemanes había adquirido DKW y NSU, famosos por la producción de motocicletas y parece ser que la presencia de esas dos marcas disparó la imaginación de Pïech.

Hay quien dice que no fue Pïech, sino Treser, quien propuso la fabricación de una motocicleta, espoleado por Roland Gumpert –quien luego creo el Gumpert Apollo una vez fuera de Audi, por ejemplo–, ingeniero mecánico que también era aficionado a las motos y creció, según parece, a los mandos de una Puch. Como Pïech buscaba algo realmente llamativo, la idea era perfecta.

De todas formas, fuera de quien fuese la idea, los tres mosqueteros se pusieron manos a la obra, aunque había algún que otro problema: Audi no contaba con componentes de motocicletas, ni tampoco había experiencia en la producción de los mismos. Estas limitaciones, entre otras, llevaron a los integrantes de tan peculiar grupo a una solución de lo más habitual: recurrir a elementos en el mercado.

Así, el chasis procedía de una BMW R90 S, la transmisión era de una Norton Commando 850, las estriberas se tomaron de una Yamaha, las llantas eran suministradas por Ronal y Gumpert se encargó de crear un vestido acorde para cubrir todo esto. En cuanto al motor, sencillamente, se tomó del banco de órganos de Audi, que por entonces, había puesto en circulación el Audi 50 con un bloque de cuatro cilindros de un litro.

Escoger ese motor obligó a modificar el chasis para que pudiera dar sustento al propulsor y se fabricó un basculante a medida, porque no quería usar la transmisión secundaría por cardán de la BMW, sino una tradicional cadena. No obstante, el propulsor se mantuvo de serie, con sus 60 CV. Hay quien dice que el motor rendía 100 CV después de recibir algunos cambios internos.

La moto, principalmente de noche y en el sur de Alemania –para mantener el máximo secretismo–, recorrió cerca de 8.000 kilómetros de pruebas sin problemas de ningún tipo, todo un logro para un equipo de trabajo sin experiencia alguna en motocicletas. La moto iba a ser fabricada en Brasil, pero el director de ventas de Audi, el Dr- Schmidt, rechazó de plano el proyecto a pesar de los buenos resultados que habían obtenido y del buen funcionamiento de la moto.

A los creadores de la Audi Z02, que es el nombre que se le dio, se les dijo que no veían posibilidades para vehículos de dos ruedas y que no eran fabricantes de motos.