La Derbi 74 TT fue considerada un lanzamiento importante para la firma catalana, pues representaba un nuevo paso en la compañía, que había centrado sus esfuerzos comerciales en la categoría de 50 centímetros cúbicos, sin prestar atención a otros segmentos como el de 75 centímetros cúbicos, el cual, tenía bastante peso comercial en España.
Pero la Derbi 74 TT no apareció por casualidad, ni tampoco salió de la nada. En 1975, la RFME –Real Federación de Motociclismo Español– creó el Trofeo Junior 75 cc, un campeonato que, en su primera edición, fue un desastre por la falta de interés de las marcas y por la falta de una organización fiable. Solo Montesa se presentó de forma oficial y, obviamente, ganó los primeros campeonatos. Sin embargo, hubo una marca que destacó por otras cuestiones: Derbi.
La montura de Derbi, un prototipo de todoterreno derivado de la Derbi 75 Cross, demostró ser un verdadero dragster al llevar casi todas las pruebas de aceleración del campeonato y las cronometradas en las que participó. Al mismo tiempo, el segmento de las motos de 75 centímetros cúbicos comenzó a ganar cierto interés y el potencial futuro empezó a ser interesante, lo suficiente para que Derbi pusiera en producción una versión “de calle” de ese prototipo con el que participó en el Trofeo 75 cc.
Curiosamente, el segmento de las 75 centímetros cúbicos había sido obviado por las marcas, que había visto más potencial comercial en otras parcelas, pero para 1978, ya había cuatro marcas intresadas en la categoría y con modelos en las tiendas: Derbi, Bultaco, Montesa y Puch –OSSA había caído poco antes… –. Ese interés también sirvió para que el Trofeo 75 de la RFME ganara peso e importancia, lo que permitió que las marcas españolas tuvieran una última época en la cumbre, antes de que llegaran fabricantes extranjeros y arrasaran.
La Derbi 74 TT resultó ser una motocicleta muy competitiva, pero solo en terreno nacional, fuera de nuestras fronteras no podía hacer frente a las monturas que se usaban en competición, mucho más avanzas, potentes y rápidas. Esto se justificaba, en la revista Moto Verde –noviembre del 78–, porque en España no se había creado la necesidad de motores de 74 centímetros cúbicos de competición y, por lo tanto, la evolución había sido mucho menor.
En dicha revista se hablaba muy bien de la Derbi 74 TT, sobre todo de la estabilidad y de sus cualidades como moto escuela. Igualmente, se decía que la moto era idónea y “perfectamente de acuerdo” con los objetivos perseguidos por Derbi, en un empeño más por justificar que la Derbi 74 TT no era tan competitiva como cualquiera de las motos europeas. Y en el fondo tenían razón en justificar algo así, hasta ese momento no había más referencia en España que “nuestras” marcas y si Derbi era capaz de ganar a Montesa y Bultaco, era más que suficiene, ¿Verdad?
La Derbi 74 TT –por Todo Terreno– es lo que ahora llamaríamos una enduro, y como muchas enduro, deriva de una motocicleta de cross. Se articulaba sobre un chasis de tipo doble cuna en tubo de acero, con horquilla delantera Betor “de aire y aceite”, con fuelles y un basculante trasero sobre rodamientos a bolas y amortiguadores telehidráulicos. Los frenos eran de tambor, o como se llamaba entonces, de expansión interna –que, en realidad, es su denominación “oficial”–.
Con respecto al motor, como solía ser habitual en las motos “de campo” españolas, era un monocilíndrico de 74,127 centímetros cúbicos refrigerado por aire y alimentado por un carburador con difusor de 26 milímetros, compresión de 10,5:1 y encendido electrónico. No se mencionaba potencia –no debería andar muy lejos de los 12 o 13 CV–, pero se decía que tenía un buen funcionamiento a bajo régimen y podía lanzar el conjunto hasta los 85 km/h.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS