Hablar de la KTM Freeride E es hablar de una de las motos más queridas en el mundo del motocross y es que desde hace una década solo ha sido capaz de cosechar grandes éxitos en el mercado. La firma austriaca ha sido el claro referente en el mundo de la competición y es que desde el inicio ha sido una de las motos más avanzadas que existe en su catálogo. Por ello, se ha podido conocer que ahora que ha llegado al final de su ciclo de vida, han querido renovarla por completo, retocando áreas en las que desde la marca aseguran que será una de las más vanguardistas en plena circulación.
Presentada en 2014 por la marca de Mattighofen con distintas versiones aptas para el mundo del enduro o bien del motocross, fue homologada varios años más tarde para dedicarse al mundo de la movilidad urbana. Este modelo que es puramente eléctrico, es uno de los modelos en los que se centran especialmente por mezclarse con el mundo del trial sin mayores complicaciones, aunque a diferencia de lo habitual en este tipo de motos, tiene un asiento tradicional junto a una caja de cambios de relaciones largas, lo que hace que sea una moto más interesante, o eso es lo que nos venden desde la marca.
Una de las principales novedades, es que el motor eléctrico se ha mejorado, centrándose concretamente en sus prestaciones. Con una potencia máxima de 19,2 kW y un par motor de 37 Nm, permite que se pueda alcanzar velocidades cercanas a los 100 km/h. Esto hace que sea una de las motos eléctricas más interesantes que han creado desde el grupo austriaco, ofreciendo un rendimiento muy atractivo para ser una eléctrica.
Por otro lado, en KTM han cambiado también parte del chasis de la moto, focalizándose especialmente en la parte de la geometría de la misma y dotando al modelo de una mayor distancia entre ejes. Puede parecer una tontería, pero no lo es, y es que esto lo que hace es que la moto sea más segura y tenga una mayor estabilidad. Gracias a una estructura de acero y un subchasis reforzado de fibra de nylon, esta moto que pesa menos de 112 kg es una de las polivalentes que hay en el entorno del enduro.
Este tipo de moto no serviría para nada sin su batería, que con un peso de 29 kg, está compuesta por ion de litio, contando con una capacidad total de 5,5 kWh, que es más de 1,5 kWh, que sobre el papel supone que tenga una mayor autonomía. Al mismo tiempo, se ha potenciado especialmente los ciclos de carga, llegando a alcanzar más de 1.000 sin perder eficiencia. No obstante, en la parte ciclo nos encontramos con una suspensión WP de última generación con una horquilla XACT dividida de 43 mm y un sistema de nueva creación XPLOR PDS, que cuenta con un amortiguador trasero, lo que hace que las irregularidades del terreno no se noten prácticamente en circulación.
Con la última actualización de la KTM Freeride E, en la firma se han propuesto conquistar un segmento en el que han conseguido buenas cuotas de mercado y ahora han conseguido mejorar una de las motos pioneras poniéndola a la altura de sus rivales más directos. Sobre el papel, con estos cambios la KTM eléctrica se sitúa entre una de las motos a tener en consideración en el mundo de la competición sostenible.
Alejandro Delgado
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