La BMW R80/7, cuando llegó al mercado, no ofrecía realmente nada especial, no había nada nuevo o innovador que pudiera llamar la atención de los usuarios. En realidad, la R80/7 no era, sino, la perfecta opción intermedia entre la BMW R75 y la BMW R100, es decir, la firma alemana buscaba completar su catálogo con una “motocicleta total”. Tan total, que la revista Solo Moto, en el número 111, la definió como “una moto perfecta”.
Obviamente, hay matices en esa “moto perfecta”, pues se referían a que resultaba una moto perfecta para sus objetivos, perfecta en sus planteamientos. BMW Motorrad siempre ha sido un fabricante de motocicletas diferente, ha seguido su propio camino y ha sabido como ganarse a un público muy concreto, con productos muy concretos, capaces de soportar el paso del tiempo sin inmutarse y sin que las modas puedan llegar a afectar en exceso. Al menos así era antes, en la época de la R80/7, a finales de los 70.
De hecho, esa personalidad y esa particularidad de la marca, se aprecia sin lugar a dudas tanto en el diseño de la propia moto, como en las soluciones adoptadas para, por ejemplo, el motor. Estéticamente resultaba un modelo bastante clásico, nada sorprendente y sin nada especial, unos detalles que son los responsables de su éxito, pues luce equilibrada, bien proporcionada e incluso elegante. Y con el motor pasa algo similar con su simple imagen –con los dos cilindros que sobresalen a los lados– y también con sus características: boxer de dos cilindros con 785 centímetros cúbicos, compresión de 9,2:1 y carburadores, para 50 CV a 7.250 revoluciones y 5,8 mkg a 6.000 revoluciones. La caja de cambios era de cinco relaciones y el peso total del conjunto ascendía a los 195 kilos.
Las BMW, como las Harley, nunca fueron motos ligeras, hay poco plástico y mucho metal, pero en el caso de las alemanas no llegaron nunca a los extremos de las norteamericanas y su concepción las hacía más ágiles, dinámicas y menos cansadas de conducir. La mencionada revista Solo Moto ya daba pistas sobre su comportamiento: “la BMW de nuestra prueba gira extraordinariamente; permite hace los cambios de sentido en las circunstancias más inverosímiles”.
También dejaba claro el talante de la moto mediante algunos comentarios sobre las suspensiones, de las que se afirmaba “son un modelo para aquellas motos que se denominan turismo. Suaves, superabsorbentes, mullidas”. Igualmente, se recomendaba una conducción suave y sin brusquedades, sobre todo por la presencia de un eje cardán para la transmisión secundaría.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS