En 1998 la casa de Noale presentó la Aprilia RSV Mille. Esta mala bestia de 1.000 cm3 era la puesta de largo del fabricante italiano en lo que a motos de gran cilindrada respecta. Aprilia siempre había estado muy ligada al mundo de la competición e incluso contaba con un generoso palmares de victorias en diferentes categorías, pero siempre en cilindradas mucho más reducidas.
Los italianos quisieron hacer una moto muy especial y para ello diseñaron un conjunto muy radical con una orientación y puesta a punto de carreras. La Aprilia RSV Mille era una moto de competición con matrícula e intermitentes, algo mucho más radical que las deportivas japonesas de 1.000 que empezaban a llegar por aquella época, como la Yamaha R1.
Mecánicamente Aprilia decidió confiar el motor a Rotax, en vez de probar con un diseño propio en unas cilindradas en las que carecían de experiencia. Los austríacos no defraudaron y presentaron un bicilíndrico en V cerrada a 60 grados de alto rendimiento.
Culatas de cuatro válvulas, refrigeración líquida, carrera corta… son solo algunas de sus características. Era un motor muy avanzado técnicamente. Incorporaba un sistema de inyección electrónica de combustible en una época en la que todas las R japonesas eran de carburación. La potencia rondaba los 130 caballos a 9.500 vueltas, dependiendo de la versión y el año, ¡nada mal para un bicilíndrico de 1998! El consumo normal del modelo anda en unos 6,8 l/100 km, razonable si tenemos en cuenta el tipo de moto del que estamos hablando.
La cifra de par es incluso más sorprendente: 100 Nm a 7.500 vueltas. Las tetracilíndricas japonesas de 1.000 cm3 la superaban por bastante en potencia, puesto que andaban todas por encima de 150 caballos, pero no hemos de olvidar el caracter explosivo y la rabia que ofrecía la configuración bicilíndrica en V.
Desgraciadamente, el tiempo le ha dado la razón a los tetracilíndricos y hoy en día es prácticamente imposible ver motos deportivas bi. Los fabricantes tradicionales de estas mecánicas, Aprilia y Ducati, se han pasado a la configuración V4 para seguir manteniendo ese halo de exclusividad y a su vez seguir la escalada de potencia imparable de los motores tetracilíndricos japoneses.
Volviendo a la Aprilia RSV Mille, la parte ciclo era de absoluta locura. Hemos de ponerlo todo en contexto: estamos hablando de 1998. En aquella época los de Noale direon la campanada con una horquilla invertida cuando la mayoría de la competencia montaba horquillas convencionales. El resto de componentes no eran de mercadillo precisamente. Montaba pinzas de freno de cuatro pistones Brembo serie oro mordiendo discos de 320 mm. El chasis estaba construido en aluminio y el basculante era de tipo plátano para conseguir una mayor rigidez, y también estaba construido en aluminio. El peso alcanzaba los 185 kg en vacío.
Estéticamente la moto tiene un carenado integral de lineas fluidas y redondeadas. El trabajo aerodinámico es muy fino y eficiente, puesto que con “solo” 130 CV la moto es capaz de alcanzar los 272 km/h. En general es un diseño muy agradable que recuerda directamente a los grandes premios, aunque el frontal y los faros desentonan un poco y rompen con la armonía del conjunto. Quién iba a decirlo tratándose de un fabricante italiano, que se supone que siempre cuidan más esta faceta de sus productos.
Destaca también la instrumentación del modelo. Consistía en un tacómetro central para marcar el régimen de giro, custodiado a ambos lados por dos pantallas LCD monocromo de grandes dimensiones. En Aprilia querían destacar el componente electrónico y tecnológico del modelo en una época en la que eso no estaba de moda. Podría decirse que incluso fueron pioneros en ese aspecto.
De esta moto se vendieron tres versiones. En orden de menor a mayor calidad de los componentes estaban la RSV Mille, la RSV Mille R, y la RSV Mille SP. La principal diferencia entre la versión estándar y las otras dos estaba en la suspensión, que en los modelos prestacionales corría a cargo del fabricante sueco Öhlins.
La moto sufrió diferentes modificaciones para mantenerse fresca y actual a nivel técnico, algo habitual en las super deportivas. Aprilia también aprovechó esta base mecánica para sacar una versión hyper naked : la Aprilia Tuono 1000 R. En 2004 llegó la segunda generación del modelo y los de Noale aprovecharon para cambiar la nomeclatura, paso a denominarse Aprilia RSV 1000 R.
Aunque Aprilia nunca ha tenido buena fama en lo que a fiabilidad se refiere, esta moto es bastante robusta y el motor goza de buena reputación. Quizá su punto débil sea el resto de componentes que no son el propulsor y que pueden dar guerra.
De segunda mano andan a precios de escándalo. Por poco más de 2.000 euros te puedes hacer con una super deportiva muy especial y una parte de ciclo que, pese a tener 20 años, no desentonaría mucho con las deportivas de hoy en día.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.Hola Gonzalo, tengo una Mille RSV R del 2002. fabulosa ,aunque un poco “potro de tortura” si consideramos que se pasan la ergonomia por el forro…es decir. a las dos horas me duelen rodillas y muñecas como al que más. Será la edad, en fin,.una gran desconocida que me saca medias sonrisas en cada ocasión en que la saco del garage…y qué motor. larga vida al Twin power!!!
Hola Josep! Me alegro de que la disfrutes. Potro de tortura… sabíamos a lo que veníamos XD. Es una moto pura sangre concebida para los circuitos y ahí lo que cuentan son solo las prestaciones, no la comodidad. La verdad es que se ven pocas, mientras que es relativamente sencillo toparse con su competencia japonesa de aquellos años por las calles. Eso hace que en parte sea un poco más especial. Y respecto al Twin Power reconozco que también soy un enamorado, al menos para la vía publica y las carreteras convencionales. El tetra tendrá toda la potencia que quieras,… Leer más »