Bimota. Posiblemente, no haya otra marca de motos con un nombre tan especial, tan único. Nace tras la “fusión” de los apellidos de sus fundadores: Valerio BIanchi, Giuseppe MOrri y Massimo TAmburini. Además, no solo tiene un nombre superpersonal, también trabaja –o trabajaba– de una forma especial. Ellos solo creaban el chasis y la carrocería, mientras que el motor se compraban a otro fabricante, un hecho que, por cierto, influía en el nombre de los modelos.
Como marca puramente italiana, sus modelos eran muy deportivos y destacaban tanto por diseño como por detalles técnicos, sobre todo en lo referente al chasis, que las hacía bastante ligeras. Un gran ejemplo de esto lo tenemos en la Bimota YB11, una Superbike aparecida en 1996. Como se ha comentado antes, el origen del motor influía en la denomonación del modelo y por ello, la YB11 hacía referencia a Yamaha, Bimota y el número era las veces que se había usado el motor de Yamaha, es decir, 11 veces con este modelo.
Ese motor Yamaha procedía de la FZR 1000 R Exup, un cuatro cilindros de 1.0002 centímetros cúbicos que rendía 145 CV a 10.000 revoluciones –algunos medios de la época midieron 131 CV a la rueda– y 109 Nm de par a 8.500 revoluciones, aunque contaba con una admisión diseñada para que el motor respirara mejor y así, a alta velocidad, según la marca, rendía algunos caballos más. Curiosamente, el cambio era de solo cinco relaciones, pero presumía de un peso en seco de 183 kilos –215 kilos en orden de marcha–. Esto eran 15 kilos menos que la FZR 1000 R, un detalle que era “marca de la casa” en Bimota.
Todos los modelos de la firma de Rimini, eran más ligeros que aquellos con los que compartía el motor, aunque en este caso, las características entre la YB11 y la FZR 1000 R eran muy similares. Para empezar, el chasis era un doble viga de aluminio, mismo tipo de chasis y mismo material que empleaba la Yamaha. Las suspensiones tampoco eran muy diferentes, con una horquilla invertida delante y un monoamortiguador totalmente ajustable detrás. Para los frenos también se hacía uso de similares elementos, con dos discos delante y uno detrás. Las diferencias estaban en su diseño, por supuesto, y en su puesta a punto, además de los materiales y el diseño general de sus elementos.
Como hemos dicho antes, Bimota hacía motos muy deportivas y la YB11 era la Superbike más radical de aquel momento –cuando las Superbikes eran las 750, no las 1.000… –. El carenado era muy escueto, con formas sinuosas, con una cúpula pequeña y muy baja, que obligaba al piloto a plantarse totalmente sobre el depósito si quería estar cubierto. Los semimanillares estaban muy abajo y el mencionado depósito tenía una forma muy elevada a la altura del piloto. Al mismo tiempo, las suspensiones eran muy firmes, básicamente de carreras –o casi–, lo que hacía que fuera una moto muy poco apropiada para un uso diario. La Yamaha FZR 1000 R, por su parte, era mucho más benévola con su conductor y permitía un uso más versátil.
La Bimota YB11 se fabricó entre 1996 y 1998, dos años durante los cuales se montaron un total de 600 unidades. Era mucho más cara que la FZR 1000 R y aunque más rápida en circuito, no podía presumir de una ventaja tan abultada como si lograban sus antecesoras.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS