La BMW R 850 RT es otra de esas motos poco conocidas por estos lares. Casi parece un contrasentido o una pequeña broma hablar de toda una BMW RT, una institución dentro de las motos touring, y ponerle el apellido 850, un motor de “chichinabo” y poco más que un triciclo, como dirían muchos “expertos” de barra de bar en España.
Que no os extrañe, antes del año 2006, los alemanes todavía no tenían el motor bicilíndrico en línea de 800 cc, es por ello que para enriquecer la gama y poder escalonar mejor los niveles de potencia, hasta esa fecha se valieron del recurso de comercializar dos mecánicas bóxer simultáneamente, una de mayor cubicaje y potencia y otra un peldaño por debajo para los que no podían o no necesitaban pagar tanto.
Así, por ejemplo, la antecesora de nuestra protagonista de hoy fue la BMW R 80 RT, con sus modestos 50 CV, y que se dejó de vender en 1993, pero paralelo estuvo la BMW R 100 RT. A comienzos del nuevo milenio pasó lo mismo. Teníamos la BMW R 1150 RT y la BMW R 850 RT, aunque esta última permaneció sólo dos años en el mercado: 2001 y 2002.
A nivel mecánico, el bóxer refrigerado por aire de ocho válvulas e inyección electrónica erogaba unos correctos 70 CV. No era la moto más rápida del mundo, ni siquiera para los estándares touring de la época, pero siendo sinceros, para viajar a gusto a velocidades de crucero e incluso por encima de lo permitido no hace falta más. La caja de cambios era de cinco velocidades y aquí si echamos de menos una sexta marcha de desahogo que le habría venido muy bien.
Podía ser una touring de acceso al catálogo de BMW, pero no faltaban las tecnologías de vanguardia y el equipamiento puntero, como buena moto Premium que era. Así pues, contaba con una cúpula regulable en altura eléctricamente mediante un botón situado en la piña del manillar. Por otra parte, contaba con el novedoso sistema de servofreno asistido que tan de moda estaba en casi todos los modelos de BMW de aquella época y que tantos quebraderos de cabeza dio a los propietarios de estas motos, ya que fallaba con mucha frecuencia y la avería era de todo menos barata.
En el resto de apartados la ciclística de la moto rallaba a un gran nivel con el sistema de suspensión Paralever en el eje trasero, así como el clásico cardán sin mantenimiento y que aseguraba miles de kilómetros por delante sin tener que preocuparse de nada.
En el tren delantero recurría a la suspensión de tipo Telelever. El tarado de ambas era más bien tirando a blando y primando el confort mientras que los frenos, cuando funcionaban, lo hacían a las mil maravillas, con gran mordiente y un sistema ABS para mantener las cosas bajo control.
A muchos os sonará esta moto porque formó parte de la flota de la Guardia Civil hasta hace no mucho tiempo. Hoy en día, la verdad, es que no hay mucho entre lo que escoger si queremos una de estas. El modelo no tuvo muchas ventas, ya que estuvo poco tiempo en activo.
La práctica totalidad de las motos que se encuentran en las páginas de clasificados tienen un porrón de kilómetros a sus espaldas. El motor bóxer es muy longevo ya que apenas va exigido, pero en motos que superan la centena de miles de kilómetros, la mayoría que están a la venta, tenemos que pensar que muchos otros órganos mecánicos también acusan el paso del tiempo y de los kilómetros, y siendo BMW un fabricante Premium ya nos podemos imaginar el precio de los recambios.
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Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.Creo que las Boxer 850 son extraordinariamente duras, más aún que las 1100.
+1. Tengo una y así es.