BOTT Power es una pequeña empresa española que diseña y construye motos a medida con las tecnologías más avanzadas y piezas de máxima calidad. De hecho, no encontrarás dos BOTT iguales en el mundo; cada moto se monta a medida del cliente. En el caso de la BOTT XR1R se busca el mejor rendimiento sobre el circuito a través de una electrónica derivada de la competición y el uso de materiales ligeros, como un chasis de titanio y multitud de elementos en fibra de carbono.

En lo tocante a la electrónica “de carreras”, destaca una ECU EFI -de inyección electrónica- Euro 4 que permite tener control de tracción ajustable, seleccionar entre tres mapas de motor diferentes, launch control y limitador de velocidad para que no nos multen al pasar por el pit lane. Además, monta un equipo de telemetría que mide, además de la presión del gas y freno o la posición por GPS, los niveles de tensión en áreas del chasis y en las rótulas transversales (tie rods) mediante extensometría.

Buscando ofrecer una ligereza aún mayor, como buena moto circuitera, el motor de arranque desaparece pasando a necesitar de un arrancador externo. Con un objetivo de 150 kg sobre la báscula, prescindir de este elemento ya suponen 8 kg de ahorro. El radiador, por su parte, pasa a montarse delante del motor, un propulsor de dos cilindros en V refrigerado por agua y aceite que desarrolla 150 CV en modo de carreras a partir de 1.203 centímetros cúbicos.

Durante su fase de desarrollo, se han estado estudiando las diferencias de comportamiento que puede haber entre un chasis de acero y un chasis de titanio. De nada sirve poner en producción algo que no es viable. Pero lo que si es viable, es que esta supermotard de aspecto tan bruto tendrá de terreno favorito las pistas repletas de curvas.