La Aprilia RST 1000 Futura fue una de esas motos incomprendidas y poco apreciadas de inicios del siglo XXI. Con un diseño muy futurista inspirado en el avión de combate Lockheed F-117 Nighthawk, trató de plantar cara a la Honda VFR 800 con buenos argumentos, pero no gozó del favor del público, así que sus bajas ventas obligaron a retirarla del mercado en 2005.

Esta moto nació en 2001, como sport-tourer o tourer-sport, porque puede ser una moto deportiva en la que es posible realizar viajes largos; o con sus maletas, una moto viajera con posibilidades deportivas. Su diseñador, Pierluigi Marconi, trató de realizar un producto de calidad para hacer frente a las japonesas de la época y consolidar la imagen de Aprilia como un gran fabricante.

El motor que se utilizó para equipar a la Futura fue muy similar al de la Aprilia SL1000 Falco, un bicilíndrico V-Twin a 60º de 997,6 cm³, con inyección electrónica y dos bujías por cilindro. Tenía un rendimiento sobresaliente, produciendo 113 CV 9.250 rpm y 96 Nm de par a 7.250 rpm, lo que unido a su caja de seis marchas y transmisión por cadena hacía que pudiese alcanzar cruceros muy altos, incluso llegar a los 239 km/h de velocidad máxima si era requerido.

La Aprilia RST 1000 Futura tenía un diseño muy polarizante: o la amabas, o la odiabas. No había término medio

Su suspensión delantera recurría a una horquilla invertida de 43 mm firmada por Showa, con 120 mm de recorrido, mientras que el monobrazo trasero se amortiguaba gracias a Sachs, y disponía de otros 120 mm de recorrido. En cuanto a frenos no escatimaba, montando los Brembo Gold Series, con doble disco de 300 mm delante y disco sencillo de 255 mm detrás. Su peso en vacío era de 235 kg, nada exagerado para todo lo que ofrecía.

El ángulo de lanzamiento era de 26º y el avance de 102 mm, por lo que se convertía en una moto muy manejable, incluso entre el tráfico de una ciudad. En carretera tenía aplomo y comodidad suficiente para realizar viajes largos, y si entrabas en una zona virada, podías marcar un ritmo más alegre sin problemas.

Sin duda, tenía un diseño muy cuidado. A la hora de proyectarla, se puso especial hincapié en que el escape no transmitiese excesivo calor al asiento, al estar situado debajo del colín. Aunque había otros detalles que hacían bajar su nivel, como la ausencia de caucho en sus estriberas, lo que ciertamente transmitía mayores vibraciones a los pies.

Fue una lástima que sus ventas no acompañasen, cesando la producción en 2003, pero manteniéndose en el catálogo hasta 2005, para liberar el stock. Una moto con doble personalidad, que conseguía mantener un buen equilibrio entre deportividad y confort. Aunque ya se sabe que quien navega entre dos aguas, no llega a la orilla.