La llegada de los japoneses al mercado europeo de la moto lo puso todo patas arriba. Llegaron con prestaciones arrolladoras y un diseño espectacular, a un precio mucho más contenido que lo disponible en aquellos momentos. Además, la fiabilidad también era un argumento importante y su capacidad de evolución remataba el panorama. Los fabricantes europeos no supieron reaccionar a tiempo y aquellos que intentaron ofrecer algo nuevo y al nivel de los nuevos productos nipones, se mantuvieron en sus trece y apostaron por lo mismo que habían hecho durante los últimos 20 años, pero ligeramente evolucionado.
El caso es que la industria europea, especialmente la británica, que siempre tuvo mucho peso en el mundo de la moto, llevaban algún tiempo sin novedades reales y solo el binomio Triumph/BSA intentaron salirse un poco de lo tradicional entre las firmas británicas. Todavía no habían llegado las motos japonesas –no al menos como llegarían después–, pero ya había escasez de ideas y un estancamiento general en lo que se refiere a innovación, que no arreglo la pequeña valentía de BSA, donde decidieron que añadirían un cilindro más a su popular motor de dos cilindros en paralelo.
Sí, esa fue la mayor innovación a finales de la década de los 60 y además, fue un desarrollo que no partió de cero, sino del motor que ya se usaba en muchas motos y que había diseñado Edward Turner muchos años antes –para la Trump Speed Twin 500 de 1937–. Los encargados del nuevo desarrollo fueron Bert Hopwood y Doug Hele, quienes tenían todo el trabajo hecho en apenas un año. La idea era crear algo realmente nuevo, como un cuatro cilindros en línea con árbol de levas en cabeza, pero eso requería mucho tiempo y mucho dinero, no se podían permitir algo así, tuvieron que buscar otra opción: un tres cilindros con distribución por varillas y balancines.
El resultado final se puso en circulación con la denominación de BSA A75 Rocket III, un modelo que estuvo acompañado poco después por la Triumph Trident. Ambas compartían el motor de tres cilindros y 740 centímetros cúbicos, distribución por varillas y balancines, tres carburadores Amal y 44 kW –60 CV– a 7.250 revoluciones, más 61 Nm a 6.900 revoluciones. Tenía una caja de cambios de cuatro relaciones, frenos de tambor en las dos ruedas hasta 1971, que se pasó a montar un disco delantero y 1975, que se montó el disco trasero.
La BSA Rocket III se fabricó en las instalaciones de BSA en Small Heath, mientras que la Trident de Triumph se montó en Meriden, Coventry, y esto se debía a que no eran motos exactamente iguales, pues el chasis no se compartía –doble cuna con el motor inclinado en la BSA; chasis de tubo diagonal con el motor vertical en la Triumph–. Solo de la BSA Rocket II se fabricaron algo más de 27.000 unidades.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS