La competición es un campo de pruebas perfecto para la aparición de modelos únicos como la Bultaco Optaco. Una motocicleta creada de forma artesanal sin ningún tipo de vinculación técnica con los ingenieros de la marca. Hecho éste que genera una paradoja. Pues, al fin y al cabo, estamos ante una Bultaco que no es una Bultaco. Menuda cuadratura del círculo, ¿verdad? No obstante, que nadie se caliente aquí la cabeza pues todo esto cuenta con una explicación muy sencilla. Veamos. A fin de comprobar la historia de un vehículo lo primero es autentificar su número de chasis. Algo que, en términos ciudadanos, sería igual a verificar la identidad de una persona en base a su DNI.
Además, si el número del motor se corresponde con el cual se asignó en la fábrica al chasis que lo porta tenemos un “ matching numbers “. Es decir, un números coincidentes Algo especialmente valorado en el ámbito de los coleccionistas, donde la integridad de fábrica resulta un valor importante cuando hablamos de vehículos clásicos. Evidentemente, si lo que estás buscando es algo para transportarte en el día esto no te ha de importar lo más mínimo. Pero claro, las cosas cambian cuando hablamos de preservar piezas históricas en su escrupuloso estado de aparición.
Dicho esto, la Bultaco Optaco no representa un “ matching numbers “ claro está. Pero es que aquí está su gracia, pues hablamos de una creación generada de forma no oficial por un equipo de entusiastas en Seattle. Es decir, se trata de una máquina de competición que siquiera contó con la supervisión o al menos conocimiento de Bultaco. Sin embargo, entrando en una segunda paradoja resulta inevitable señalar a la Bultaco Optaco como una de las motocicletas más icónicas en la historia de la empresa catalana. ¡¿Pero cómo?! Bueno, al fin y al cabo Jim Pomeroy se inició en la competición profesional gracias a ella. Un hecho que, al poco tiempo, traería grandes alegrías a Bultaco en el Mundial de Motocross.
Dado que Bultaco era una marca asentada en los Estados Unidos, muchos concesionarios de la misma auspiciaban equipos semiprofesionales usando motocicletas de la marca catalana
Bultaco Optaco, la iniciación de Jim Pomeroy
Hacia 1970 Bultaco ya era una marca asentada en el mercado estadounidense. Es más, gracias a sus monturas camperas se había consolidado como una opción recurrente entre los aficionados con veleidades competitivas. De esta manera, no pocos distribuidores de la casa catalana en aquel país financiaban pequeños equipos con los que alimentar a las carreras locales. Una verdadera cantera de talentos en la que surgió Jim Pomeroy con tan sólo 18 años tras ser descubierto por Terry Saxland.
Distribuidor de Bultaco en Seattle, éste advirtió las excelentes cualidades de Pomeroy. Llegados a este punto, en 1971 lo fichó para correr en las mangas de Motocross convocadas por la American Motorcycle Association. Y vaya, a partir de ahí fue una verdadera explosión llegando a los primeros puestos una carrera tras otra. Gracias a ello, en 1973 Pomeroy tuvo su primera oportunidad en el Mundial al participar con una Bultaco Pursang MK6 en el GP de España de Motocross. Un estreno superlativo, ya que ganó la prueba siendo el primer norteamericano en ganar una cita del Mundial.
Tras esto se desató una verdadera pasión por el Motocross en los Estados Unidos. Y, además, Pomeroy fichó de manera inmediata por Bultaco dejando atrás el mundo de los pequeños equipos privados. Sin embargo, nada de esto hubiera sido posible sin la Bultaco Optaco. Creada en 1970 a partir del diseño de chasis ideado por el ingeniero aeronáutico Al Oppie, en ella se buscaba pesar unos 18 kilos menos que las motocicletas de Motocross con hasta 500 centímetros cúbicos. Es decir, Oppie daba al reducir peso la misma importancia que los diseñadores de Honda o Husqvarna durante esos mismos años.
Ideada por un ingeniero que trabajaba en Boeing, esta motocicleta fue una creación tan osada como artesanal con el objetivo de ser lo más ligera posible
Equipada con motores que vienen de la El Bandido o la Pursang MK4 según la fuente que se consulte – las piezas únicas tienen una historia aún más confusa que la de cualquier Bultaco – , el desarrollo de la Bultaco Optaco fue realizado por el piloto de Dirt-Track Randy Skiver. Una figura local que colaboraba con el equipo de Saxland, dejando a esta máquina a punto para que en 1971 la usara por primera vez Jim Pomeroy en Puyallup, Washington. Tras aquello, su ascenso en las clasificaciones de la AMA fue tan meteórico como la sucesión de motocicletas usadas. Sin embargo, nunca olvidó lo importante que para su carrera había sido la Bultaco Optaco. Por ello, la incluyó en su colección personal conservándola hasta su muerte en 2006. Momento en el que pasa a ser custodiada por sus descendientes llegándose a mostrar con regularidad en el Museo de Historia e Industria de Seattle. Un lugar perfecto para poner en valor a esta motocicleta tan especial.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS