Para el motociclismo la década de los sesenta fue, seguramente, la más trepidante y activa de entre todas las registradas en el siglo XX. Para empezar, el auge del automovilismo masivo hizo que ésta se enfrentase a una completa reconversión de gamas en la que, necesariamente, la especialización deportiva se alzó como el nicho de mercado más prometedor junto a los ciclomotores urbanos. Además, aquellos años también contemplaron el definitivo despegue de la industria japonesa.
Todo un aldabonazo pues, no en vano, fabricantes como Honda, Kawasaki o Suzuki llegaron a los países occidentales con productos dominados por una excelente relación calidad/precio. Dicho sea de paso, en todos los segmentos. Desde los ciclomotores más modestos hasta las superbikes más prestacionales. Asimismo, en el ámbito de las carreras el motociclismo experimentó una evolución sin igual. Y es que, mientras el Mundial de Velocidad se hacía cada vez más masivo en términos de audiencia, todo lo relacionado con el Off-Road se expandió a un ritmo frenético.
De hecho, en ese sentido el Trial es un buen ejemplo. Irradiada desde las Islas Británicas, su afición fue poco a poco conquistando nuevos ámbitos en países de la Europa continental. Uno de ellos España, donde en tan sólo unos años vivió una gran explosión gracias al impulso de Bultaco y otras marcas catalanas. Para empezar, hacia 1960 esta especialidad de las dos ruedas estaba prácticamente ceñida al ámbito de la familia Bultó y algunos conocidos de ella. Es más, muchas de las primeras pruebas de Trial en España se celebraron en la finca de la familia propietaria de Bultaco. No obstante, tan sólo ocho años después teníamos a la marca ganando el Campeonato de Europa de Trial con Sammy Miller. ¿Qué había pasado?
Tras el enorme éxito de la primera Sherpa T en materia de diseño y competición, la Modelo 49 actualizó el concepto para tener así un enorme éxito en los concesionarios
Bultaco Sherpa T Modelo 49, llega el éxito comercial
A comienzos de los años sesenta, las diferentes especialidades del Off-Road aún no estaban muy perfiladas entre sí. De esta manera, multitud de pilotos con monturas Bultaco – incluso los de fábrica – disputaban los Trial con unidades adaptadas de la Sherpa N. Una motocicleta, en principio, pensada para el día a día laboral por caminos agrarios. No obstante, la toma de contacto de Sammy Miller con integrantes de Bultaco en 1962 derivo en la puesta a punto de una montura completamente nueva.
Así las cosas, en 1965 se presentaba al fin la Sherpa T “Sammy Miller”. Mucho más ligera y manejable que sus rivales británicas con motores de cuatro tiempos, ésta supuso una completa revolución en el mundo del Trial al apostar por la sencillez y la eficacia de los motores con dos tiempos. De hecho, en cuanto ganó los Seis Días de Escocia esta máquina marcó un antes y un después en la historia de la especialidad.
Llegados a este punto, el Trial estaba evolucionando a tal ritmo que los fabricantes sólo aumentaban el ritmo de presentación de nuevos diseños. Debido a ello, los modelos habían de ser renovados casi anualmente a fin de no quedarse anticuados en medio de semejante marasmo de actualizaciones. Con todo esto, en 1967 Bultaco presentó la Sherpa T Modelo 27. En ella se prescindía de la culata radial de la “Sammy Miller” para sustituirla por la típica de láminas en longitudinal, incrementando la potencia hasta los 19,6 CV al tiempo que el peso quedaba en unos escuetos 92 kilos.
Gracias a modelos como la Sherpa T el Trial vivió un auge espectacular en toda Europa, dando pie a la convocatoria de un campeonato mundial
Ahora, de cara a la temporada siguiente Bultaco no se relajó lo más mínimo. De hecho, la aparición de la Sherpa T Modelo 49 en 1968 significó un cambio muy importante en la historia de esta saga trialera. Para empezar, el chasis fue rediseñado junto a los paneles de carrocería. Una evolución en la que destacó la nueva decoración del depósito de combustible así como una presencia general realmente robusta. Respecto al motor, éste se configuró para rendir más potencia a menos vueltas, haciendo aún así más manejable y sencilla de llevar a la Sherpa. Todo ello con un nuevo planteamiento de la curva de potencia, ahora más suave y progresiva entre otras cosas gracias a la acción de un carburador Amal 627 con 27 milímetros alimentando al monocilíndrico de 244 centímetros cúbicos con 19,8 CV. De esta manera, la nueva Sherpa se convirtió en un completo éxito de ventas asentando así a esta saga, una de las más exitosas en la historia de Bultaco tanto en términos comerciales como de competición. Es más, durante sus tres años en producción llegó a vender 4.700 unidades. Sin duda, una de las grandes protagonistas en el auge del Trial a nivel mundial.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS