“Fada sü a Milán cont el coeur y cont i man”: este es el lema de la empresa que hasta 2017 fabricaba a nuestra protagonista de hoy, la CR&S Duu y que significa algo así en milanés como: “construida en Milán con el corazón y con las manos”. Lema por otro lado impreso en una chapa en todas y cada una de las motocicletas fabricadas, porque la marca con sede en Cusago hizo honor desde 1992 hasta el cierre, de las raíces de la tierra donde se ubicaba, usando el dialecto local incluso para nombrar a sus dos modelos que tuvo en fabricación.

Antes de esta impresionante Duu, (“dos” en milanés), se concibió el modelo Vun (“uno” en milanés), una monocilíndrica equipada con un propulsor Rotax de extrema ligereza y alto índice de diversión. Pero hoy queremos centrarnos en esta Macho Bike, fabricada de una manera prácticamente artesanal y con el empleo de materiales de primerísima calidad.

CR&S (de Cafe Racers & Superbikes), propiedad de Giorgio Sarti, Giovanni Cabassi y Roberto Pattoni, presentó la Duu en el Salón de Milán de 2009 (ver vídeo), causando un gran impacto por la calidad del producto a la par de una imagen impactante. El proyecto de la mano de Roberto Crepaldi como CEO y el diseño por parte Donato Cannatello contaba un año después con un centenar de pedidos.

Algo destacable en la fabricación del modelo de la marca milanesa era la interacción del futuro propietario en el desarrollo de la moto, pudiendo elegir desde la decoración, pasando por el tipo de materiales a usar para las zonas carenadas ,que podían servirse en carbono, o mejoras en el propulsor, incluyendo una caja de cambios de seis velocidades en vez de la de cinco que se montaba en origen.

También era opcional el asiento del pasajero, teniendo dos versiones dependiendo de si llevaba o no este elemento. La versión monoplaza se denominaba “deperlù”, y si se optaba por las  dos plazas, “conlatusa”.

La CR&S Duu demostró con su fuerte personalidad y un nivel de fabricación y acabado brillante, ser una de las motocicletas mas exclusivas que se podían comprar en su momento en el país transalpino

El propulsor utilizado era un bicilindrico de 1.916 cc en V a 56º y dos válvulas por cilindro, fabricado por la empresa estadounidense S&S y denominado X-Wedge, el mismo utilizado por ejemplo en el Morgan 3 Wheeler, aunque en esta ocasión limitado a 95 CV de potencia a 5.100 RPM y un par máximo de 140 Nm a 4.300 RPM. Podía alcanzar los 200 km/h.

La Duu destaca por encima de todo por la calidad de sus mecanizados, hechos de una manera artesanal, desde su chasis de acero con tubos de gran sección, pasando por su basculante monobrazo que deja a la vista una espectacular llanta multiradio cromada -fabricada en fundición de aluminio- o su doble salida de escape por la parte inferior del propulsor, reducida al máximo, dándole un aspecto aún más compacto y musculoso.

Nada en esta Macho Bike se dejó al azar, cada detalle en ella es una agradable sorpresa, como su  doble disco lobulado flotante de 320 mm con pinzas radiales de cuatro pistones firmados por Brembo, pero con el logo de la marca impreso en las pinza. Atrás se optó por un solo disco de 260 mm con pinza flotante de dos pistones. En cuanto a neumáticos y llantas, las medidas elegidas fueron 120/70 ZR17 para el tren delantero y 190/55 ZR17 en la parte posterior.

Con unas cotas finales de 2.197 mm de longitud por 770 mm de anchura, y una distancia entre ejes de 1.576 mm, evidentemente la Duu no era una moto precisamente liviana. Pese a sus 245 kilos en seco, no era tampoco la más pesada si la comparamos con otras del mismo segmento en el que se podía englobar, como son la Ducati Diavel, con una tara similar, o la VMAX 1700 de Yamaha, que superaba esta cifra ampliamente.

Para las suspensiones se optó por una horquilla invertida con barras de 48 mm, ajustes del hidráulico y de la precarga de muelle y un monoamortiguador hidráulico de progresividad variable, con ajuste de hidráulico y de la precarga de muelle, con un recorrido máximo de 127 mm en la zona posterior.

A nivel de equipamiento esta exclusiva motocicleta contaba con todo lo necesario para poder disfrutar de ella en su conducción. Si aún así te parecía poco, el cliente tenía el poder de modificar a su gusto y decisión desde los colores exteriores de la carrocería o el bloque, las tapicerías de los sillones, una ECU para incrementar la potencia o elegir entre diferentes metales y acabados para elementos como los depósitos de líquido de frenos.

Con un precio base en torno a los 25.000 euros se podía llegar incluso a doblar esta cifra si éramos unos sibaritas de los detalles y acabados. Pena que no se prosiguiera con la marca y con el modelo insignia de esta.