Moto del día: Derbi 49 Carreras-Cliente

Moto del día: Derbi 49 Carreras-Cliente

Muy extendida en carreras de Francia y España, esta montura acentuó la deportividad profesionalizada de la marca


Tiempo de lectura: 4 min.

Aunque no se fabricaron más que alrededor de un centenar de unidades, la Derbi 49 es una de las creaciones más icónicas en la trayectoria de la marca catalana durante los años sesenta. Pero, ¿por qué? Pues por su valor a la hora de ejemplificar el giro de Derbi hacia el nicho de mercado relacionado no sólo con la deportividad sino, directamente, con las carreras. No en vano, en el caso de esta montura estamos hablando de una auténtica piloto-cliente ofertada bajo el lema “ una verdadera joya creada cuidadosamente por el equipo mecánico de nuestro departamento de carreras “.

Así las cosas, conviene ponerse en contexto respecto a lo que había pasado tanto en Derbi como en el mercado español justo antes de 1964. Año de presentación de la Derbi 49, logrando permanecer en el catálogo bajo pedido hasta 1968. Veamos. Si nos retrotraemos hasta los años cincuenta nos vamos a encontrar con Derbi siendo una más entre las muchas casas motociclistas que proliferaban en el campo de los velomotores. Nombre que se dio a las monturas menos prestacionales hasta el cambio de reglamento de 1960, uniéndose aquí la sencillez de manejo con la economía de compra y mantenimiento para dar así soluciones de movilidad a la clase trabajadora de un país empobrecido por el aislamiento y desgarrado por la reciente Guerra Civil.

De esta forma, casi todo lo relacionado con el mundo de las dos ruedas motorizadas tenía que ver con la escasez. Concretamente con la escasez de fondos respecto a poder adquirir un automóvil. Hecho que comienza a cambiar a partir de 1957, cuando la presentación del SEAT 600 coincide con la creciente capacidad de consumo de las nuevas clases medias, relegando la motocicleta del campo de la necesidad al nicho del ocio. Es decir, más allá de una cierta cuota dedicada a los scooter y la movilidad urbana, lo cierto es que el motociclismo durante los sesenta ya se veía como algo relativo al puro gusto de ir a dos ruedas en vez de marchar cobijado en el habitáculo de un SEAT o FASA. Con todo ello, desde Montesa hasta Derbi las marcas tuvieron que reorientarse y diversificarse.

Derbi fue una de las marcas que mejor entendió la necesidad de ocupar el nicho de la deportividad para poder sobrevivir, aunque además le añadió el punto de querer copar en la medida de lo posible los segmentos de acceso más juveniles

Derbi 49, una carreras-cliente

Bajo este contexto, ya para 1960 Derbi comienza a sacar modelos deportivos que derivan en las Gran Sport de 1964. Ahora, ¿dónde se encontró la particularidad de la marca respecto a otras como Montesa, Bultaco u Ossa? Pues en cómo se dirigió al público más joven. Ése que se sentía tan seducido por soltar gas sobre dos ruedas como imposibilitado en el acceso financiero a las mejores monturas de asfalto. De esta manera, Derbi ideó motocicletas sencillas y relativamente baratas para los segmentos más jóvenes del mercado.

Además, consciente de que reducir el precio de venta va íntimamente unido a una menor entrega de prestaciones, lo que hizo Derbi fue ampliar las sensaciones con diseños muy ligeros – definidos por bastidores de tubo único en disposición muy tendida – y una posición de conducción bastante agresiva. De esta manera, aún no llevando lo más potente del mercado cualquier joven que adquiriera una Derbi podía sentirse como el Mike Hailwood de su pueblo enlazando curvas en la comarcal más cercana.

De hecho, tanto en los campeonatos españoles como franceses multitud de pilotos aficionados se aprestaron a modificar con relativo éxito sus Derbi Gran Sport. Resultado de esto fue que la propia marca tomase las riendas de su imagen en la competición, desarrollando un departamento de carreras donde no sólo se gestionaba al equipo oficial, sino que también se fabricaban carreras-cliente como la Derbi 49.

derbi 49 (1)

Fue muy popular en Francia y España, donde para aquellos años empezaba a afianzarse el fenómeno de las carreras-cliente

Así las cosas, usando como base a las Gran Sport se les instalaba cilindro y culata de aluminio al mismo tiempo que se cambiaba el cárter y el cambio, añadiendo una marcha más para llegar hasta cinco. Todo ello para extraer 12 CV a 12.000 revoluciones por minuto con una velocidad punta de 150 kilómetros por hora. Además, se añadía un carenado de fibra de vidrio, unos nuevos amortiguadores y neumáticos especiales Firestone Sport. Y bueno, por si todo esto fuera poco, cada unidad se probaba hasta la extenuación para lograr así una excelente calidad de acabados sin mermar por ello un precio de venta relativamente accesible. Razones por las que la Derbi 49 fue una de las carreras-cliente más interesantes de su momento, haciendo que el nombre de la marca se expandiera como la pólvora por toda Europa. No está nada mal.

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Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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