Moto del día: Derbi 74 Gran Sport

Moto del día: Derbi 74 Gran Sport

A comienzos de los sesenta, Derbi orientó su futuro hacia las cilindradas más escuetas sin renunciar a un toque deportivo


Tiempo de lectura: 5 min.

Últimamente hemos hablado bastante sobre cómo Montesa y Bultaco se adaptaron al cambio de paradigma producido en el mercado motociclista a partir de 1957. Todo ello a partir de la presentación con financiación y precios de derribo del SEAT 600. Sin embargo, también hubo más marcas supervivientes a aquellos años de cambio. Además, sin necesidad de recurrir a la incursión en el mercado norteamericano. En ese sentido, Derbi fue uno de los ejemplos más simbólicos, con su Derbi 74 Gran Sport ejerciendo como una de las principales referencias durante aquel trance. No en vano, es la montura con la que la marca catalana consolidó la fórmula deportiva orientada al público joven. Aquella que iniciara en 1961 con la 65 GS. Pero vayamos por partes.

Para empezar, Derbi se inició en el mundo de los ciclomotores para 1949. Año en el que el velomotor SRS inició una larga andadura basada en hacer modelos populares de baja cilindrada con la movilidad diaria en el punto de mira. De hecho, la verdad es que más allá de esto no había muchas posibilidades de negocio en la España de la autarquía. Es más, los segmentos prestacionales estaban cubiertos por Lube y, especialmente, Sanglas. Mientras tanto, los hallados justo por debajo eran hegemonizados por la recién fundada Montesa. Más allá de esto se desplegaba una amplia corte de pequeños fabricantes – muchas veces dependientes de los motores Hispano-Villiers – con monturas turismo que iban hasta el octavo de litro.

Sin embargo, según la economía del régimen franquista se iba abriendo al compás dictado por la alianza con los norteamericanos, las posibilidades de consumo ejercidas por las nuevas clases medias iban cambiando la faz del país. No sólo en ámbitos como el éxodo de los pueblos a las ciudades, sino también en todo lo relacionado con la movilidad. Así las cosas, para comienzos de los años sesenta la motocicleta ya no era sólo una opción de transporte posible para millones de trabajadores, sino también algo relacionado con el disfrute y la deportividad. Un vehículo relacionado no con la necesidad, sino con el puro gusto por la velocidad y el ocio sobre dos ruedas.

A comienzos de los sesenta Derbi ya estaba entendiendo a la perfección la necesidad de potenciar el mercado deportivo ante el crecimiento del automóvil y la forma en cómo éste arrinconaba al motociclismo del día a día

Derbi 74 Gran Sport, cambiando el rumbo

A comienzos de los años sesenta Derbi ya empezó a vislumbrar la situación, consciente de que sólo sobrevivirían las marcas capaces de adaptarse a esos nuevos nichos de mercado marcados por la deportividad o el uso más económico. Dos vías alejadas, pero compatibles a nivel contable en la estrategia de ventas. De esta manera, en 1961 empezó a lanzar modelos con motores de hasta 74 centímetros cúbicos definidos por la ligereza – se usaban bastidores con un único tubo central – y el carácter deportivo – la posición de conducción se disponía mucho más tendida que la prevista en los modelos pensados para el día a día como la mítica 65 ” Paleta ” o la posterior Antorcha  – .

No obstante, era necesario dar un paso más allá. ¿Por qué? Bueno, pues porque la única manera de destacar en el ámbito deportivo de acceso era mostrar un carácter radical con el cual contrarrestar la falta de una mecánica vigorosa. Dicho de otro modo: si no tengo un motor altamente prestacional debido a que me estoy moviendo en las gamas más populares, la única manera de ofrecer deportividad es aumentar el nivel de sensaciones yendo a un tipo de conducción pura. Sin añadidos.

De esta manera, antes de mediar los sesenta se presentó la Derbi 74 Gran Sport, donde todo lo accesorio se había eliminado para crear una montura que, más que músculo, lo que luce es puro nervio. Respecto a la mecánica, se optó por un monocilíndrico de dos tiempos con 64 centímetros cúbicos capaz de entregar hasta 8 CV. Tres más que los entregados por su predecesora más clara, la 65 GS. Todo ello sin contar los incontables trucajes realizados por los jóvenes con veleidades de piloto, quienes representaron el grueso del público comprador en la historia de la Derbi 74 Gran Sport.

derbi gran sport (1)

Se redujo todo al mínimo necesario para sacar la mayor ligereza, capaz de mejorar la entrega de sensaciones junto a la posición de conducción y el nervio propio de un cuadro de tubo único

Un caldo de cultivo perfecto para que Derbi al fin se lanzase a crear su propio departamento de carreras. Hecho que ocurrió en 1962, comenzando no sólo con la creación de un equipo oficial sino también con la de un taller donde se prepararon multitud de motos en serie corta para surtir a los piloto-cliente. Una vía de trabajo que ilustró a la perfección la fabricación de la Derbi 49 carreras-cliente. Protagonistas de un texto que está a punto de caer en nuestra cabecera. Aunque, por ahora, nos quedamos con el recuerdo de esta montura. Aquella con la que la marca consolidó su mezcla de deportividad y mercado joven para situarse plenamente en una nueva y exitosa vía comercial. Una pieza esencial en la historia de Derbi.

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Sobre mí

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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