La Ducati 900 Darmah Sport es uno de esos modelos que tiene tantos seguidores como detractores. Era una motocicleta que, sinceramente, daba muchos problemas, pero cuando no había problemas, era una Ducati en toda su esencia, deportiva, con un tacto y un comportamiento que encandilaba al conductor más racing.

Cuando se habla de motos británica y motos italianas, siempre sobrevuela la sombra de la fiabilidad. Quizá hayan sido los pilares del sector de la moto durante muchas décadas, pero sus motos siempre estuvieron rodadas de algún problema que otro. De hecho, que todos los moteros sepan algo de mecánica, aunque sea un mínimo, se debe, precisamente, a esto que os contamos.

Esa tendencia a tener entretenido a su propietario incluso sin salir a rodar, duró durante muchos años, incluso en pleno Siglo XXI se mantiene en algunos caso, aunque en el caso de las italianas, y de Ducati especialmente, se acrecentó sobre todo en la década de los 70. Era la época de la Ducati 900 SS, de la Ducati 860 GT y de la Ducati 900 Darmah Sport, por poner unos ejemplos. Motos que eran tan buenas en el apartado técnico y dinámico, como problemáticas.

La revista Solo Moto 30 publicó una “retro prueba” en el numero 180 –se publicó en 1998– durante la cual, se vieron envueltos en algunos problemillas, como unos carburadores que habían dejado entrar agua y como cabe esperar, afectaban a la combustión. Y esto es solo un ejemplo, obviamente –si no has leído la prueba, Motoclasicas80.com te permite descargarla en PDF–.

De todas formas, es interesante mencionar que la Ducati 900 Darmah Sport llegó al mercado para reemplazar a la 860 GT, que no había logrado el éxito que la marca esperaba, aunque compartieron tiendas entre 1977 y 1979.

Sobre la 860 GT, la Darmah Sport recibía bastantes mejoras que presagiaban un buen rendimiento. Los cojinetes del cigüeñal eran nuevos y se agrandaron los muñones, se montó la distribución desmodrómica de serie y se pasó, por fin, a tener el selector del cambio en el lado izquierdo –que significaba mejoras en fiabilidad, al prescindir del reenvío del cambio, que se hacía un poco chapuceramente–. Incluso se montó un encendido Bosch.

El chasis, por su pate, era muy similar al empleado en la 860 GT, pero la carrocería era totalmente diferente y se ganó el alago de una enorme cantidad de ducatistas y de aquellos que no eran amantes de la marca. En la década de los 70, la Ducati 900 Darmah Sport era una auténtica deportiva con horquilla Ceriani –se reemplazó en el 78 por una Marzocchi–, llantas Speedline y silenciadores LaFranconi, que en el 78 se cambiaron por unos Silentuums.

La mecánica derivaba de la 860 GT, un dos cilindros en L con 863 centímetros cúbicos, pero rediseñado –las carcasas exteriores del motor las rediseñó Giugiaro–, cárteres de aluminio divididos verticalmente– y se montaron carburadores Dell’Orto. La potencia era de 60 CV a 7.000 revoluciones.