Ghezzi-Brian no es una marca per se, es un interesante preparador que coge los modelos de Moto Guzzi y los hace aún más especiales. El estreno de la compañía fue con la SuperTwin 1100, una versión de producción con la que la firma italiana logró llegar a lo más alto del campeonato italiano SuperTwin de 1996. Su segundo modelo es nuestra moto del día, la Ghezzi-Brian Furia.
Guiseppe Ghezzi y Bruno Saturno formaron una asociación en 1995 para crear una moto de carreras basada en un modelo existente de Moto Guzzi, la V11 Sport. La SuperTwin 1100 era estéticamente rompedora, mucho más ligera que la Moto Guzzi 1100 de la que derivaba y, de acuerdo con los probadores de la época, también se manejaba maravillosamente bien. Tomando la misma base, Ghezzi-Brian presentó en 2002 la versión naked de la misma.
Es inevitable no sentirse impactado ante la estética de la Ghezzi-Brian Furia. Desde algunos ángulos es poco Frankenstein, con prácticamente todos los componentes mecánicos intentando llamar la atención. Pero a diferencia de la criatura cosida y poco atractiva del libro de Mary Shelly, la Furia es un monstruo muy bien resuelto, tan amenazante como armonioso. No se ha dejado nada al libre albedrío, todo en esta moto ha sido cuidadosamente diseñado.
La Ghezzi-Brian Furia podría ser calificada por muchos “una Buell italiana”, y lo cierto es que tampoco anda muy desencaminada la designación
La Ghezzi-Brian Furia viene equipada con un bloque de cuatro cilindros en V a 90 grados refrigerado por aire. Con 1.064 cm3 podía desarrollar de 88 CV de potencia a 8.250 RPM y un par motor de 80,4 Nm a 3.500 RPM. La transmisión quedaba relegada a una transmisión de cinco velocidades, que no destacaba ni por su precisión ni por su velocidad. Con un gran V-Twin entre las piernas es un aspecto que incluso se puede pasar por alto.
A nivel de componentes, la Ghezzi-Brian Furia emplea una horquilla invertida ajustable Paioli de 41 milímetros con acabado dorado, un amortiguador ajustable Öhlins en la parte trasera, disco de freno perimetral Brembo montados en el borde de las llantas de aluminio forjado OZ de 17 pulgadas, un pequeño carenado acorde con el parabrisas, un cuadro de instrumentación analógico y digital, un asiento monoplaza y un sistema de escape doble.
“La característica clave de la Furia es su chasis, especialmente el marco diseñado por Ghezzi. Es idéntico al de la Supertwin, lo que significa que se basa en una columna de acero que funciona como una caja de aire. El aire ingresa debajo del gran depósito de combustible y sale al motor a través de secciones del bastidor que sobresalen a ambos lados, cerca del pivote del basculante”, describió Roland Brown a The Telegraph en 2002 tras probarla.
El manillar estaba en una posición más elevada que en la Moto Guzzi, además de ser más ancho y contar con un depósito de gasolina más largo. Con un peso en seco de 185 kilos, (35 kg menos que la V11 Sport), la Ghezzi-Brian Furia proporciona una estabilidad excelente. A ello también ayudaba la geometría de la dirección y una corta distancia entre ejes, dando como resultado una moto ligera y noble, con mucho carácter tanto por su mecánica como por su estética.
Sí, la Ghezzi-Brian Furia es rara, extravagante incluso. El aspecto seguro que a todos nos resulta cuanto polarizante (que no feo), pero casi seguro no vas a ver otra igual en tu zona de residencia. La compañía italiana apenas produce entre seis y ocho ejemplares al año, y en su día costaba menos de 15.000 euros, lo que no es una locura teniendo en cuenta la artesanía del producto.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS