Moto del día: Gilera MX-1

Moto del día: Gilera MX-1

Las deportivas de 125 supusieron toda una revolución en los 80 y 90


Tiempo de lectura: 4 min.

Muchos recordarán aquellas Cagiva Mito 125, Aprilia RS 125 o la Honda NSR 125, motos que en los años 90, hicieron soñar a chavales y no tan chavales, porque son motores de 125 centímetros cúbicos y ciclo dos tiempos, presumían de potencias superiores a los 30 CV y velocidades cercanas a los 170 km/h. Nada que ver, por supuesto, con las 125 actuales, las cuales, con menos de la mitad de potencia, ni siquiera pueden garantizar velocidades por encima de los 100 km/h.

Pues bien, aquellas motos eran solo la evolución final y un triste canto del cisne, para una disparatada, pero genial tendencia, que se inició en Italia gracias al campeonato Sport Productión. Dio comienzo en los años 80 y no dejó de evolucionar hasta que las normativas de emisiones les dieron la estocada final. Una saga de motocicletas que, a pesar de su pequeño cubicaje, demostraron ser auténticas deportivas y objeto de deseo para muchos, incluso hoy, en pleno Siglo XXI.

Fueron varios fabricantes los que se enfrascaron en aquella competición de ver quién lanzaba la deportiva de 125 centímetros cúbicos más rápida –importante para el campeonato, porque eran motos “de homologación”– y entre ellos, Gilera se ganó un lugar especial, ya que puso en circulación versiones deportivas 125 casi todos los años desde 1984. Hoy podría parecer una locura, pero las deportivas de 125 centímetros cúbicos tenían mucho tirón en Italia y el mercado era capaz de absorber casi cualquier cosa.

gilera mx 1 125

Así, en 1988, apareció la que, para muchos, fue la revolución del momento, la Gilera MX-1, un modelo que supuso un enorme salto con respecto a la Gilera KK 125 y sirvió para que la firma italiana se pusiera al nivel de los máximos rivales. De hecho, con la MX-1, Gilera puso mucho en juego e incluso se la llegó a conocer como “Gilera MX-1 Récord”, pues logró batir cuatro récords mundiales en el circuito de Nardo: seis horas a una media de 162,46 km/h, recorrer 1.000 kilómetros en seis horas y ocho minutos, 12 horas a una media de 160,2 km/h y 24 horas a una media de 155,4 km/h. Gilera llegó a vender una versión para conmemorar estos récords, pero estuvo muy poco tiempo en el mercado y la gente acabó llamando “Récord” a todas las MX-1.

La Gilera MX-1 se presentó en el salón de Milán de 1987 y la comercialización comenzó en abril de 1988. Era una moto totalmente nueva, sin relación alguna con al anterior KK 125 más allá del motor –y este fue revisado–, cuyo diseño corrió a cargo de Luciano Marabese, que se sirvió del túnel de viento para darle forma al carenado de la moto. Carenado que vestía un chasis perimetral de acero denominado “Twinbox”.

No era la moto más rápida, ni tampoco era la más ligera o la más avanzada tecnológicamente hablando, pero resultó ser un conjunto muy equilibrado, que, además, escondía algunas soluciones interesantes. Por ejemplo, el depósito de combustible estaban debajo del motor, oculto por la quilla, mientras que donde debería ir del depósito es una especial de maletero, donde también se halla la batería. La parte ciclo, aunque no eran especialmente evolucionada, ofreció una dinámica de conducción que la colocó entre las mejores y le permitió destacar en el campeonato Sport Production.

Con respecto al motor, nada que se salga de los cánones del segmento en aquellos años. Se trataba de un monocilíndrio de dos tiempos equipado con válvula de escape mecánica-centrifuga de control electrónico APTS 2, carburador Dell’Orto OHBH 28, escape con tubarro de altas prestaciones, así como distribución de lumbreras y diseño del pistón revisado comparado con lo montado en la Gilera KK 125. El resultado fueron 26 CV a 9.600 revoluciones, lo que permitía, a su vez, alcanzar los 156,60 km/h.

La Gilera MX-1 se vendió tan solo durante dos años, aunque ocupó posiciones muy altas en las litas de ventas, fue reemplazada por la Gilera MX-R y por la Gilera SP-01.

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Sobre mí

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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Juan López
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Juan López

Interesante artículo. Sólo un apunte, la válvula de escape APTS era de control puramente mecánico, sin electrónica. El control electrónico se introdujo en la Gilera Crono años después. Un saludo.


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