Corría el año 1931 cuando Harley-Davidson presentó su tercer intento de vehículo comercial, el Servi-Car, después de haberlo intentado con el Motorcycle Truck (1913) y el Package Truck (1915). Se eligió una configuración de triciclo de doble rueda trasera con un ancho de vías de 42 pulgadas (1.067 mm), el típico de un coche de la época. Contaba con un diferencial entre palieres.
Este simpático vehículo apareció en plena Gran Depresión y en los primeros años no se vendieron muchas unidades, pero acabó teniendo éxito y se produjo la friolera de 41 años, hasta que las últimas unidades abandonaron la fábrica en 1973. En ese momento el Servi-Car era el modelo de Harley-Davidson que más tiempo a la venta había acumulado.
En su día fue la respuesta a la competencia, el triciclo Dispatch-Tow de Indian
Su “maletero” trasero era ideal para el transporte de todo lo necesario por comerciantes, carteros, policías, técnicos… Además, en una época en la que no existían los móviles con redes sociales se agradecía mucho eso de poder promocionar el propio negocio en sus paneles laterales.
Los primeros modelos empleaban el motor V2 de válvulas laterales de la serie Harley-Davidson R y 45 pulgadas cúbicas (737 cc), tenían un único freno de tambor y dos tamaños de caja. El eje posterior iba colocado sobre el bastidor, sin suspensión, pero la caja sí iba amortiguada. Se desenvolvía muy bien en carreteras sin pavimentar.
Además, tenía un interesantísimo extra, la barra de remolcado. Para aquellos talleres que tenían que recoger el vehículo de un cliente, trabajar con él y devolverlo, necesitaban dos conductores. Ídem para entregas de vehículos nuevos. Todo ahorro de costes en plena Depresión fue bienvenido, además, era un servicio apreciado por mujeres de clase media/alta.
Con el Harley-Davidson Servi-Car no hacían falta dos personas. Un simple operario podía llegar hasta el vehículo del cliente, acoplar la moto al paragolpes trasero y volver conduciendo el coche. A la vuelta se hacía el procedimiento inverso. Con esa intención se diseñó, de ahí el nombre, de Service Car.
A diferencia de una moto, para remolcarla no hace falta plataforma
Otra de las evidentes ventajas de un triciclo es que no requiere habilidades especiales para conducirlo. La dirección, aunque es de manillar, es como la de un coche, ya que un triciclo no se inclina. El cambio de marchas de tres velocidades y marcha atrás (desde 1933) se efectuaba con la mano derecha, y el embrague se accionaba con el pie izquierdo. El ingenio pesaba 285 kg.
Hubo versiones con acelerador en la mano izquierda para que los agentes de tráfico pudiesen marcar con tiza los vehículos que podía llevarse la grúa con la mano derecha. Sin dicho sistema, había dos soluciones, o los agentes eran más lentos con su labor o se precisaba un acompañante solo para eso.
El modelo de 1937 recibió, además del triple freno de tambor (uno por rueda) y velocímetro tarado hasta 100 mph (160 km/h), la actualización más importante, el cambio del motor al OHV “Flathead” de 742 cc la serie W, que ya contaba con recirculación de aceite y no iba tirándolo a la calle. Ese motor fue muy exitoso en la versión bélica, Harley-Davidson WLA, amén de numerosos modelos de la marca durante décadas.
La relación de compresión aumentó de 4,5:1 a 4,75:1 en 1941. Así se mantuvo el resto de su vida comercial, primaba la fiabilidad y la simplicidad mecánica. Las únicas diferencias entre motores desde entonces fueron los carburadores, distribuidores y generadores de electricidad a bordo (dinamo o alternador).
En otros aspectos el Servi-Car sí recibió varias actualizaciones
En 1942 se pasó de dos modelos de caja trasera a uno solo realizado en acero, y desde 1966 al final de su producción se hizo en fibra de vidrio. El freno trasero hidráulico apareció en 1951. La suspensión delantera de horquilla semirrígida se mantuvo hasta 1957, a partir de entonces adoptó las horquillas de la Hydra Glide.
Hasta 1964 no recibió el motor de arranque, y fue un año antes de la Electra Glide. Fue el primer vehículo de H-D civil con ese adelanto. Prácticamente al final de su vida comercial adoptó los frenos de disco en todas las ruedas. Se tomaron en serio lo de utilizar tecnología fiable y probada.
Durante mucho tiempo los Servi-Car solo llegaron a manos de particulares con mucha paliza encima y muy depreciados. Con el tiempo se han ido valorando, sobre todo si el chasis es original y se conservan las llantas traseras. Así se pueden llegar a cotizaciones de 20.000 o más dólares, mientras que un chasis pelado no bajará de los 1.000 dólares.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes), las motos siempre me han inspirado mucho respeto, y sin saber cómo, ya me han enganchado.COMENTARIOS