Las MotoGP, con sus motores de cuatro tiempos, parece que llevan toda la vida dominando las carreras, pero eso no es así. Si ya tienes una edad, seguro que recuerdas aquellas carreras en las cuales, los motores que se podían escuchar no tenían válvulas. La época de los motores de dos tiempos pasó hace muchos años, más de 20 años –la primera carrera con motores de cuatro tiempos de MotoGP, fue en 2002–. Sin embargo, aquellas bestiales motos con motores de 500 centímetros cúbicos y ciclo dos tiempos, todavía conservan su imagen de máquinas indomables.
Por lo general, los motores de la 500 “2T” tenía cuatro cilindros, dos cigüeñales y alrededor de 200 CV. Sí, comparados con los motores de MotoGP se quedan cortos, incluso comparados con los propulsores de Superbike, pero en aquellos años era una barbaridad, y todavía lo es más si piensas que hablamos de un motor “de agujeros”. El caso es que a Honda, se le ocurrió que, como Aprilia –que lo hizo poco después–, podría desarrollar un motor con solo dos cilindros basado en el V2 de la categoría de 250 centímetros cúbicos, pero para dos pilotos “protegidos” del equipo oficial, por un lado, el novato en la categoría, Tadayuki Okada –que subía desde 250– y Shinichi Itoh ya había corrido en 500–.
El objetivo que se tenía con la Honda NSR 500 V2, era aprovechar algunas soluciones que permitía el reglamento. Aunque los motores de cuatro cilindros habían dominado las carreras desde 1984, las normas permitían que las motos con motores bicilíndricos fueran más ligeras. La nueva 500 V2 perdía por el camino alrededor de 55 CV, pero también 30 kilos, y según las estimaciones, debería ser una 250 pero más “gorda”, es decir, más potentes y ligeramente más pesada. Según las estimaciones, podría frenar más tarde, pasar por curva más rápido y acelerar antes que la NSR 500 con motor tetracilíndrico.
La teoría era buena, y hasta daba la razón a Honda, pero en la práctica, había un problema. En la salida, las motos con motores de cuatro cilindros se ponían delante rápidamente y hacía un efecto tapón y las V2 se quedaban atrás. Cuando rodaban en solitario, los tiempos salían, pero en grupo no. El mismo Okada lo demostró al conseguir la pole en su carrera inaugural por delante de las cuatro cilindros oficiales. En carrera llegó a marcar la vuelta rápida –se quedó a dos centésimas del récord de John Kocinski–, aunque no acabó la carrera porque le pudieran más las ganas que la lógica y se fue al suelo.
Pronto quedó claro que la NSR 500 V nunca podría superar a las cuatro cilindros y pasó lo que muchos se esperaba que pasara, Honda convirtió a la dos cilindros en una “carreras-cliente” y la ofreció a los equipos privados. El desarrollo de la máquina se dejo en manos de Takuma Aoki. Luego fue Sete Gibernau quien se subió a la Honda NSR 500 V2 oficial e incluso logró un podio en el Jarama, pero la victoria nunca llegó y aunque se mantuvo la moto en activo durante un tiempo, en el año 2000 ya se había dejado de invertir dinero en ella. Además, en 2002 llegaría las cuatro tiempos, tan deseadas y esperadas por la propia Honda, así que tenía que centrar su atención en cosas más importantes.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS