Corría el año 2008 cuando los japoneses presentaron la Honda CB 1000 R. Esta propuesta venía a militar en el segmento de las supernakeds: motos desprovistas de carenado pero con propulsores bestiales y muy potentes. En Honda llevaban ya un par de décadas trabajando en este tipo de vehículos sin que ninguna de sus propuestas, como la Honda X11, Honda CB 1300, Honda CB 1000 super Four, hubiese acabado de despuntar en el mercado. Con la CB 1000 R se tomaron la cosa más en serio y ciertamente crearon un producto espectacular en muchos aspectos, aunque tampoco consiguió arrasar en ventas.
El modelo tenía como punto de partida el motor tetracilíndrico que empleaba la Honda CBR 1000 RR Fireblade, aunque domesticado convenientemente, pasando de los 178 CV iniciales a unos más razonables y conducibles 125 CV.
Hay quien dice que esta merma prestacional fue uno de los factores que lastró las ventas del modelo puesto que cuando te compras una moto irracional -y casi todas las “mil” lo son- buscas que todo en ella sea una orgía de cifras y prestaciones en vez de centrarte en la eficiencia o la racionalidad.
A fin de cuentas, la Honda CB 1000 R podía dejarse más de 50 caballos por el camino respecto a su hermana deportiva, pero a cambio ganaba mucha finura de funcionamiento y un tacto plano y casi eléctrico en todo el rango de revoluciones. A parte de eso, el nuevo motor era mucho más dulce a bajas revoluciones.
El consumo de combustible no era uno de sus fuertes, ya que las medias llegan con facilidad a 6 l/100 km, demasiado para una moto de apenas 120 CV. Resulta curioso como la Yamaha FZS 1000 de la que os hablábamos ayer consume menos gasolina, teniendo casi 20 CV más de potencia y un motor de carburación.
Para el chasis se decidió por no reciclar el esquema de doble viga que montaba la “filo de fuego” y en lugar de ello se decantaron por un esquema monobackbone, en el que una única columna de aluminio discurre por el centro de la moto (bajo el depósito) para unir la pipa de dirección con el eje del basculante.
En el apartado de suspensiones, cuenta con una horquilla delantera invertida con barras de 43 mm de diámetro, mientras que en el eje trasero recurre al clásico monoamortiguador central. El tarado de las suspensiones es tirando a bando, mientras que el esquema del chasis no genera mucha rigidez.
Es una moto con la que puedes correr y divertirte, pero está claro que cuando aprietas el ritmo sus carencias dinámicas salen a relucir, y estas estaban bastante más acentuadas en la CB 1000 R que en el resto de sus competidoras, como la Kawasaki Z 1000. En el apartado de frenos cuenta con unos correctos discos de 310 mm mientras que las pinzas son de cuatro pistones.
Honda intentó buscar una especie de equilibrio a la hora de diseñar este modelo. Se buscaba una moto muy fuerte y potente con la que a su vez fuera posible circular tranquilamente por ciudad y en los recorridos del día a día.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.Efectivamente, lo que mencionas de la potencia demasiado baja es lo que lastró las ventas, no anticiparon lo que venía de camino, toda esta generación de supernaked con potencias entre 150 y 180CV (S1000R, etc). Eso es lo que le viene pasando a Honda en los últimos tiempos con las gamas altas, quizá están obviando el punto de irracionalidad que necesitan esas motos.