Tres siglas han sido las que han hecho soñar a muchas generaciones de moteros desde finales de los años 80. Seguramente, si te mueves en el mundo de las motos, has tenido, has querido tener o conoces a alguien que haya tenido una Honda CBR y te has empapado de las bondades que uno u otro modelo haya presentado.
El mercado de las super sport a principios de la década del 2000 produjo un cambio acusado, tanto por parte de los usuarios como por parte de las marcas y los departamentos de marketing, que pedían máquinas cada vez más especializadas, rápidas en circuito y en cierto modo más extremas que las motos a las que estábamos acostumbrados hasta entonces, como las CBR 600 F que si bien eran rápidas, seguían teniendo un enfoque pensado para circular en carretera abierta y no tan radical para uso en circuito o competición, y a Honda otros fabricantes le estaban quitando parte del éxito de ventas que habían tenido hasta entonces con modelos como la Yamaha YZF-R6.
Esta situación los japoneses del ala dorada no podían consentirla y a finales de 2003 pusieron un órdago encima de la mesa presentando la Honda CBR 600 RR que se empezaría a vender en el año 2004 y que volvería a ser la referencia en el segmento. Esta motocicleta rompía con la filosofía de las CBR F -que se seguirían manteniendo en el catálogo- y pasaba a ser una moto mucho más tecnológica y radical.
En el apartado de diseño se priorizó la estética agresiva y el bajo peso inspirándose en las Honda RC211V de MotoGP, características que se podían apreciar en su vista lateral, que cuenta con una parte trasera muy elevada que iniciaba una línea en caída hacia la parte delantera y que culminaba en un carenado cuyo frontal se encuentra terminado en pico y presidido por una doble óptica, cuyos faros rasgados le daban una expresión de enfado cuando la mirábamos de frente.
Si volvemos a la parte trasera encontramos lo más característico e innovador de la moto, algo que quizá ahora nos parece algo común, pero que en el momento en que salió al mercado era innovador; un colín de pequeñas dimensiones con la plaza del acompañante trasero relegada a un segundo piso con unas dimensiones muy reducidas. Además contaba con un piloto trasero de LED y justo debajo del mismo tenía una preciosa salida de escape. Todo estaba diseñado para emocionar, y lo consiguieron, creando una estética que aún a día de hoy a muchos nos parece bonita y que no ha pasado de moda.
El motor se diseñó desde cero, creando un nuevo propulsor de 600 cc; cuatro cilindros en línea, refrigeración por líquido y con distribución DOHC. Este motor incluía algunas innovaciones respecto al anterior motor de las generaciones previas, era un motor mucho más compacto, sobre todo en longitud, lo que ayudaba a mejorar la ergonomía y a hacer una moto más corta.
También incorporaba un nuevo sistema de inyección -DSFI- que contaba con dos inyectores -marca Denso de 12 orificios con cuerpos de 40 mm- en cada cilindro, así la moto funciona únicamente sólo con los inyectores inferiores cuando trabaja por debajo de 5.500 RPM y con los dos inyectores -superiores e inferiores- cuando se sobrepasan las mismas, ayudando de esta manera en la eficiencia y en la optimización de la combustión.
Todos estos cambios, así como el empleo de nuevos métodos de fabricación, junto con el empleo de pistones y bielas más ligeras, hacían que el motor fuese capaz de entregar 117 CV a 13.000 RPM con una zona roja que empezaba a las 15.000 RPM y un par motor de 64 Nm a 11.000 RPM.
El chasis es de doble viga fabricado en fundición de aluminio, muy compacto y ligero, y dentro de él además del motor se alberga también el depósito de combustible de 18 litros, lo que ayuda a centralizar las masas y a adelantar la posición del conductor. El basculante fabricado también en aluminio, se encuentra directamente derivado del modelo de competición y cuenta con dos dobles brazos asimétricos.
La horquilla delantera es convencional -invertida a partir de 2005- y cuenta con cartuchos HMAS de 45 mm, además es ajustable en compresión, extensión y precarga de muelle. El monoamortiguador trasero con sistema Pro-Link también mantiene los mismos ajustes. En el apartado de frenos se utilizaron pinzas axiales -pasarían a ser radiales en la generación de 2005- de cuatro pistones capaces de parar dos discos de 310 mm con una frenada segura y suave.
El freno trasero es de menor tamaño, con un disco de 220 mm y pinza de único pistón, aunque de tarado eficaz y dosificable. Las llantas de 17 pulgadas se fabricaron en aluminio y cuentan con los radios huecos para aligerar su peso y las masas no suspendidas, y además equipan neumáticos de 120/70 en el eje delantero y de 180/55 en el posterior, de marcado carácter deportivo.
Dinámicamente es una moto excelente que aún hoy en día se encuentra plenamente vigente. Es una moto muy ágil, con una facilidad pasmosa para cambiar de dirección en zonas reviradas, esto se debe a un chasis con un estudio de masas estupendo y a un contenido peso de 169 kg en seco, que se elevan hasta unos 196 con todos los llenos.
El motor de funcionamiento muy suave penaliza un poco en bajos -sin ser preocupante-, con una estirada final digna de un motor a reacción, por lo que tendrás que aplicarte con su cambio de seis relaciones para tenerlo siempre entre la zona media y alta del tacómetro, sobre todo si quieres rodar con ella en circuito, que es su hábitat natural.
La ergonomía se encuentra muy bien estudiada para el conductor, que si bien no lleva una postura cómoda tampoco carga en exceso los antebrazos, pudiendo hacer incluso rutas de varios cientos de kilómetros sin cansarse mucho, aunque el poco mullido del asiento le penalizará en este sentido.
Mención aparte merece el hueco disponible para el acompañante, que si bien no es el peor de las “RR” queda relegado prácticamente a ser un componente de diseño, pues rodar a dúo no es algo para lo que estén pensadas este tipo de motos, se puede hacer, pero la posición del acompañante no le invitará a acompañarte a todas tus aventuras.
Aún así, es un producto baste redondo si buscas una moto con la que iniciarte en las deportivas, que no te dejará mal sabor de boca tanto si piensas usarla en carreteras ratoneras, como en las tandas de circuito del fin de semana. La fiabilidad se ha demostrado muy buena con pocos problemas que no sean derivados del uso y la longevidad del kilometraje que ya pueden presentar algunas unidades.
Además, se encuentran a muy buen precio en el mercado de segunda mano, debido a que gran parte de la gente prefiere las versiones posteriores que ya vienen con horquilla invertida y frenos radiales, pero que no difieren mucho en comportamiento salvo que ya tengas un nivel de pilotaje bastante fuerte, por lo que es una elección muy acertada si buscas una “RR” entrada en años pero vigente en cuanto a fiabilidad y manejo rápido.
Jesús Guillermo Pozo
Nací entre las historias de mi abuelo sobre su Derbi 125 Especial y el terrorífico sonido del escape 4 en 1 de la GPX 600 de mi tío y la belleza de su Vmax 1200. Mi padre, fue mi primer profesor con su viejo SEAT 127, y mi madre, cuenta que aprendí las marcas de los coches antes que el alfabeto.COMENTARIOS