Moto del día: Kawasaki Z1000 (2009)

Moto del día: Kawasaki Z1000 (2009)

Todo era nuevo, para que todo se mantuviera igual


Tiempo de lectura: 3 min.

La Kawasaki Z1000, la segunda entrega de la naked nipona, se presentó a finales de 2009 y mantenía la misma esencia que tenía la primera entrega de 2003: un aspecto muy llamativo y hasta radical, un motor potente, buenas suspensiones y muchas prestaciones. No compartía nada con la primera generación, o eso decían desde Kawasaki, y pronto se convirtió en una de las motos a batir en su categoría.

A nadie se le escapa que las naked con motores “gordos” tienen algo especial. No hablamos de motos como las Yamaha XJR 1300 u Honda CB1300 –que también tienen ese algo que tanto gusta a sus seguidores–, nos referimos a motos desnudas con motores grandes y muy potentes, que llevan en sus tuberías ADN de motocicleta deportiva. Motos como la Kawasaki Z1000.

La segunda entrega de la Z1000 destacó rápidamente por su afilado diseño y por lo voluminoso de su depósito, que en realidad era más un efecto visual provocado por su diseño, que le daba mucho carácter, junto con las tapas laterales con los intermitentes integrados y sus grandes tubos de escape.

Se buscó claramente una imagen impactante, pero según la marca, la Z1000 se diseñó con la conducción en carretera derivaba de una motocicleta deportiva como máximo exponente. Es decir, no se buscó prestaciones y velocidad a toda costa, sino una conducción en carretera abierta que otorgara máximas sensaciones, sin que por ello se perdiera cierta polivalencia.

Kawasaki Z1000 (2009) (2)

Las Kawasaki Z siempre han sido motos de aspecto intimidante y la Z1000 de 2009 no fue una excepción

No tenía nada que ver con la generación anterior, o eso dijo la firma japonesa. Cuando se dio a conocer, desde Kawasaki se decía que había sido un proyecto que había comenzado desde cero y todo era nuevo, desde el chasis hasta el motor. El primero se fabricaba con aluminio y era un diseño específico para la Z1000, aunque con cierto parecido al usado por la ZX-10R. A este se sujetaba un subchasis de aluminio de tres piezas y suspensiones totalmente regulables.

El motor, con cuatro cilindros y 1.043 centímetros cúbicos, rendía 138 CV y según las pruebas de la época, como la publicada por la revista Motociclismo, era un motor excitante y adictivo, con una entrega de potencia constante y sin brusquedades.

Como toda moto con cierto talante deportivo, la Kawasaki Z1000 pedía carretera de curvas, pero también se había pensado en viajes al motor un depósito de acero, con la idea de facilitar la colocación de una bolsa con imagen. Las suspensiones, en su tarado de serie, también mostraban esa consideración “todo uso” al resultar algo blandas.

La Kawasaki Z1000 no era una bestia como las que se pueden encontrar actualmente, pero sus casi 140 CV eran muchos allá por 2009-2010 y hoy día, también resultan más que suficientes para la mayoría de usuarios. Además, su estética todavía mantiene esa imagen impactante y si además es de color verde, su personalidad es todavía “más Kawasaki”.

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Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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