La KYMCO Quannon es otra de esas motos de 125 que nacieron al calor de la convalidación del carné A1 con tres años de carné B. Esta moto era una utilitaria sencilla, práctica y asequible para el día a día, pero que venía ataviada con un bonito carenado que entraba por los ojos y hacía parecer que estabas conduciendo toda una deportiva.
El modelo salió a la venta en 2007 y mecánicamente siempre estuvo un paso por detrás de la competencia, pero en el fondo tampoco buscaba entrar en esa guerra. La KYMCO Quannon era fuerte porque ofrecía una estética cuidada y aparente a un precio rompedor ya que se podía comprar por 2.300 euros.
Sus principal rival también llegaba desde Corea. Estoy hablando de la Daelim Roadwin 125 R, una moto superior como deportiva ya que estaba refrigerada por agua, ofrecía el tope de potencia legal para el carné A1 y además se actualizó con inyección electrónica a mitad de su vida útil.
La KYMCO Quannon, por el contrario, estaba refrigerada por aire, una solución algo peligrosa al tratarse de una moto carenada y sin tanto flujo refrigerante por culpa de los plásticos. Erogaba 12 CV gracias a su mecánica de cuatro válvulas, pero la alimentación del motor seguía llevándose a cabo mediante un carburador Keihin, una solución que en 2007 ya estaba bastante obsoleta en el mundo de las dos ruedas.
La ciclística iba acorde a la de su principal competidora. Un chasis de doble viga fabricado en acero aseguraba una buena rigidez, pero penalizaba el peso, subía hasta los 140 kg. Por otra parte un equipo de frenos sencillos con un disco frontal de 276 mm y pinza de doble pistón y un disco trasero de 220 mm, algo no siempre habitual en las octavo de litro, completaban el conjunto.
Su competencia japonesa, siempre algo más refinada pero también bastante más cara, andaba más o menos en esas especificaciones, con la excepción de una sexta velocidad que se les negaba a sus vecinas coreanas. La Honda CBR 125 R clavaba las cifras de potencia y la ciclística.
En 2008 llegaría al mercado la Yamaha YZF-R 125, una moto que rompería los cánones de las “deportivas” de 125 y buscaría planteamientos más radicales con un salto de calidad en sus componentes importante, algo que muchos no vemos necesario teniendo en cuenta las exiguas potencias que ofrecen las motocicletas de este segmento.
La KYMCO Quannon en el fondo era una buena moto para ir a clase o a trabajar todos los días y además hacerlo molando. Costaba poco, era fácil de conducir y en el fondo estas mecánicas refrigeradas por aire pocos quebraderos de cabeza pueden dar. Quizá su consumo era algo elevado, ya que las medias rondan los 3,4 l/100 km, pero su elevado peso y las grandes ruedas que montaba para parecer una moto de mayor cilindrada no ayudan precisamente en este apartado.
Hoy en día se pueden encontrar en el mercado de segunda mano por unos 1.000 euros. Eso si tienes suerte, ya que no fue una moto con mucho éxito de ventas. De hecho KYMCO se retiró del mercado de las motocicletas poco después de descatalogar la Quannon y ahora es un fabricante plenamente dedicado a la venta de scooters.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS