Moto del día: Laverda TTS 800

Moto del día: Laverda TTS 800

El último intento de la marca por sobrevivir


Tiempo de lectura: 4 min.

La Laverda TTS 800 podría haber significado un notable cambio para la compañía italiana, un giro de 180 grados que les habría permitido sobrevivir y volver a situarse en el lugar que les correspondía por historia y por logros. Pero no fue así, y no faltaron los esfuerzos para que todo acabada de forma diferente, aunque como todos sabemos, en ocasiones, por mucho que te esfuerces, todo termina de la peor forma.

Corrían los años 80 y las fábricas europeas sufrían lo indecible ante el arrollador éxito de las firmas niponas. Los japoneses tenían productos muy fiables, de buenas prestaciones, fáciles de conducir y, por supuesto, baratos. Todo lo contrario que las marcas europeas, que todavía nadie sabe por qué, fueron incapaces de evolucionar y adaptarse, ofreciendo los mismos productos, o casi, que habían ofrecido siempre. La fiabilidad, en ocasiones, era dudosa, eran máquinas “duras” de conducir, y aunque las prestaciones no faltaban, los japoneses lograban más por menos. Luego estaba la cuestión del precio.

Así, poco a poco, las firmas europeas empezaron a verse contra las cuerdas y marcas como Laverda, que ya arrastraban problemas, se encontraron en una situación peor, tanto, que Massimo Laverda acabó por abandonar la empresa, que fue a parar a manos de sus empleados, quienes tampoco pudieron hacer gran cosa por sacar la empresa de la enorme crisis en la que estaba sumida. El futuro apuntaba hacia el cierre definitivo y el cese de actividad, hasta que apareció Francesco Tognon, un millonario italiano amante de la marca, quien se hizo con el control de lo todo lo que quedaba. Fue él quien impulsó la aparición de las Laverda 650 Sport o de la Laverda Ghost Strike, así como de la Laverda 750 Sport.

Sin embargo, ninguna de esas motos, cuya calidad nunca se puso en duda, pudo llenar las arcas de la marca. El problema, en parte, estaba en sus prestaciones, algo por debajo de las rivales más directas, aunque como siempre ocurre, las prestaciones puras no eran el objetivo; la conducción era en objetivo. El caso es que había que buscar una solución que levantara el interés por la marca y aumentará los activos de la misma, una solución que llegó en 1998 en forma de nuevo modelo: la Laverda TTS 800.

Laverda TTS 800

Muchos consideran a esta moto como la primera trail italiana, aunque en realidad poco tiene de trail. Apostaba por un concepto similar al de la Yamaha TDM 850, que era una motocicleta puramente asfáltica y con talante bastante deportivo, pero con una postura de conducción muy erguida, válida para infinidad de necesidades. Hay quien dice que la TMD fue la primera motocicleta multipropósito, una definición que cuadra bastante más y que aclara, mucho, el enfoque que podrían estar buscando en Laverda: una moto para todo, que abarcara a un gran número de clientes.

Se mostró al público en el salón del automóvil de Munich y el diseño general no era su mejor argumento. Si bien, no era una motocicleta fea, no destacaba por nada en especial ni presentaba un equilibrio especial. Sin embargo, en Breganze se propusieron superar a la Yamaha TDM y centraron grandes esfuerzos en parte ciclo y en el motor. El chasis, por ejemplo, era un entramado de tubos de acero unido a unas suspensiones Paioli regulables, frenos Brembo –discos delanteros de 320 milímetros–… Al mismo tiempo, el motor era una evolución del dos cilindros de 750 centímetros cúbicos aunque con un poco más de desplazamiento y alimentación por inyección electrónica. Se declaraban 92 CV.

No faltaban las curiosidades, como un depósito de combustible bajo el asiento, que dejaba sitio para una guantera en el lugar donde suele estar colocado. El asiento trasero podía ser retirado y en su lugar, se podía montar una parrilla portabultos que, además, también tenía anclajes para maletas laterales diseñadas específicamente.

La idea era buena, la realización no. El diseño no acabó por gustar y presentaba algunas pegas, como los escapes en posición elevada, que limitaban sus posiblidades –molestaban a la hora de montar maletas de gran capacidad–. La empresa tampoco tenía capacidad para afrontar excesivas aventuras y al ver que la moto no levantó el interés esperado, se paró el desarrollo y nunca llegó a producción.

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Sobre mí

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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