Posiblemente, la moto de Shotaro Kaneda es la más conocida del mundo de la ficción en el género de la animación. ¿Quién no ha visto la película “Akira”? A los que no lo hayan hecho, aparte de tener delito, que sepan que pillarla a la primera no es una misión fácil, sobre todo sin haber leído los seis tomos del manga (cómic).
La historia que nos cuenta “Akira” está ambientada en una reconstruida Neo-Tokio, allá por el año 2019, antes de los XXXII Juegos Olímpicos de 2020. ¿Nos suena? La III Guerra Mundial estalló en diciembre de 1988 (en 1982 en el manga), poco después de la explosión de distintos artefactos de gran potencia -varios kilotones- en ciudades como Tokio.
En el manga en inglés la fecha es 2030, siendo la III Guerra Mundial en 1992, concretamente el 6 de diciembre (el ataque a Pearl Harbor fue el 7 de diciembre, ¿casualidad?)
Shotaro Kaneda es el líder de una banda de moteros que pugna con la de los “Payasos” por el control de las calles neotokiotas y de las ruinas de la ciudad vieja. Su particular montura es una moto modificada y personalizada a partir de una base desconocida que Kaneda robó, aunque hay quien sugiere que se inspira en la BMW K1. Katsuhiro Otomo, creador del manga, afirmó haberse inspirado más en las motos que protagonizaron “Tron” (1982), estrenada meses antes que el manga, que vio la luz en diciembre de ese año en una revista seinen (orientada a hombres) por entregas.
La mayoría habréis visto esta moto en los primeros minutos de la película (1988), aquella que hizo que muchos descubriesen que los “dibujos animados” de Japón podían ser especialmente potentes y revolucionarios. Muchas copias ilegales en VHS fueron rulando de mano en mano y vídeo en vídeo cuando no era tan fácil acceder al cine como lo es ahora. Por cierto, el manga no se había terminado en 1988, el último tomo salió en 1993.
La moto de Shotaro Kaneda es un flipe en toda regla. Tiene una potencia de 200 CV a 12.000 RPM, podría parecer a nuestros ojos una especie de híbrida en serie (motor de gasolina generando electricidad para dos motores eléctricos) o de turbina eléctrica. En los 80 eran especificaciones revolucionarias, ahora la BMW S 1000 R puede dar la misma potencia, aunque con un “antediluviano” motor Euro 4 de gasolina. Pero no, no funciona con gasolina.
Un logotipo parecido al de BMW se adivina en un costado, junto a los de Arai, Canon, Citizen, Shoei…
Por cierto, hay una pequeña controversia con lo de la potencia. En la película en versión original japonesa, en inglés, y en el redoblaje de Selecta Vision en castellano se mencionan esos 200 CV. En el primer doblaje en castellano en estéreo no se mencionan. En el manga no se hace mención a ese dato, dado que en el manga no existen ciertas escenas, ni a otros tantos que se encuentran en una maqueta oficial de Bandai.
La ficha técnica de Bandai dice que mide 2.947 mm de largo, 1.171 mm de alto y 831 mm de ancho. El asiento está bajísimo, a 340 mm del suelo, y el chasis también, a 76 mm. Alcanza 243 km/h de punta, 400 metros en 9,8 segundos y 100 km/h en 8,7 segundos. Frenando de 50 a 0 km/h solo necesita 9,9 metros. Ah, sí, la potencia, 83 kW/113 CV a 12.500 RPM (y no 200 CV a 12.000 RPM) gracias a un generador de superconducción en frío. La impulsión es eléctrica, no hay tubo de escape.
Las prestaciones son muy buenas incluso considerando una potencia más moderada que 200 CV, gracias a un chasis cerámico y carenado en fibra de carbono (CFRP). Declara 154 kg de peso en seco. Las baterías de 12.000 voltios pueden recargarse a un ritmo de 1 MW cada 40 segundos -es una burrada- y tienen energía para ir “a saco” durante 2 horas. Estando parada la moto de Shotaro Kaneda gasta como una bombilla LED, 2,3 W. Por cierto, la luz frontal es mediante láser neo-halógeno, 100 vatios de potencia.
Volviendo al anime, cuando Tetsuo Shima -otro miembro de la banda- se sube en la moto, aprovechando que Kaneda está ocupado, comenta que tiene frenos antibloqueo controlados electrónicamente, es decir, ABS. No fue hasta 1988 cuando se montó por primera vez ese sistema en una moto real, la BMW K 100, que lo tuvo opcional y añadía 11 kg de peso. Otra característica importante de esta moto ficticia es que cuenta con marcha atrás.
La postura de conducción se parece más a la de un coche que a la de una moto, con una horquilla -en realidad, de doble tubo por lateral- de amplio ángulo de lanzamiento (39 º) y gran distancia entre ejes (2.194 mm), más todavía que la “Captain America” de “Easy Rider”. Debe ser muy estable a altas velocidades, pero la maniobrabilidad a baja velocidad puede ser un suplicio sin su avanzado sistema de impulsión, según ficha son 3,4 metros de radio de giro. Han podido dar fe de ello aquellos que se han hecho una réplica funcional con tecnología existente en el mundo real.
La cúpula de la moto de Shotaro Kaneda es inusualmente larga y proporciona un carenado más típico de un avión de caza que de una moto, el Cd es de tan solo 0,24. Para facilitar el acceso y el bajarse, la cúpula y el carenado se levantan solidarios al manillar con dirección asistida. El piloto apoya completamente la espalda en el asiento. Entre las amenidades que puede tener, ordenador de a bordo, navegación, lector de Compact Disc (CD), radar frontal, etc.
La instrumentación digital LCD habría sido otra primicia tecnológica en 1982, ninguna moto la tenía, y el primer vehículo en tenerla fue el Aston Martin Lagonda en 1976
Hoy día las primeras motos eléctricas solventes empiezan a aparecer en escena, el infoentretenimiento va camino de irse implantando en las motos, así como los navegadores especiales. Lo de los CD de momento no lo veo. Tampoco una horquilla tan lanzada, pero hay un prototipo de Honda con geometría variable basado en la NC 750, que varía el ángulo de lanzamiento y mantiene el equilibrio sola gracias al Riding Assist. Estos “japos”… qué no inventarán.
No se puede decir que Otomo no fuese un visionario… Eso sí, fue extremadamente amable con lo de plasmar qué le pasa a un motero cuando se cae a toda velocidad sin apenas ningún tipo de protección. A nada que fuese un poco más realista, habría sido bastante gore el resultado. Por cierto, en el manga los moteros llevan casco, en el anime no.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes), las motos siempre me han inspirado mucho respeto, y sin saber cómo, ya me han enganchado.COMENTARIOS