En los pedidos de la administración pública los nombres propios, los contactos, juegan un rol fundamental. Dicho esto, durante años la marca catalana Sanglas tuvo en el estado a su principal cliente gracias a los partidas relativas a motocicletas para su parque móvil. Una vía de ingresos que, incluso en los momentos más duros en relación a las constantes averías, pudo salir adelante gracias a los contactos de los hermanos Sanglas en los despachos ministeriales del Régimen.
Asimismo, cuando la madrileña ROA empezó a ensamblar motocicletas BMW ésta también contaba con sus propias redes de influencia. Debido a ello casi también logró cerrar varios pedidos por parte de la administración pública y, además, por poco quitó del medio a su competidora Sanglas. Algo que, por cierto, evitó el mismísimo Franco de una manera decisiva cuando, en pleno consejo de ministros, preguntó por la marca de las motocicletas que hacían de mensajeras para el Palacio de El Pardo.
Enterado de que éstas eran de Sanglas espetó “pues como ésas, todas”; cuatro palabras con las que, sin proponérselo, dio un decisivo respiro a la marca barcelonesa que, precisamente en aquel momento -mediados de los años sesenta- ya estaba empezando a sentir los rigores de la economía.
Marcas como Sanglas tuvieron en la administración pública a su principal cliente durante no pocos años; algo gracias a lo cual lograron sobrevivir en un mercado donde sus productos encontraban unos pedidos más que limitados dadas las circunstancias de la época.
Así las cosas, no extraña cómo para que según qué máquinas prosperen en calidad de instrumentos para el orden o el bien público la participación de alguien con buenas relaciones resulta crucial. Hecho éste también muy visible cuando hablamos de la Norton Interpol fabricada para la policía del Reino Unido entre 1969 y 1972.
Pero vayamos por partes. En primer lugar aquí el nombre propio es el de Nearle Shilton. Antiguo empleado de Triumph, en su paso por la marca logró que ésta fuera la principal suministradora de motocicletas para las fuerzas del orden británicas. Asimismo, su habilidad a la hora de negociar con el estado también se desplegó en Norton; empresa en la cual entró a finales de los años sesenta coincidiendo con la presentación del modelo Commando.
Fiable, versátil y potente éste fue desde 1968 uno de los mayores éxitos en la amplia trayectoria de la casa inglesa. Es más, logró hacerse con el título de “motocicleta del año” en la revista Motor Cycle News durante cinco años consecutivos y, además, logró un excelente récord de ventas con más de 60.000 unidades adjudicadas. En fin, una de las mejores motocicletas del siglo XX y, debido a sus cualidades, muy apreciada por las fuerzas del orden.
Tras el éxito de la Interpol 1 llegó el cabio a BMW como proveedora aunque, al poco tiempo, se experimentó con un modelo llamado Interpol 2 curiosamente equipado con un motor rotativo
Llegados a este punto, cuando la policía británica se interesó por el modelo el bueno de Nearle Shilton redobló la apuesta presentando una variante adaptada a sus necesidades específicas. Obviamente aquello logró encandilar a los funcionarios encargados, quienes rápidamente se lanzaron a solicitar centenares de unidades.
Obviamente la mecánica seguía igual -con el bicilíndrico en paralelo de 745 cc y 58 CV- aunque, en lo referente al equipamiento las maletas, el carenado y el soporte para la radio -primero sobre el depósito y después ya insertado en una de las maletas- hacían de la Norton Interpol una variante con carácter propio respecto a la Commando de la cual provenía.
Ahora, lo más curioso -aunque previsible- de todo esto es que, a mediados de los años setenta, cuando Nearle Shilton saltó de Norton a BMW, éste logró convencer a la policía británica para encargar unidades de la marca alemana. Todo un logro pues, siendo lo que es Inglaterra respecto a las dos ruedas motorizadas, de repente sus policías motorizados comenzaron a usar máquinas germanas. En fin, un comercial de lo más hábil.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS