Moto del día: OSSA Phantom AS77 Marty Moates

Moto del día: OSSA Phantom AS77 Marty Moates

Descubierto por unos periodistas de Solo Moto, aquel joven fue un nombre destacado en la historia de la OSSA Phantom


Tiempo de lectura: 4 min.

Para los aficionados estadounidenses al Motocross la figura de Marty Moates es una verdadera leyenda. No en vano, en 1980 ganó sobre una Yamaha YZ465 el US Grand Prix of Motocross, convirtiéndose así en el primer piloto nacional en hacerlo. De esta manera, ponía fin al dominio ejercido por los belgas y suecos, abriendo la puerta a una multitud de profesionales norteamericanos herederos de la afición sembrada por Jim Pomeroy y su Bultaco Pursang en 1973. Sin embargo, en un deporte tan duro como el motociclismo las victorias siempre esconden tributos inapelables. En el caso de Moates fue su suicidio.

Acorralado por los dolores crónicos sufridos tras sus múltiples accidentes en circuito, Moates puso fin a su vida en 2006 usando un arma de fuego. Un final desgarrador para un hombre que siquiera había llegado a los cincuenta años, dejando atrás una excelente carrera profesional en la que OSSA fue un factor esencial para comprender su evolución hacia la cima del Motocross. De hecho, mientras la carrera que lo catapultó a la fama en 1980 fue disputada con una Yamaha privada, su tiempo con la OSSA Phantom AS77 lo cubrió como piloto oficial. Todo ello gracias a ser descubierto en los Estados Unidos por periodistas de la revista Solo Moto.

Fundada en 1975, esta cabecera referencial para el mundo de las dos ruedas se encontraba siguiendo las series de la Trans-Ama durante el otoño de 1976. Organizado por la American Motorcyclist Association con la intención de promocionar el Motocross en los Estados Unidos, este trofeo sirvió como una escuela de pilotaje para los norteamericanos. Y es que, al fin y al cabo, muchos de los que pasaron por aquí acabaron en el Mundial rebasando en los ochenta la tradicional hegemonía europea. Además, también sirvieron como otro escenario más para el desembarco de las marcas catalanas en el mercado estadounidense. De hecho, en varias temporadas Jim Pomeroy se hizo notar con sus Bultaco en las mangas del cuatro de litro.

Desde que en 1973 Jim Pomeroy ganase el GP de España de Motocross toda una pléyade de jóvenes pilotos estadounidenses quisieron emular sus pasos. Marty Moates fue uno de ellos

OSSA Phantom AS77 Marty Moates, el poder de la prensa

Cuando los periodistas de Solo Moto acudieron a cubrir la Trans-Ama de 1976, Moates tan sólo sumaba veinte años. Sin embargo, su decidido estilo al manillar lo estaba llevando a imponerse en diversas citas disputadas en California. De hecho, en una carrera de Supercross logró rebasar a todos los pilotos oficiales de las marcas japonesas montado en una OSSA Phantom. Carrera en la que, afortunada y casualmente, se encontraban los integrantes de Solo Moto.

Impresionados por la hazaña – no resultaba nada fácil ganar ante pilotos más experimentados equipados con las temibles motocicletas japonesas cada vez más efectivas – , aquellos periodistas regresaron a Barcelona con una idea fija: convencer a los responsables de OSSA de cara a fichar para su equipo oficial a aquel chaval californiano. Y sí, lo lograron. Al fin y al cabo, desde el primer momento Solo Moto tuvo excelentes relaciones con los fabricantes catalanes, pudiendo ejercer una cierta influencia en marcas como OSSA.

Así las cosas, Moates se puso bajo la dirección de OSSA durante la temporada de 1977. Un año tan simbólico como amargo para la empresa, ya que los constantes problemas laborales y financieros de la misma hicieron que aquel viera la aparición de la última montura de Motocross: la OSSA Phantom AS77. Última representante de la saga inaugurada en 1973 para dar continuidad a la Stiletto, ésta intentó plantar cara a los diseños japoneses mejorando su basculante así como potenciando su motor de 244 centímetros cúbicos.

marty moates ossa (1)

Desgraciadamente, esta motocicleta salió en un momento donde la marca debía replegar velas ante la compleja situación económica y laboral por la que se disponía a pasar como prólogo a su cierre

Ajustado para entregar 32,8 CV a 8.500 vueltas, sus 94 kilos de peso llegaban al suelo a través de un sistema de amortiguaciones bastante alabado en su momento. Y es que, objetivamente, la OSSA Phantom AS77 era una motocicleta de lo más interesante. Eso sí, nacida justo el año en el que una huelga prolongada inauguraba el declive definitivo la empresa, inmersa en un mercado cada vez menos protegido frente al embate de las marcas extranjeras. Situación que no sólo ocurría en España, sino también en los Estados Unidos – donde OSSA llegó a vender algunos años tres cuartas partes de su producción – . Así las cosas, Moates sumó trece puntos para la marca en el cuarto de litro del Mundial de Motocross. Tras esto, regresó a América para echarse en manos de las monturas japonesas y el medio litro. Eso sí, los éxitos cosechados en 1980 no hubieran sido posibles sin toda la experiencia acumulada en OSSA.

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Sobre mí

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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