Desde el año 2002 aproximadamente la marca italiana Piaggio ponía a disposición de sus clientes este scooter con la denominación Beverly 500 (en algunos mercados como BV 500), inicialmente con una cilindrada de 125 cc, pero que sucesivamente se irían uniendo versiones 200, 350 y 500, esta última y junto a su hermano el Scarabeo 500 de Aprilia, como los dos maxiscooter pioneros en utilizar rueda alta.
Piaggio ya tenía dentro de su carta un scooter más tradicional con ruedas pequeñas al uso, el X9, y con este nuevo concepto pretendían con el recién llegado Beverly 500 por un lado hacerlo más manejable, y por otro asemejar más su conducción a la de una motocicleta que a la de un scooter propiamente dicho.
Así que, siguiendo la fórmula de montar una llanta de 16 pulgadas en el frontal y de 14 pulgadas en el eje trasero, conseguían al menos acercarse a estas sensaciones, aunando confort y facilidad de conducción con la posibilidad de curvear a ritmos muy altos si se nos antojaba, haciendo gala de un aplomo y comportamiento excepcional.
El Piaggio Beverly 500 se plantaba en el segmento de los maxiscooter con una imagen singular y diferente al resto, además del empleo de llantas más grandes que las usadas convencionalmente en sus rivales
Por otro lado se decidía emplear el mismo propulsor ya visto en el X9, un monocilíndrico con refrigeración líquida de 460 cc y sistema de alimentación EFI, aunque convenientemente revisado y mejorado en todos los aspectos, sobretodo en el de la suavidad y entrega de potencia, logrando alcanzar unas cifras finales de 39 CV a 7.500 RPM y 44 Nm de par a 5.500 RPM.
Con una velocidad máxima de 160 km/h y una capacidad de aceleración de 0 a 100 km/h en 6,6 segundos, el Beverly 500 daba cuenta de sus virtudes en lo que respecta a prestaciones, demostrando que podia posicionarse como uno de los más rápidos del segmento y que además lo acompañaba una parte ciclo eficiente para poder sacar el máximo a su mecánica.
Para ello Piaggio empleaba un chasis doble cuna de acero que le otorgaba una gran rigidez, así como un equipo de frenado compuesto de un doble disco de 260 mm en su frontal y pinzas de doble pistón, junto a un solo disco de 240 mm en el eje posterior y ayudado por un sistema combinado de frenada (CBS), donde al presionar la maneta derecha solo actuaba el disco delantero derecho y al hacerlo en la izquierda, trabajaban conjuntamente el disco trasero y el delantero izquierdo.
Con un propulsor muy eficiente en cuanto a prestaciones, el Beverly 500 competía de tú a tú con las más veloces de la categoría, además de gozar de una buena estabilidad y manejo gracias a las medidas de sus llantas y neumáticos
Por otro lado, se dotaba al Beverly 500 de unas suspensiones con un tarado firme, que daban la suficiente confianza como para trazar cualquier curva a altas velocidades, disponiendo en este caso de una horquilla convencional de 41 mm y un doble amortiguador trasero en la zaga. Todo quedaba sobre llantas calzadas con neumáticos 110/70 R16 y 150/70 R14 delante y detrás, respectivamente.
Respecto a su equipamiento o acabados destacaba un cómodo sillón en dos alturas, su completo cuadro de instrumentos, caballete central o varios huecos para portar pequeños objetos además de un inmovilizador antirrobo que se podia complementar con un sistema de alarma.
Quizás, y si hablamos de puntos negativos en el Beverly 500, destacaba la poca protección aerodinámica que ofrecía su frontal, que quedaba presidido por un faro redondo de gran tamaño que le brindaba una estética neo clásica ya vista también en el Scarabeo 500 y por la que parecía haberse decantado el grupo Piaggio en su gama de maxiscooter.
Tampoco gozaba de una buena capacidad de carga, ya que el hueco debajo del sillón tan solo nos permitía incorporar un casco tipo jet, no dando opción siquiera a guardar un casco integral. Dos pequeños compartimentos tras su guantera frontal nos dejaban espacio para poder meter algún pequeño objeto en ellos, pero nuevamente se antojaban a poco.
Quizás la poca capacidad de carga en los huecos preparados para ello y la protección aerodinámica que brindaba este Beverly 500
eran los puntos negativos de este singular maxiscooter
En cualquier caso, y de manera opcional, la marca nos ofrecía algunos elementos que podrían servirnos de utilidad en nuestro día a día, como un parabrisas frontal, bolsas laterales y baúl trasero, así como una parrilla trasera e incluso la ya mencionada alarma para mantenerlo a resguardo de mano ajena.
Con un precio en 2003 de 5.490 euros, quedaba bastante aventajado en este respecto frente al Scarabeo 500, por el que deberíamos desembolsar 7.190 euros si queríamos hacernos con sus servicios aunque, si bien es cierto, contaba un equipamiento más completo del que podíamos encontrar en su rival.
Durante prácticamente una década el Beverly 500 se mantuvo sin cambios, más allá de ir dándole pequeños retoques estéticos y donde la marca incluyo versiones con más equipamiento como la Tourer, que incluia elementos como la pantalla frontal de serie o una edición denominada Cruiser, a partir del año 2007, que venía con mejores acabados, donde destacaban nuevos elementos cromados como el manillar, antes rematado en plástico.
En la actualidad podemos encontrar numerosas unidades en el mercado de ocasión con precios que pueden variar entre los poco más de 1.000 euros de un ejemplar de los primeros años de fabricación, hasta los 3.000 euros aproximadamente de los últimos Beverly 500 fabricados, siendo uno de los scooter con más personalidad que podemos adquirir y con una fiabilidad y durabilidad contrastada a lo largo del tiempo.
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J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS