Moto del día: Sanglas 100 Sport

Moto del día: Sanglas 100 Sport

Con una producción de trescientas unidades, esta motocicleta deportiva ligera se pensó para la exportación a los EE.UU


Tiempo de lectura: 5 min.

Los motivos por los cuales a alguien le puede interesar la historia de una motocicleta pueden ser de lo más variopintos. En nuestro caso, la primera llamada de atención sobre la Sanglas 100 Sport vino por la reproducción de un antiguo anuncio publicado en la prensa de Nueva York allá por 1964. En él se puede leer “ la motocicleta deportiva española con un excelente desempeño superior al de máquinas mayores “. Además, al confirmar la dirección del importador Hispania Motors resulta sorprendente ver cómo su oficina se encontraba en una exclusiva zona al sur de Manhattan, plenamente insertada en uno de los barrios con más actividad financiera de todo el mundo.

Llegados a este punto la pregunta estaba clara, ¿de dónde había salido aquella Sanglas 100 Sport vendida en Nueva York como un exótico producto deportivo? Además, su aspecto lucía verdaderamente sensacional, prometiendo un comportamiento juvenil y ligero gracias, entre otras cuestiones, al llamativo carenado en fibra de vidrio. Y eso por no hablar de su cilindrada. Sin duda poco común para una marca como Sanglas, tan dada a los cubicajes generosos y los motores de cuatro tiempos aún naciendo en un país donde, hasta bien entrados los años setenta, lo más recurrente eran las mecánicas de dos tiempos por debajo del cuarto de litro.

Así las cosas, lo mejor para entender la génesis de la Sanglas 100 Sport es remontarnos a los inicios de la propia marca. De esta forma hemos de situarnos en 1947, cuando ésta produce sus primeros lotes de motocicletas con motor de cuatro tiempos y 347 centímetros cúbicos encargados por las fuerzas del orden de cara a prestar múltiples servicios oficiales. Llegados a este punto, no cuesta entender cómo la imagen de las Sanglas clásicas está unida a la de un producto serio e imponente. Si se nos permite la expresión, hasta un punto dictatorial. Destacando enormemente en una España de posguerra donde, la mayoría de la población, apenas podía permitirse un sencillo velomotor. No obstante, cuando a finales de los años cincuenta la popularización del automóvil fue un hecho consumado, hasta Sanglas tuvo que repensar su modelo de negocio.

sanglas 100 sport (2)

Dentro del reposicionamiento comercial de Sanglas no sólo estaban los ciclomotores que iba a lanzar en 1965, sino también prestar más atención al mercado de la exportación a los Estados Unidos

Sanglas 100 Sport, decididos a exportar

Cuando apareció el SEAT 600 en 1957 éste costaba poco más que una de las icónicas Sanglas con medio litro de cilindrada. Y bueno, aunque no es posible comparar a una motocicleta prestacional con un utilitario popular pues son máquinas bien diferentes, lo cierto es que el 600 se llevó a una buena parte de los potenciales clientes de la Sanglas. Al fin y al cabo, el SEAT permitía viajar bajo techo con la familia y algunos bultos. Sin duda una opción menos vibrante que la representada por el ir a cielo abierto sobre una motocicleta turismo pero, al tiempo, mucho más racional y por tanto vendible.

Llegados a este punto, Sanglas tuvo que repensar su modelo de negocio de cara a la siguiente década. Para empezar, recortó gastos externalizando en 1958 buena parte del proceso productivo; anteriormente llevado a cabo casi íntegramente en las propias instalaciones de la marca. Hecho ésto, entabló negociaciones con la alemana Zündapp con el objetivo de usar sus motores de 50, 75 y 100 centímetros cúbicos como base para una nueva gama de monturas. Sencillas, económicas y ligeras. Capaces de ampliar la oferta con la que Sanglas salía al mercado hasta el punto de introducir a la marca en el prometedor mundo de los ciclomotores.

No obstante, aún faltaba un elemento más. Y es que, como también hicieron otras marcas catalanas, Sanglas comenzó a forjar conciencia sobre la importancia de exportar al mercado estadounidense, claramente interesando en el exotismo deportivo de las motocicletas europeas como confirmaban los resultados de Ducati o Montesa. De esta manera, en 1964 se presentó la Sanglas 100 Sport como un producto recreacional y deportivo con claro encanto para los Estados Unidos. De hecho, según las escasas fuentes relativas al modelo es fácil considerar que, tras la génesis del mismo, estuvo la sugerencia del importador Hispania Motors. Algo así como la influencia ejercida por Max Hoffman ante Porsche y Mercedes con la creación de los 356 Speedster y 300SL “ Gullwing “ respectivamente.

sanglas 100 sport (1)

Ligera y muy deportiva, esta motocicleta se anunciaba como una opción interesante con la cual poder enfrentarse a máquinas de una mayor cilindrada

Con este estado de las cosas, Sanglas aprovechó su acuerdo con Zündapp de cara a pedir una partida con 300 motores K100 de 98 centímetros cúbicos. Una vez recibidos, los instaló sobre el diseño de chasis de la Sanglas 100 Sport, definido por su estructura multitubular en acero con el motor suspendido para mejorar el centro de gravedad. Además, éste se montaba con una inclinación que tenía en cuenta la refrigeración. Todo ello para llevar los 65 kilos de la motocicleta – se usó bastante fibra de vidrio – hasta los 115 kilómetros por hora de velocidad máxima gracias a los 8,5 CV a 7.500 revoluciones por minuto alimentados por un carburador Dell’Orto de 22 milímetros. En suma, pura diversión en pequeño formato. Además, fue el producto de no pocas coordenadas clave para entender la apertura de aquella nueva era en Sanglas.

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Sobre mí

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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