La Suzuki RG 250 Gamma se puso en circulación en 1983 y en ese mismo instante, sentó las bases para lo que se conocía como “motos réplica”, modelos basados en las versiones con las que se disputaban las carreras del mundial.
Aquellas “motos réplica” no eran motos “de homologación”, nada tenían que ver con las monturas de competición, más allá de tener tecnología que tenía como base la empleada en las carreras. Hasta la llegada de la RG 250 Gamma, esa relación con la máxima competición era algo difusa, pero en 1983 el mundial de velocidad era muy popular y había que sacar provecho de ello. Desde entonces, las motos deportivas y la competición siempre han estado muy ligados.
Para que se puedan entender el éxito de relacionar una motocicleta de producción con las carreras del mundial, valga decir que la Suzuki RG 250 Gamma convenció, solo en Japón, a más de 50.000 usuarios y fue elegida “moto del año” en 1983.
Hoy no tendría lugar en el mercado, sobre todo por su motor. El corazón de la RG 250 Gamma era un dos cilindros de 247 centímetros cúbicos y ciclo dos tiempos, que rendía 45 CV a 8.500 revoluciones junto a 37,2 Nm de par. El cambio era manual de seis relaciones. Todo ello se montaba en un chasis de aluminio que, a ojos de cualquier aficionado actual resulta realmente ridículo por lo pequeño y estrecho de sus tubos. En teoría, era un doble viga apodado Dual Cell-ALBOX, que al parecer, funcionaba mejor de lo que parecía. Las suspensiones, por su parte, se formaban por una horquilla delantera con sistema anihundimiento –Anti-Nose Dive Fork– y un amortiguador trasero ajustable.
Estéticamente, era un calco, o eso se decía, de la moto que corría en el mundial, de hecho, fue la primera motocicleta de calle en replicar los colores de las motos de carreras en su carenado, lo que hacía más llamativa todavía su imagen.
Aunque parece poca cosa y poco potente, no era una moto para novatos. El motor dos tiempos no funciona como uno actual, no es tan suave ni tan controlable, la potencia llegaba como en un motor turbo de los ochenta, de forma abrupta y requiere de altas revoluciones para ofrecer su máximo potencial. Algunos dirían que tenía un motor con carácter, otros, que no era un motor apto para las vías publicas.
Sin embargo, según dicen los probadores de la época, la parte ciclo sí funcionaba realmente bien y hacía de la Suzuki RG 250 Gamma, una motocicleta muy eficaz y divertida de conducir rápido.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS