Es probable que la moto de hoy no te suene, pero por alguna extraña razón te resultará familiar. Desde su nombre, Suzuki SW-1, pasando por sus formas, hay algo en ella que es conocido. Y, sin embargo, te podemos asegurar que con solamente 200 unidades fabricadas y todas ellas para Japón, seguramente nunca la habrás visto hasta ahora. Pero su diseño reúne tantas formas clásicas, que todo en ella encaja y la convierte en algo muy familiar.
La Suzuki SW-1 es una moto extraña y difícil de catalogar. Es una moto para todo (como la Honda Pacific Coast), con la que puedes viajar a su ritmo, callejear por la ciudad o usar como moto de diario. Aporta un buen número de soluciones prácticas con una mecánica indestructible. Sin duda, una moto adelantada a su tiempo que, como tantas otras, no supo encontrar su hueco.
Fue presentada en 1992, y lanzada al mercado en 1993 (único año en el que se fabricó). Bajo su carrocería encontrábamos la conocida Suzuki GN 250 ligeramente modificada a nivel de chasis y parte de ciclo. Pero el motor era compartido con el conocido modelo japonés. Un monocilíndrico de dimensiones cuadradas (71×71 mm), de 249 cc con culata SOHC, dos válvulas y refrigeración mixta aire-aceite.
Desarrollaba una potencia máxima de 20 CV a 8.000 RPM, y un par motor máximo de 21 Nm a 5.500 vueltas. El conjunto iba asociado a una caja de cambios de cinco velocidades con embrague multidisco en baño de aceite, y una transmisión final por correa que te hacía olvidarte de engrasar y tensar, además de ser tremendamente silenciosa.
Una horquilla delantera, un doble amortiguador trasero y una combinación de disco delantero y trasero de tambor (como en la GN), aportaba una parte de ciclo sencilla, pero eficaz. Las ruedas eran más grandes que en un scooter, pero más pequeñas que en una moto. Si no llega a ser por el cambio manual, podría ser considerado uno de los primeros scooter de rueda alta, pues combinaba una delantera de 16″ (110/80) y otra trasera de 15″ (140/70).
El asiento estaba situado a una altura bastante estándar, 770 mm. Donde se iba de madre era en el peso, pues arrojaba la nada desdeñable cifra de 293 kg con todos los llenos. Esto era debido al peso de su carrocería que, por otro lado, era parte de su encanto.
Si nos fijamos solamente en la mitad trasera de la Suzuki SW-1, parece que estamos viendo una Vespa con sus característicos cófanos traseros y asiento plano. En la moto japonesa servían como pequeños compartimentos de carga, al igual que el falso depósito, lugar elegido para poder guardar más objetos personales. El pasajero contaba con unas plataformas dedicadas, y todavía había hueco para una pequeña caja de herramientas.
Todo se completaba con una instrumentación de estilo clásico y cuidado (al igual que el color crema elegido para ella). Guardabarros envolvente, y llantas muy cerradas (había otra versión de tres palos), hacía de la Suzuki SW-1 una moto con encanto que, cuánto más la miras, más cariño le coges.
Ender
Japan Rules!!COMENTARIOS