La moto de hoy es un pequeño homenaje a un artista que llevaba 50 años realizando creaciones únicas sobre motos de serie. Este artista es Arlen Ness, famoso por creaciones custom desde finales de los años 60, cuando basándose en una Harley-Davidson Knucklehead, creó “The Untouchable”, la moto que protagoniza hoy esta sección.
Decíamos “llevaba” porque lamentablemente Arlen Ness ha fallecido el pasado 22 de marzo a la edad de 79 años. Es por eso que hoy desde aquí queremos rendirle un pequeño homenaje recordando como empezó Arlen Ness Motorcycles con esta creación.
Arlen Darryl Ness nació en Moorhead, Minnesota el 12 de julio de 1939, y su familia se mudó a San Lorenzo, California, cuando aún era un niño. Arlen trabajó como colocador de bolos en una bolera -hasta 1941 no se inventaría la máquina automática y tardaría en popularizarse-, más tarde como trabajador de correos y después como mozo de mudanzas. Arlen Ness también compitió en ligas semiprofesionales de bolos, cuyas ganancias -unos 300 dólares de la época- utilizó para comprar su primera motocicleta a finales de los años 60, una Harley-Davidson Knucklehead de 1947 con la que comenzó todo.
Este modelo de Harley-Davidson comenzó a producirse en 1936 -modelo E-61 de 1.000 cm3– y se mantuvo hasta 1947, y cuya culata le daría nombre por su similitud con los nudillos de una mano. En 1941 aparecía el modelo F/FL con un incremento de la cilindrada hasta 1.200 cm3. Puesto que llegó la Segunda Guerra Mundial, el abastecimiento de materias primas estaba enfocado en la industria militar, así que desde Harley-Davidson tuvieron que adaptarse, empleando cuero de caballo en vez de vaca para los asientos, o pintando de negro todas las partes que antes eran cromadas o plateadas, porque este material escaseaba.
El modelo que Ness compró, la Knucklehead de 1947, tenía algunas novedades respecto a las anteriores: el piloto trasero era del tipo “Tombstone” en aleación de zinc, los indicadores de aceite y dinamo se sustituyeron por un único indicador rectangular y el logo del depósito fue diseñado por Brook Stevens.
Con este punto de partida, Arlen Ness se fijó en la estética chopper, tan de moda a finales de los 60 y diseñó “The Untouchable”. Pero la moto no debía ser únicamente una obra de arte, había que modificar casi todo para que no se pareciese a la moto de partida.
Comenzó por el chasis, realizado en tubo muy fino de aleación Chromoly -CrMo o Cromo Molibdeno-, algo innovador en aquel entonces. Siguió con una horquilla delantera con mucho avance y con suspensión de paralelogramo deformable, con los muelles a la altura del manillar. El depósito, tal vez la parte más espectacular de la moto, era muy estrecho y alargado, con la decoración tan elaborada que hizo famoso a Arlen Ness.
El motor merece casi un capítulo aparte. Los dos cilindros en uve a 45º subieron de 1.200 cm3 hasta los 1.638 cm3 -100 ci-, a lo que se añadió un compresor movido por correa y un carburador doble. El escape era independiente, teniendo cada cilindro su salida correspondiente. Una curiosidad es que el cambio de la Knucklehead parece que daba problemas, así que Arlen lo sustituyó por la caja de la Sportster de la época. No hemos encontrado datos de su rendimiento, pero estamos seguros de que mejoraba notablemente las prestaciones de la moto de partida.
Después de esta moto, Arlen Ness continuó fabricando motos custom de lo más variopintas, que nunca vendía y almacenaba en su museo. Lo que sí comenzó a vender tras fundar Arlen Ness Motorcycles, fueron piezas para personalizar las motos, lo que le dió bastantes ingresos en la venta por catálogo. Posteriormente su empresa también distribuía piezas de Harley-Davidson, Victory e Indian, marcas míticas de motos de la escena norteamericana, ingresos que ayudaban a mantener la compañía. Hoy en día sus hijos se mantienen al frente del negocio, aunque la pérdida de Arlen Ness será irreemplazable. Descanse en paz.
Pablo Mayo
Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.COMENTARIOS