Moto del día: Yamaha QB50 Vogel

Moto del día: Yamaha QB50 Vogel

El pájaro que quiso competir con el mono


Tiempo de lectura: 2 min.

Lo cierto es que la cantidad de fun bikes que se desarrollaron entre los 70 y los 90, nacidas a la sombra de la Honda Monkey, fue ingente. Conocidas también como minimotos, no fue una categoría de motos en las que Yamaha se prodigase, y sus modelos los podríamos contar con los dedos de una mano. Una de las más curiosas fue la Yamaha QB50 Vogel, moto que hoy os traemos.

La Yamaha QB50 Vogel estuvo en producción entre 1980 y 1983, lo que hizo que no se fabricaran demasiadas unidades. Existían dos versiones, diferenciadas por el nombre y el diámetro de las llantas. Mientras la QB50 tenía llantas de 8 pulgadas y neumáticos mixtos, la Yamaha QA50 Pocke (porque cabía en el bolsillo) recurría a unas pequeñas llantas de 6 pulgadas, como en la Honda CZ 100.

El nombre de Vogel viene del alemán, y significa pájaro, de ahí que os hayamos dicho antes que se trataba del pájaro que quería hacer frente al mono de Honda. Como en la Suzuki EPO del otro día, en Yamaha también recurrieron a un motor de dos tiempos, al contrario de Honda, que usaba uno de cuatro.

yamaha pocke vogel 01

Se trataba de un monocilíndrico montado en posición horizontal, de 49 cc (40×39,7 mm de cotas internas) y refrigeración por aire. Entregaba una potencia de 3 CV a 5.000 vueltas y, como en el caso de la Suzuki, tenía una caja de cambios de cuatro velocidades y no una automática como la Monkey. El peso era de poco más de 50 kg.

El chasis era un cuna simple desdoblada en acero, que usaba una horquilla telescópica delantera en combinación con un doble amortiguador trasero, los cuales iban anclados directamente a un basculante tubular, también en acero. Las llantas, como dijimos, eran distintas según la versión.

yamaha pocke vogel

Una característica particular de la Yamaha QB50 Vogel eran sus manillares plegables, que le permitían poder ser transportada en el maletero de un coche. Además, llevaba un depósito enorme en comparación con la competencia, de nada menos que 10 litros (5,3 litros en la Pocke).

Esto le hacía tener una autonomía más que sobresaliente y, también, una estética que recordaba a las trail de la época. Su depósito era muy similar al de, por ejemplo, una Suzuki Djebel.

Como otros modelos similares, llevaba un transportín delante y otro trasero. Con el fin de evitar que el culo se te saliese por la parte trasera del asiento, este hacía una ligera curva ascendente. Los frenos eran de tambor en ambos ejes. Sin duda, otra moto muy curiosa que no tuvimos la suerte de ver por aquí.

De nuevo, a la Yamaha QB50 Vogel le ocurrió lo mismo que a la competencia. Ni volando alto pudo hacer sombra a la Monkey.

Comparador de seguros de coche
COMPARTE
Sobre mí

Ender

Japan Rules!!

COMENTARIOS

avatar
2000
 
smilegrinwinkmrgreenneutraltwistedarrowshockunamusedcooleviloopsrazzrollcryeeklolmadsadexclamationquestionideahmmbegwhewchucklesillyenvyshutmouth
Foto
 
 
 
  Suscribir  
Notificar de


NUESTRO EQUIPO

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

Ángel Arias

La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.

Alejandro Delgado