En algunos lugares como Estados Unidos, se atreven a denominar como “deportiva de nivel básico” a motos como la KTM RC 390. Y en el fondo tiene razón, ¿no? Se trata de una moto, por lo general, muy pequeña, tanto por tamaño como por prestaciones, destinada claramente al mercado de los poseedores del carnet A2.

Sin embargo, todos aquellos que se han puesto a los mandos de la montura austriaca, saben que de básica no tiene nada y en su lugar, resulta ser una motocicleta bastante racing en todos los sentidos, y además, una auténtica mata gigantes a poco que no haya rectas y sí muchas curvas.

La KTM RC 390 apareció por primera vez hace ya bastante tiempo, nada menos que en 2013, durante la celebración del EICMA de aquel año, aunque la mayoría de los detalles se habían filtrado antes de su presentación, Nada fuera de lo normal, pues la moto levantó bastante expectación y cuando eso ocurre, la atención se centra mucho y a veces, la información no puede guardarse durante mucho tiempo.

Era una moto estrechamente relacionada con el Duke 390, pues ambas eran el resultado de un desarrollo conjunto con la india Bajaj, aunque, por supuesto, se mantuvo todo el proceso de producción y el nivel de calidad que exige KTM en todas sus monturas.

Desde entonces, siempre ha sido un modelo que ha dado mucho tema de conversación, pues a simple vista parece una moto muy sencilla, aunque muy deportiva, pero su forma de andar deja a mucha gente con la boca abierta. Esa característica es la que ha convertido al modelo en uno de los más deseados de su categoría y no es para menos, pues con menos de 50 CV, resulta ser una máquina bastante rápida y divertida.

Junto a la KTM RC 125, que es igual de radical, pero con las limitaciones de toda “cuarto de litro”, la gama más racing de la firma austriaca –sin contar con la megacara KTM RC 8 de circuito– se actualiza ligeramente y los cambios más notables se centran en la decoración, que mantiene la combinación de colores negro y naranja, típicos de KTM, pero con nuevos patrones. También hay una combinación de azul y naranja.

A simple vista, es fácil confundir ambas versiones, pues la mayor diferencia entre las dos es únicamente su motor. El chasis tubular de acero, la horquilla delantera WP Apex, los frenos –Bybre, con pinza delantera de cuatro pistones con ABS– y la carrocería, son exactamente iguales en ambas monturas. La RC 390 recibe cosas como el control de tracción, en ABS en curva o el quicksshifter –opcional– que no están disponibles en la 125.

Los motores se mantienen intactos en ambos casos, y, por tanto, hablamos de un monocilíndrico de 373 centímetros cúbicos y 44 CV para la KTM RC 390 y un monocilíndrico de 124,7 centímetros cúbicos con 15 CV.

Ninguna de las dos es barata comparada con cualquier otra moto similar. La RC 125 parte de los 5.899 euros y la RC 390 de los 6.999 euros.