El mundo de las customizaciones de motocicletas es tan subjetivo como infinitas sus posibilidades; nunca te encontrarás dos motos personalizadas iguales -es la idea-. La Honda CB 900 F fue una gran superbike de la década de los ochenta, diseñada para el mercado europeo, aunque siendo un éxito en mercados como el estadounidense. Tanto propietarios como periodistas de la época han alabado su comportamiento.
A día de hoy, la CB 900 F es un modelo que da pie a ser increíblemente personalizado, especialmente para convertirse en una auténtica café racer. Su motor de cuatro cilindros con cuatro salidas de escape son toda una maravilla visual. La historia de la Banzai-Bolle comienza como parte del evento Built not Bought, una cita anual de tres días sobre el circuito alemán de Spreewaldring, a una hora al sur de Berlín.
Para ser más precisos, el modelo en cuestión es una SC09 Bol d’Or de 1983, bicampeona de la categoría Classic Superbikes. El equipo Banzai, formado por el corredor Sacha Bellon y los mecánicos René Freudenberg y Torsten Friebel, ha estado compitiendo con esta superbike con dorsal nº 12 durante cuatro años, pero el destino nunca lo ha puesto fácil, con varias fugas de aceite e incendios no programados.
Como buen piloto motero, Sacha se inclina tanto en las curvas que, para este año, el equipo ha tenido que optimizar la moto para poder coger más ángulo; el pasado año raspaba las cubiertas laterales. Aparte de un pequeño problema con un cojinete de estaño, el trío mantiene el espíritu de mantener las cosas tan fáciles y baratas como sea posible.
Esta Bol d’Or cuenta ahora en su corazón con pistones Wiseco de 985 centímetros cúbicos con pistones Wiseco, bielas pulidas y un embrague mejorado. Además, para respirar cuenta con un conjunto de carburadores Mikuni TMR 36s montados sin filtros, que expulsan todos los gases no deseados a través de un silenciador Micron. Sobre el papel suena bien, pero en directo tiene que sonar mil veces mejor.
Gracias a todas estas modificaciones mecánicas, la moto ahora desarrolla entre 110 y 120 CV, una mejora notable frente a los 95 CV que desarrollaba el modelo estándar
En la parte del chasis, el equipo afirma que las piezas Ducati le habrían sentado de maravilla, pero son demasiado caras. Buscando algo más económico, tanto la horquilla delantera, como frenos y manillar provienen de una Yamaha YZF 1000 R. Completando el frontal, el estabilizador de horquilla personalizado y el amortiguador de dirección salen de una Suzuki GSX-R. En la zaga, la rueda trasera de una Honda CBR 1000 de 1989 está conectada a un sistema de frenos OEM de una CB 900.
Pero estas no son las únicas modificaciones, la lista sigue. En la parte posterior, el marco del chasis ha sido recortado, limpiado y reforzado en varios puntos para aumenta su ligereza y rigidez estructural. El colín sale prestado de una vieja Simpson de 50 cc y, aunque no lo parezca, en frente está el tanque de combustible original, aunque pulido y adornado con las iconografías del equipo.
En el vano, el motor de arranque tuvo que decir adiós en pro de un sistema de encendido Ignitech. Para rematar el conjunto, también hay un conjunto de clavijas de pie hechas a medida y un blipper para la caja de cambios. Después de tanto esfuerzo y dedicación, qué menos que desearles suerte a estos muchachos. Si queréis más imágenes, os están esperando en Bixe EXIF.
Fotografía: Klaus Angermann (I) y Sven Wedemeyer (II y III)
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS