En el mundillo de la personalización de motocicletas no se encuentran muchos constructores con tanta experiencia como Pepo Rosell. Más conocido por sus trabajos en Radical Ducati, lleva más tiempo en este negocio que la mayoría de preparadores. Han pasado tres décadas desde que Pepo comenzó a personalizar motocicletas y sigue en la brecha a día de hoy.

Actualmente se encuentra al frente de XTR Pepo en Madrid, donde sigue construyendo unas piezas de lo más exquisitas que puedas encontrar. Ya no trabaja exclusivamente con Ducati, aunque las máquinas de Borgo Panigale siguen siendo las que con más frecuencia entran en su banco de trabajo. XTR es la abreviatura de extreme, y los proyectos firmados por Pepo ciertamente están a la altura de ese nombre.

Su último producto lleva el nombre de La Tricolore. Su construcción fue encargada por un cliente que buscaba una máquina para carreras de resistencia, por lo que no se ha requerido ningún elemento necesario para su homologación de calle, no incluye soporte para matrícula o intermitentes. Ir rápido es el principal objetivo, sin concesiones al lujo. El punto de partida de Pepo fue el inconfundible esqueleto enrejado de la primera generación de la Ducati Monster.

Una vez que el chasis se encontró completamente desnudo, se reforzó en distintos puntos para obtener mayor rigidez, el subchasis original fue desechado y cambiado por otro de una Ducati 851 de carreras. Se retocó ligeramente para adaptarlo al chasis de la Monster. El basculante se tomó de otra generación de Monster posterior a la donante del chasis.

La suspensión delantera es una horquilla invertida donada por una ST3 y unida a una preciosa llanta de tres radios del mismo diseño que la trasera. Para los neumáticos se recurrió a unos ContiRace Attack2 firmados por Continental. El amortiguador trasero es un YSS, que fue unido a una bieleta de diseño propio para la ocasión.

En los frenos, los chicos de XTR Pepo pusieron mucha atención, en las carreras de resistencia debes de llevar una equipación de primera. Discos Discacciati, Pinzas firmadas por Brembo, pastillas de EBC y latiguillos de Frentubo. Lo mejor de lo mejor para parar esta máquina de la forma más contundente.

Y llegamos a la motorización de esta belleza. Pepo se decantó por el motor Testastretta, el explosivo propulsor de la S4RS. Por supuesto fue abierto, limpiado y mejorado en muchas de sus partes. Nuevo volante de inercia TTS, embrague reforzado y una nueva admisión, diseño de la casa, fueron añadidos a este espectacular torpedo. Los gases son conducidos por tubos de acero inoxidable hechos a medida y a su salida nos encontramos un silencioso realizado en fibra de carbono.

El trabajo realizado en la electrónica fue realmente complejo, ya que Pepo hizo un uso parcial del cableado de una 998 y utilizó dos ECU separadas. Cada una de ellas gestiona diferentes funciones del motor.

El carenado delantero es realmente espectacular, fue tomado de la 851 y colocado sobre unos soportes hechos a mano, se le añadió un faro redondo amarillo ligeramente desplazado del centro de la motocicleta. Para el guardabarros delantero se aprovechó el original de una 1098, mientras que el trasero es de carbono hecho a mano partiendo desde cero. El depósito de combustible es de fibra de vidrio, diseño de los chicos de Pepo. Para el colín se optó por una sección trasera de una 888 con una luz led muy básica y suficiente para su cometido.

En la cabina nos encontramos con una esfera multifunción de Aviacompositi, manillar de Clip-on y un acelerador Domino.

Con todo el trabajo mecánico hecho, llegó el momento de elegir un esquema de colores apropiado para esta espectacular montura. La verdad es que solo había una opción para una máquina con este nombre y esta herencia.

Las ideas fueron probadas digitalmente, creando una hermosa librea roja, blanca y verde, con toques personales muy elegantes. Una vez que quedó claro y decidido el diseño, la motocicleta entro en las instalaciones de Artenruta para el pintado final. Mientras, en XTR Pepo se añadió al chasis una capa de pintura en polvo. El resultado final, como podéis ver, es magnífico y espectacular, resaltando todo el trabajo que lleva detrás esta motocicleta.

La Tricolore está lista para su misión, ser libre en el circuito y correr. Pepo puede estar muy orgulloso de su máquina. Invirtió incontables horas en su construcción y el resultado no puede ser más espectacular. Es el exponente de la voluntad de XTR por buscar nuevos horizontes para sus productos y no tomar el camino de lo fácil.

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