Moto del día: Laverda OR 600 Atlas

Moto del día: Laverda OR 600 Atlas

El último modelo de la compañía italiana antes de su cierre en 1989


Tiempo de lectura: 3 min.

En 1986, la Laverda OR 600 Atlas comenzó su andadura comercial con un claro objetivo: evitar que Laverda continuara por el camino que recorría en esos momentos y que solo tenía un final triste y amargo: el cierre de la compañía. Sin embargo, finalmente fue la última motocicleta que la firma italiana fabricó antes de su definitivo cierre en 1989.

La crisis que azotaba a Laverda era realmente grave a mediados de los años 80. Los motivos para acabar tan mal fueron, claramente, una falta de innovación, motos que no podían mantener el ritmo de los nuevos rivales nipones y en general, una falta de adaptación a las circunstancias.

Con el agua al cuello, Massimo Laverda, el último director de la compañía vinculado con la familia Laverda, abandonó la empresa, que pasó a ser controlada por los empleados como cooperativa de trabajadores, pero, obviamente, sin medios para poder sacar adelante la compañía. Fueron ellos quienes pusieron en circulación la Laverda OR 600 Atlas, un modelo que debería haber tenido más éxito, pues ofrecía casi lo mismo que las Yamaha XT y Suzuki DR, pero con un claro espíritu italiano.

Laverda OR 600 Atlas (2)

El motor, no obstante, ya era algo veterano. Se tomó como base de partida el bicilíndrico en paralelo desarrollado en la década de los 70 para la Laverda 500, un bloque con 497 centímetros cúbico que, para la ocasión, pasó a 572 centímetros cúbicos gracias a un mayor diámetro de los pistones –de 72 a 76 milímetros– y a una mayor carrera –de 61 a 63 milímetros–. También se añadió un eje de equilibrado para mitigar vibraciones, una nueva bomba de aceite de mayor caudal, un nuevo radiador de mayor capacidad y nuevos cárteres y culata con doble árbol de levas. Los cambios permitieron aumentar la potencia hasta los 58 CV.

Sin embargo, el conjunto tenía algún kilo de más –pesaba 204 kilos–, debido a un chasis de tubo de acero muy tradicional, tipo doble cuna, a una carrocería algo voluminosa y a un depósito de 25 litros, que permitía mucha autonomía, pero irremediablemente añadía peso. Al menos, el equipo de suspensiones no eran malo, con una horquilla convencional con sus imprescindibles fuelles una suspensión trasera con amortiguación progresiva –Laverda lo llamaba Soft Rumble–.

Interesante y, aunque es cuestión de gustos, nada fea, la Laverda OR 600 Atlas fue un fracaso comercial. Las primeras 300 unidades se vendieron mal y después de otras 60 unidades vendidas, se procedió a realizar algunos cambios para intentar que los usuarios la vieran con mejores ojos. Se añadieron dos radiadores de aceite, se modificó el radiador que pasó a recorrer el lado contrario de la moto, se montó un encendido Motoplat, un nuevo embrague hidráulico y nuevos elementos para la carrocería.

El resultado fue el mismo: un fracaso. Apenas se vendieron 40 unidades con restyling en 1988 y otras 60 en 1989, así que finalmente, Laverda cerró. Como curiosidad, con la fábrica ya cerrada, se vendieron 20 ejemplares más.

COMPARTE
Sobre mí

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

COMENTARIOS

avatar
2000
 
smilegrinwinkmrgreenneutraltwistedarrowshockunamusedcooleviloopsrazzrollcryeeklolmadsadexclamationquestionideahmmbegwhewchucklesillyenvyshutmouth
Foto
 
 
 
  Suscribir  
Notificar de


NUESTRO EQUIPO

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

Ángel Arias

La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.

Alejandro Delgado