La MH Bogga Rocker, novedad de junio de este año, es una suerte de scrambler asfáltica derivada de la MH Bogga, de estilo café racer o dirt track. Tanto esta como su hermana de gama imitan el estilo de las motos británicas de mediados de los años 60. Es la típica moto que atrae la mirada del profano y dice “qué bonita es”, pues es muy resultona, con un precio muy atractivo y con el aliciente de tener un fabricante “español”. Me explico…
MH Motorcycles -antaño Motor Hispania- es una marca con bastante historia, aunque con algunas interrupciones en los últimos años y cambios de propietario. Sus orígenes se remontan a 1948, cuando empezó a fabricar las Moto Guzzi bajo licencia. Actualmente es un importador de motos de fabricación china -la sede sigue en Sevilla-, como varias marcas que conforman la oferta de motos vintage o urbanas de 125 cc de corte económico. La empresa matriz, Jovicelect, también se encarga de fabricar recambios en Sevilla.
Su gama de modelos está aumentando, llevan 10 modelos y en 2014 solo había dos
La MH Bogga Rocker es básicamente la misma motocicleta que la WK Scrambler 125 que se vende en el mercado británico, lo cual no quiere decir “copia de”, sino “mismo origen”. A su vez, la MH Bogga 125 es como la WK Legend 125. Por lo que pide MH por ella, 2.495 euros, lamentablemente no se puede exigir fabricación europea ni grandes detalles diferenciadores.
Desde fuera
Habrá quienes prefieran la estética de la MH Bogga, y habrá quienes digan que es más bonita la MH Bogga Rocker. Las dos motos llaman la atención por los neumáticos mixtos Yuanxing -marca desconocida en España- de dimensiones 110/90 R17 (delante) y 130/80 R17 (detrás) con llantas de radios y cerquillos de color negro, custodiadas por guardabarros bajos en color negro mate.
En vez de llevar semimanillares abrochados a las tijas superiores de la horquilla invertida, cuenta con un manillar un poco más elevado que permite una postura más erguida que la café racer, y los retrovisores no sobresalen por fuera. Además, el asiento es más largo y más amable con un posible pasajero, su material imita al cuero y queda a 800 mm del suelo. El piloto trasero y de freno es de LED, el resto de la iluminación es incandescente tradicional.
Tres colores están disponibles: negro satinado, gris plata o verde metalizado
En el depósito de 12 litros de chapa luce las insignias de la marca española, y en las tapas laterales negras lleva la inscripción “MH Motorcycles since 1948” como homenaje a la primera etapa de Motor Hispania. Por el lado derecho es una grata sorpresa encontrarse con una palanca plegable para arrancar de una patada -aunque tiene motor de arranque- y el tubo de escape con forma de megáfono.
Subidos encima
Aunque la altura del asiento al suelo de 800 mm puede parecer muy elevada, no he tenido problema en apoyar en el suelo los dos pies a la vez sin hacer nada raro. Es más, podría tener un poquito más de altura y tener más mullido en el asiento. Será muy bonito, pero el culo se empieza a aplanar cuando se conduce más de 30-45 minutos, es la mínima expresión. Los estribos -sin muelle- están forrados de goma y apenas transmiten vibraciones mecánicas a los pies.
La Bogga Rocker es claramente más cómoda para llevar un pasajero, los tubos debajo del asiento son accesibles y cabe el segundo trasero
Con el manillar elevado 35 mm la postura de conducción me recordó mucho a la Hanway Scrambler 125, que recurre a una configuración muy similar, solo que en ese caso sí podemos hablar más de una moto pensada para circular fuera de carretera. Además del escaso mullido del asiento, la MH Bogga Rocker -como la Bogga- lleva la suspensión trasera muy dura, o se circula por una superficie muy lisa o hay que ir de pie sobre los estribos y amortiguar con los brazos.
Respecto a la Bogga se encuentran algunas diferencias. En la parte izquierda los intermitentes tienen botón de cancelación y gatillo de ráfagas, mientras que en la parte derecha está un conmutador para encender las luces de posición (es inútil del todo, ya que siempre van encendidas). Resulta preferible como está en la Bogga Rocker. La instrumentación es digital con tacómetro analógico, de muy fácil lectura.
Técnica
El chasis de simple cuna interrumpido por abajo es típico de las motos económicas de este segmento. La mecánica clona el motor de una Honda CB 215, con 9,4 CV declarados, cifra tirando a lo bajo entre otras motos de similar presupuesto y motor de origen chino. La solución está archiprobada: dos válvulas, cuatro tiempos, 125 cc y refrigeración por aire. Si la carga de la batería escasea, la palanca de arranque funciona y es coherente con el estilo clásico de la moto.
Según ficha, son 130 kg para 9,4 CV, la relación peso/potencia no es muy atractiva de primeras
En el eje delantero tiene una suspensión de horquilla invertida con 38 mm de diámetro, filtra bien y aguanta las frenadas con decisión, sobre todo teniendo en cuenta la potencia del sistema, no es difícil bloquear la rueda. La maneta derecha acciona dos pistones de la pinza del disco de 280 mm, el tercer pistón es para el sistema CBS accionado por el pedal derecho.
Atrás recurre a dos amortiguadores con botellas externas para el gas y muelles, una configuración dura, muy para circular por carretera en modo deportivo, y con tiento por zona urbana. El disco trasero de 220 mm se acciona por un pistón simple. Un apunte sobre el mantenimiento, la batería es de las que necesitan un vistazo de vez en cuando, se encuentra detrás de la tapa del lado izquierdo.
Conducción
Que los neumáticos no nos engañen, la moto está pensada para circular fundamentalmente por carretera, pero con la ventaja adicional de disponer de mejor tracción cuando se circula por tierra o superficies irregulares. Si bien las ruedas mixtas no invitan a una conducción deportiva, en seco llega a ser sorprendente hasta dónde se puede tumbar -sin tocar los estribos- y sin que se resienta el agarre, da bastante confianza.
Las ruedas son delicadas frenando sobre mojado por lo fácil que es bloquear ambas, y cuando se rueda a la velocidad máxima de la moto empiezan a acusar un pelín de inestabilidad lineal. Según el velocímetro es una moto rápida, subjetivamente me pareció notablemente más veloz que la Hanway Scrambler, pero lo que ocurre realmente es que esta tiene mayor error de velocímetro. En llano rasca los 110 de marcador, casi 97 km/h reales. Cuesta abajo corta inyección a 121 de marcador, algo más de 106 km/h reales, casi lo declarado en ficha técnica.
Llegar a la zona roja del tacómetro es imposible
Además de las ventajas estéticas respecto a la MH Bogga, los desarrollos del cambio parecen beneficiar un poco más la aceleración, sacrificando por tanto un poquito la punta. He quedado muy satisfecho con la caja, las cinco marchas entran sin pegas y es de tacto preciso, aunque también pide al conductor más precisión a la hora de accionar la maneta del embrague. El conductor novel a buen seguro lo agradecerá cuando dé el salto a una moto de mayor potencia.
Uno de los aspectos que más me han gustado de la MH Bogga Rocker es su nota de escape, ni suena a scooter, ni es demasiado ruidosa, diría que tiene el sonido perfecto para una 125 con filosofía clásica. Las reducciones con golpe de gas son una delicia. Como contrapunto, el corte de inyección -pasadas las 9.000 RPM- es brusco e intermitente. Además, el motor no anima a estirar tanto las revoluciones, va mejor a medio régimen.
El consumo de gasolina osciló entre 2,47 y 3,13 l/100 km, una media de 2,76 l/100 km. Con 12 litros hace fácilmente más de 400 km
En zona urbana la mecánica cumple sin problemas, sale ágilmente de los semáforos y los STOP, y en carreteras secundarias se defiende bastante bien. En autopista y autovía va justita, como todas las 125 en el entorno de los 10 CV, pero puede hacer cruceros de más de 90 km/h sin llevar el gas abierto a tope. Por cierto, el recorrido del acelerador es muy razonable, ni muy indirecto, ni directísimo.
Hay que estar pendiente de los baches y las juntas de dilatación, transmiten al culo buenos meneos. Eso sí, las vibraciones del motor no son molestas ni cuando se estrujan las revoluciones del monocilíndrico, que no tiene ninguna sofisticación para reducir de forma natural su traqueteo característico. Noté una diferencia importante respecto a la Hanway Scrambler, que vibraba más. A alta velocidad los retrovisores vibran lo justo y no se mueven de la posición fijada.
Es una moto que recompensa al piloto cuando se mete en carreteras con curvas lentas y cerradas, tanto, que el kilometraje de la prueba lo estiré sin remedio para hacer más secundarias, dando un mayor rodeo, despreciando la comodidad de la autopista en mis recorridos habituales. Según la DGT, fui un suicida en potencia. La faceta recreativa de la Bogga Rocker gustará mucho al motorista ocasional o que disfrute conduciendo a velocidades moderadas, la parte ciclo cumple de sobra.
En los cambios de apoyo demuestra ser bastante ágil, solo nos acordaremos de su peso intentando subirla al caballete central
La prueba ha sido exigente en cuanto a uso y kilometraje -más de 1.000 km- para evaluar la moto en cualquier escenario imaginable por un hipotético propietario. Solo he de quejarme del escaso mullido de asiento -algo a lo que se puede uno acostumbrar en desplazamientos de menos de una hora- y la dureza de la amortiguación trasera. Es menos rutera por ello, pero a nivel deportivo quedó por encima de mis expectativas.
También he probado a circular por una pista de tierra con abundantes piedrecitas, obviamente de pie, y los neumáticos avanzan con bastante decisión. La potencia de los frenos puede darnos algún susto si no les hemos cogido el tranquillo, sobre todo si bloqueamos alguna rueda. El sistema ABS no abunda precisamente entre las rivales de precio similar, el CBS es lo que más se lleva.
Equipamiento
Las concesiones a la modernidad son escasas y por imperativo legal, fundamentalmente la pata de cabra lateral con cortacorrientes (inhibe hasta el encendido en punto muerto), la frenada combinada CBS, el arranque electrónico y la inyección de gasolina. Es todo lo clásica que puede ser, a excepción de la instrumentación, que sí es más moderna.
Podemos elegir una retroiluminación azul o naranja, estando la moto parada y accionando un botón oculto por detrás de la pantalla. Informa de la velocidad, nivel del depósito, odómetro total y parcial, indicador de marcha engranada, testigos imprescindibles y revoluciones mediante aguja. Ninguna queja sobre la legibilidad de la instrumentación, si acaso puede ser un poco brillante para algunos circulando de noche. Se habría agradecido un voltímetro o reloj.
Dispone tanto de pata de cabra lateral como de caballete central. La pata de cabra es suficiente, solo hay que asegurarse que se ha desplegado del todo, torcer el manillar a la izquierda y bloquear la horquilla para dejarla aparcada, es totalmente estable. En el lado izquierdo dispone de una pequeña cerradura para dejar sujeto un casco con cable antirrobo, con la misma llave del contacto y del depósito de gasolina. No lleva herramientas en ningún compartimento en caso de contingencia mecánica.
Y como es habitual en motos de importación china, no hay accesorios ni opciones más allá de los colores.
Conclusión
La fórmula de sacar varias versiones de la misma moto con mínimas modificaciones es tan propio de marcas económicas como de las más caras. El dúo Bogga Rocker/Bogga es alternativa a las Hanway Scrambler/Cafe Racer o las Macbor Rockster/Rockster Flat, entre otros ejemplos. Quien busque una scrambler asfáltica en el entorno de los 2.500 euros no quedará defraudado con el nuevo modelo de MH.
Conviene subirse en la Bogga Rocker y en la Bogga para comprobar qué nos resulta más cómodo, porque en lo fundamental son idénticas. A pesar de ser una moto económica, obviando el mullido del asiento, desprende una calidad percibida por encima de la media. Es una buena idea de cara a iniciarse en el mundillo de las motos de 125 cc de aspecto clásico, últimamente están muy de moda.
En un ejercicio de transparencia, tengo que reconocer que la Bogga Rocker me ha gustado bastante, pero eso no hace que mi juicio sea más amable que si la calificase de forma totalmente desinteresada. MH ha estado muy cerca de hacer un producto redondo con este modelo, y como es inédito en la marca, no se puede comparar más allá de la Bogga normal.
Ficha técnica
FICHA TÉCNICA | MG BOGGA ROCKER | |
---|---|---|
MODELO | MG Bogga Rocker 125 Euro 4 | |
MOTOR | Monocilíndrico en línea de 125 cc, refrigerado por aire, cuatro tiempos, inyección electrónica | |
RENDIMIENTO | Potencia máxima | 9,4 CV a 7.500 RPM |
Par máximo | 9 Nm a 7.500 RPM | |
TRANSMISIÓN | Caja de cambios manual de cinco velocidades | |
TRANSMISIÓN SECUNDARIA | Cadena | |
DIMENSIONES Y PESOS | Largo por ancho por alto | 2.050 x 830 x 1.075 mm |
Distancia entre ejes | 1.360 mm | |
Altura del asiento | 800 mm | |
Peso en orden de marcha | 130 kg | |
DATOS PRESTACIONALES | Aceleración de 0 a 100 km/h | N/D |
Velocidad punta | 105 km/h | |
Relación peso potencia | 13,82 kg por CV | |
CONSUMOS | Consumo medio homologado | 2,1 l/100 km |
Consumo medio durante la prueba | 2,76 l/100 km | |
EJE DELANTERO | Suspensión | Horquilla invertida, 38 mm de diámetro |
Neumático | 110/90 R17 con tacos | |
Freno | Disco perforado de 280 mm, pinza de tres pistones | |
EJE TRASERO | Suspensión | Doble amortiguador con ajuste en precarga y depósito externo de gas |
Neumático | 130/80 R17 con tacos | |
Freno | Disco perforado de 220 mm con pinza de un pistón |
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes), las motos siempre me han inspirado mucho respeto, y sin saber cómo, ya me han enganchado.Me es difícil elegir la Bogga con la Brixton Cromwell, curioso cuanto menos que a la Bogga le deis un 9 sobre 10 en comportamiento en carretera y a la Brixton un 6 en ese mismo apartado
Hola, gracias por el post. Acabo de comprarme una y aunque el taller dice que es normal, no me suena muy lógico lo siguiente:
Siempre se oye de fondo un silbido/zumbido constante. El ruido ese que hace cuando le das al contacto, al reiniciar, antes de arrancar. Algo parecido pero ininterrumpidamente.
¿Es normal?
Gracias.
Es normal que cuando le des al contacto, sin que haya arrancado el motor, se cebe la bomba de gasolina. Ese sonido cesa al cabo de unos segundos.
Grandísima prueba, como siempre. Buena moto por un precio razonable. Solo hubo un detalle que no me gustó: la mezcla de tipografías del velocímetro. La fuente “Century” en los números de revoluciones creo que desentona un poco. Por lo demás, parece muy resultona y fácil de conducir para un entorno mixto campo-carretera.